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Congelados al alza: cómo esta tendencia está cambiando la forma de alimentarse en Chile Alimentos Crédito: Cedida

Congelados al alza: cómo esta tendencia está cambiando la forma de alimentarse en Chile

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Más que un “plan B”, los productos congelados viven un auge entre las nuevas generaciones. Su combinación de conveniencia, sabor, seguridad y sostenibilidad ha conquistado los hogares y redefine los hábitos alimentarios.


Lo que antes se asociaba con comidas de emergencia o soluciones poco nutritivas, hoy se ha convertido en una opción moderna y saludable. Los alimentos congelados se están posicionando como protagonistas de los hogares. Impulsados por los hábitos de consumo de millennials y generación Z, este tipo de productos ya no es visto como un recurso de último minuto, sino como una elección consciente: rápida, sabrosa, segura y alineada con valores como el bienestar personal y la sustentabilidad ambiental.

Según el informe Future of Frozen Food 2025 de Conagra Brands, el consumo de congelados ha crecido significativamente, sobre todo en los segmentos jóvenes. La demanda responde a un estilo de vida acelerado, pero también a una mayor conciencia nutricional y medioambiental.

Entre los atributos más valorados por los nuevos consumidores destacan:

  • Ingredientes funcionales y probióticos.
  • Etiquetas limpias y sin aditivos artificiales.
  • Sabores exóticos y globales, como los que se popularizan en TikTok.
  • Porciones pequeñas, adaptadas a rutinas sin horarios fijos.
  • Formatos listos para servir o calentar, ideales para quienes cocinan menos.

Jaime Torres, CEO de UNK, empresa especializada en tecnología alimentaria, explica que  “esta nueva era de alimentos congelados redefine por completo la percepción del consumidor: hablamos de productos que son saludables, convenientes y que además permiten reducir el desperdicio alimentario”.

Menos residuos, más sustentabilidad

De hecho, uno de los mayores aportes de los alimentos congelados es su capacidad para reducir las pérdidas en toda la cadena de suministro. Según la FAO, se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al año en el mundo, un tercio de toda la producción. En la Unión Europea, solo en 2023 se botaron 60 millones de toneladas, generando pérdidas por más de 130 mil millones de euros.

Frente a ese escenario, los congelados ofrecen una alternativa concreta para planificar porciones, conservar nutrientes y extender la vida útil de los alimentos, disminuyendo la huella ambiental de la industria alimentaria y del consumo doméstico.

Chile, además, tiene un rol destacado a nivel internacional: es el tercer exportador mundial de frutas congeladas, con un 6% del comercio global en esta categoría.

De acuerdo con un informe de Deloitte, el 12% del gasto mensual en alimentos en Chile ya se destina a productos refrigerados y congelados. Este porcentaje crece especialmente entre personas entre 40 y 49 años y en hogares de ingresos medios y altos.

Las categorías más populares son las verduras y frutas congeladas, por su valor nutricional y practicidad, las proteínas, como carnes, pescados y mariscos y los platos listos o preelaborados.

Mantener la cadena de frío es clave

El auge de esta categoría también ha puesto el foco en la importancia de conservar adecuadamente los alimentos refrigerados y congelados. La cadena de frío debe mantenerse a lo largo de cinco fases: producción, almacenamiento, transporte, venta y conservación en el hogar.

Natalia Mayas, nutricionista de UNK, advierte que “el tiempo que un alimento puede permanecer en temperatura ambiente sin comprometer su seguridad depende de varios factores. Productos como carnes, lácteos, pescados y mariscos son los más sensibles, mientras que productos secos o enlatados tienen mayor tolerancia”.

Además, la presencia de escarcha o gotas de agua en un producto congelado puede ser señal de que se descongeló y volvió a congelarse, lo que podría afectar su calidad o seguridad.

Entre las recomendaciones para evitar riesgos están:

  • Planificar las compras.
  • Usar bolsas térmicas.
  • No sobrecargar el refrigerador.
  • Descartar alimentos que hayan estado demasiado tiempo fuera del frío.

Tecnología y trazabilidad

El auge de los congelados también está impulsando una modernización tecnológica en toda la cadena de distribución.

Por eso, muchas empresas están incorporando:

  • Sensores inteligentes y monitoreo en tiempo real.
  • Trazabilidad digital desde la planta hasta el punto de venta.
  • Análisis predictivo para mejorar rutas y temperaturas de transporte.

Estas soluciones permiten asegurar inocuidad, reducir pérdidas y mejorar la experiencia de consumo, además de disminuir la huella de carbono del sistema alimentario.

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