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Un hotel de lujo que desafía los prejuicios: apostando por devolver el alma al centro de Santiago Viajes Crédito: Hotel Debaines

Un hotel de lujo que desafía los prejuicios: apostando por devolver el alma al centro de Santiago

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Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País, Revista Jengibre y Braga.
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El Hotel Debaines abrió sus puertas a pasos del Teatro Municipal a findes de 2024, con una visión clara: recuperar el centro de Santiago como símbolo de país. Una propuesta de lujo contemporáneo que combina diseño, sostenibilidad y un fuerte vínculo con la historia y cultura chilena.


En una época en que muchos le dieron la espalda al centro histórico de Santiago, el Hotel Debaines, inaugurado en diciembre de 2024, no solo trajo lujo y diseño al corazón de la capital, sino que apostó decididamente por la revitalización del barrio.

Ubicado en Agustinas casi esquina Mac Iver, en un terreno en desuso desde el terremoto de 1960, el hotel fue concebido por Fernando Gruenberg y Christian Fiederer, dos empresarios con amplia trayectoria en la industria hotelera internacional que decidieron dejar atrás la seguridad de las cadenas internacionales para emprender un sueño propio.

Su propuesta busca devolver la vida, belleza y proyección al entorno urbano que lo rodea, alejándose del discurso predominante sobre el centro histórico de Santiago de deterioro urbano, inseguridad, comercio informal y migración desregulada.

Crédito: Hotel Debaines.

“Desde el inicio nos decían que debíamos ir a Vitacura, al barrio El Golf, a Santiago Oriente”, cuenta Christian Fiederer, alemán con una destacada trayectoria internacional en la industria hotelera y que se vino a Chile por este proyecto.

“Pero nosotros siempre supimos el valor que tiene el centro. El turista internacional no busca malls ni torres acristaladas, busca historia, cultura viva, identidad, porque el centro de la ciudad posee una energía única que no se encuentra en otras zonas más modernas y estériles”, sostiene.

La decisión no fue solo romántica. Apostaron por una ubicación estratégica junto al Teatro Municipal, para colaborar a dinamizar el sector. “La imagen de Chile se juega en el centro, no en Las Condes”, dice sobre el que se ha vuelto un verdadero leitmotiv de los socios.

“La Ópera de París, por ejemplo, no está en un barrio periférico ni escondido: está al centro, porque es un símbolo. Aquí también tenemos una ópera con bailarines que han venido del mejor ballet del mundo. Hay una cultura de gran nivel, pero que no siempre tiene el orgullo chileno que debería tener. Nos falta reconocernos, valorar lo que tenemos. A veces da la sensación de que no nos lo creemos”, asegura.

Crédito: Hotel Debaines.

El proyecto del Hotel Debaines comenzó a gestarse en 2008, pero se demoró más de lo previsto. La construcción se inició recién en 2019, pero enfrentó diversos desafíos, incluyendo el estallido social y la pandemia de Covid-19 en 2020, lo que obligó a suspender temporalmente las obras.

A pesar de estos contratiempos, el proyecto continuó avanzando y finalmente, abrió sus puertas en diciembre de 2024, en una edificación de 11 pisos con 50 habitaciones, restaurante de autor, lounge bar y terrazas con vistas privilegiadas al casco antiguo de la ciudad.

Un nuevo punto de encuentro

El hotel rinde homenaje al arquitecto francés Claude François Brunet de Baines, responsable de la construcción de importantes edificios en la ciudad, como el Teatro Municipal y el Palacio del Arzobispo.La arquitectura del hotel respeta el entorno, combina materiales nobles chilenos con un diseño de líneas elegantes y una vocación sustentable.

Una fachada de vidrio se integra armoniosamente al entorno urbano y abre el espacio más allá de los huéspedes. El restaurante Gran Café está a nivel de calle y evoca los tradicionales cafés europeos y ofrece una propuesta gastronómica con un menú ejecutivo conveniente, sofisticado y sabroso. El lugar funciona desde las 7:00 hasta las 23:00, incluso domingos, en una zona donde tradicionalmente todo cerraba temprano.

“A nuestro centro le faltan cosas, por ejemplo, los domingos puede que esté todo cerrado. Y no basta con que uno solo apueste por el centro, tiene que haber un grupo. Es verdad que no hay muchos puntos abiertos para los turistas o visitantes. Solo unos diez puntos en la comuna de Santiago, sumando quizás la casa de Pablo Neruda en Bellavista. Pero por eso, nosotros hicimos el café abierto a la calle, porque para que haya movimiento, hay que dar opciones”, advierte Christian Fiederer.

Su restaurante principal es el Cooper Room, que trae de vuelta el espíritu del mítico Hotel Carrera. Concebido como una reinterpretación contemporánea de los grandes salones clásicos chilenos, su propuesta cuenta con ingredientes de temporada y una filosofía de la granja a la mesa.

Crédito: Hotel Debaines.

Próximamente habilitarán un rooftop con interesantes vistas de la ciudad. Porque la apuesta va más allá de los turistas, también está pensado en trabajadores y profesionales que viven en el centro o en sectores aledaños y necesitan espacios de calidad para reunirse, trabajar y disfrutar.

“Cuando buscamos personal no pusimos un solo aviso, solo con un cartel en la puerta, tuvimos una fila de personas interesadas en trabajar con nosotros, todas personas que viven relativamente cerca. El talento y las ganas por el centro está”, dice.

En paralelo, se han multiplicado señales de renovación urbana con mayor limpieza, mejoramiento de veredas y planes para recuperar el eje Agustinas y zonas como París-Londres o el entorno de Santa Rosa. “Mira lo que pasó hace 15 años en Lastarria: no había nada. Y llegaron el GAM, un par de hoteles, y empezó a moverse todo el barrio. Lo mismo puede pasar acá. Y sí, estamos en conversaciones con la municipalidad, la gobernación, y sabemos que se habla de recuperar el centro, pero también hay que hacerlo con acciones concretas. Nosotros estamos con los brazos abiertos, aportando lo que podemos.”, asegura.

Fiederer comenta que las percepciones de los propios chilenos es una tarea que falta. “Tuvimos una visita desde Ámsterdam y, sin preguntar nada, dijo: “¡Qué limpio es aquí!” Claro, puede que en el día haya más movimiento, pero en la noche el barrio está limpio, incluso más que algunos sectores de ciudades europeas. Hay una diferencia entre la percepción y la realidad. Tenemos un metro increíble, buena conectividad, diversidad arquitectónica. Pero no nos lo creemos”, detalla.

“El turista no quiere una postal perfecta, quiere autenticidad. Y eso aquí se respira. Hay edificios antiguos, modernos, otros quizás feos, pero todos juntos cuentan una historia real”, sostiene.

Crédito: Hotel Debaines.

El hotel, afiliado a Small Luxury Hotels of the World para facilitar reservas y visibilidad global, ya ha recibido huéspedes de Estados Unidos, Japón, Canadá y Europa. También se ha transformado en punto de encuentro para ejecutivos chilenos y extranjeros que redescubren el centro como un lugar estratégico. “El segmento ejecutivo es clave. No hay que subestimar que el 50 % del PIB de Chile se mueve desde el centro, como bancos, estudios de abogados, convenios mineros… todo está aquí”, dice Fiederer.

Pero el impacto del Debaines va más allá de sus instalaciones. Su presencia ha comenzado a generar un efecto regenerador en el barrio, despertando el interés de nuevos negocios y turistas por explorar una zona que muchos consideraban “perdida”.

“Somos casi el único hotel de lujo nuevo en el centro. Eso también nos hace únicos. Hay mucha gente, incluso chilenos, que cada mañana vienen a desayunar acá. Que quieren volver a tomarse un café en el centro. Y eso, también, es una señal de que se está gestando algo importante”, reflexiona.

Con una inversión cercana a los 18 millones de dólares y más de 15 años desde que nació la idea hasta su apertura, el Hotel Debaines es hoy un símbolo de resiliencia, visión y compromiso urbano, que vuelve a poner en valor el corazón de Santiago como lugar de encuentro, historia y sofisticación.

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