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Las vacunas: un pinchazo de realidad

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¡Buenas tardes, queridos habitantes de este Universo Paralelo! Un día como hoy, pero de 1878, ​​Louis Pasteur presentó su teoría de los gérmenes de las enfermedades, durante una conferencia en la Academia de Medicina de París.

  • Si bien invisible, para la mayoría de nosotros el universo microbiano es una realidad innegable, así como el hecho de que una fracción de él provoca enfermedades. Para Pasteur, ni siquiera convencer a la comunidad científica fue tan fácil.

Habiendo personas que niegan que la Tierra sea redonda, es paradójico que no existan grupos que nieguen los microbios. Uno podría pensar que se debe a que el terraplanismo es una simple excentricidad, pero las bacterias y virus no son un juego.

La verdad es que sí existen. No niegan las bacterias. Es peor. Niegan las vacunas. Así, se transforman en una de las fuentes de información falsa más peligrosas que la civilización ha conocido. Una que ha provocado más muertes que las peores guerras.

En ocasiones aparecen personajes célebres, incluso científicos antivacunas. Esos han hecho un daño incalculable. Fácilmente podrían llamarse criminales de guerra. Al menos si me permiten afirmar que estamos en “guerra” en contra de las enfermedades infecciosas. ¿Cómo pueden existir científicos antivacunas?

Existen porque, en primer lugar, en un grupo grande siempre hay personas que se salen de las convenciones. En ocasiones, como en las mutaciones genéticas, estas excepciones son de gran valor, pero en la gran mayoría de los casos son irrelevantes o hacen daño.

Además, el pensamiento anticientífico no tiene relación con la ignorancia, como muchos piensan. En 2015 se hizo un gran estudio para medir la confianza de la gente con respecto a las vacunas en distintos países. El país que mostró más desconfianza cuenta con uno de los mejores sistemas de educación del planeta: Francia.

  • Entonces, más que educación, requerimos una forma de sentido común que me gusta llamar “instinto científico” y que muchas personas lo reprimen de las maneras más sofisticadas.

Por eso hoy hablaremos sobre las vacunas. Para esto hemos invitado a varios científicos de distintas disciplinas a contribuir con el Universo Paralelo de hoy:

  • Abel Vásquez V.: doctor en Bioquímica, académico de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud e investigador del Centro de Biomedicina, Universidad Mayor.
  • Flavio Salazar Onfray: doctor en Inmunología del Instituto Karolinska de Suecia, vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile por 10 años y ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación entre marzo y septiembre de 2022.
  • Francisca Cornejo: neurocientífica del Centro de Biología Integrativa (CIB) de la Universidad Mayor.

Y también contamos con la participación de una conocida de la casa, la periodista Francisca Munita.

Prepárense para una edición que invita a pensar, cuestionar y entender mejor el mundo que habitamos. No es solo información: es una invitación a analizar, profundizar y romper mitos con ciencia. Y, por favor, ayúdennos con la difusión de la ciencia en los medios, compartiendo este Universo Paralelo. Y si les llegó de alguien¡inscríbanse ya!

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VACUNAS EN CHILE: DESDE LA VIRUELA AL COVID-19

Crédito: Foto de CDE

Por Por Abel Vásquez V.
Doctor en Bioquímica

El desarrollo de las vacunas ha tenido un gran impacto en la historia de la humanidad. “A excepción del agua limpia, ningún otro factor, ni siquiera los antibióticos, ha ejercido un efecto tan importante en la reducción de la mortalidad”.

Eventos mundiales, como el atentado a las Torres Gemelas en Estados Unidos, que se asoció al riesgo de una guerra biológica, así como la última pandemia, nos han hecho darnos cuenta de que las vacunas deberían ser un producto estratégico para nuestro país y no depender de abastecimientos externos. Pero la memoria es frágil y, con el pasar de los años, se olvida rápidamente y solo nos quedamos con anuncios de prensa y televisión de que nuestro país volverá a ser un productor de vacunas.

  • Chile es un gran formador de profesionales, específicamente del área biológica, y muchos de ellos han emigrado al extranjero a desarrollar sus experiencias científicas. Varios de ellos, por la situación vigente en EE.UU., han jubilado y están pensando en regresar a nuestro país.

Sin embargo, no hay iniciativas claras para aprovechar esta instancia y proponer un desarrollo de instalaciones básicas de producción de vacunas en Chile. Pero una mirada realista hacia la situación mundial muestra que la inversión en una gran empresa, que cumpla los estrictos estándares de calidad, sería difícil o imposible de lograr.

  • No obstante, si se reúne a las sociedades científicas, investigadores de diferentes universidades, junto a Corfo y el Ministerio de Ciencia, se podría desarrollar un plan de instalación de capacidad productiva de vacunas humanas en el país. Iniciativas como estas se han planteado y, si nos dejáramos guiar por los titulares de la prensa o televisión, artículos como este no serían necesarios, pero la realidad es opuesta: pasó la pandemia y nos hemos quedado solamente en anuncios.

En la región hay productores de vacunas; una sugerencia sería establecer convenios de cooperación para envasarlas y desarrollar un control de calidad del producto final. De esta forma, se puede crecer en forma ordenada, volviendo a producir las vacunas que se suspendieron el año 2005. Concretar este desafío nos convertiría en un país productor de vacunas estratégicas para nuestra realidad como país, contribuyendo a la formación de nuevos profesionales y técnicos.

En algún momento de la historia, Chile fue formador de los científicos que desarrollaron la producción de vacunas en la región. Menos titulares y más acción. Optimización de los recursos del Estado, para que Chile vuelva a ser un país productor de vacunas.

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VACUNAS Y AUTISMO: DESMONTANDO MITOS A TRAVÉS DE LA CIENCIA

Crédito: Imagen generada por IA

Por Francisca Cornejo
Neurocientífica

La relación entre las vacunas y los trastornos del neurodesarrollo, especialmente el trastorno del espectro autista, ha sido ampliamente estudiada.

  • La preocupación surgió en 1998, tras la publicación de un estudio en la revista The Lancet que sugirió una posible asociación entre la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y el autismo. Sin embargo, este estudio fue retractado, debido a graves errores metodológicos, conflictos de intereses y fraude científico, llevando a la revocación de la licencia médica de su autor principal.

Desde entonces, múltiples estudios epidemiológicos rigurosos en países como Dinamarca, Suecia, Estados Unidos, Canadá y Japón han mostrado consistentemente que no existe evidencia que vincule la vacunación con trastornos del neurodesarrollo como el autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad o trastornos del lenguaje.

Por ejemplo, grandes investigaciones no hallaron mayor riesgo de autismo en niños expuestos en útero a vacunas contra la influenza o que contienen timerosal e, incluso, algunos reportaron un menor riesgo de condiciones como convulsiones o trastornos del sueño.

En conclusión, la evidencia científica actual indica claramente que las vacunas, incluyendo aquellas con timerosal o adyuvantes de aluminio, son seguras y no están relacionadas con trastornos del neurodesarrollo. Frente a la abundancia de información poco rigurosa o engañosa sobre este tema, es crucial evaluar críticamente las fuentes y cuestionar afirmaciones sin fundamentos sólidos.

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EL CUESTIONARIO: FLAVIO SALAZAR ONFRAY

Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a una persona dedicada a la ciencia. En esta edición entrevistamos a Flavio Salazar Onfray, doctor en Inmunología del Instituto Karolinska de Suecia, investigador y académico, quien se desempeñó como ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación entre marzo y septiembre de 2022 y como vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile entre 2012 y 2022.

-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?

-La decisión de dedicarme a la ciencia fue un proceso lento y constante. Primero me gustaba la medicina. Cuando era niño me motivaba ayudar a personas y curarlas. En el liceo estudié biología y fue algo que me motivó mucho. Explorar cómo funcionan los organismos, la vida, las moléculas, eso de que todo puede tener una explicación lógica, forjó mucho mi carácter. Cuando salí de Chile con mis padres en los ochenta, conocí jóvenes chilenos y extranjeros que ya estaban en la universidad y que conocían mucho más que yo lo que era la profesión científica y me motivaron con su ejemplo.

Creo que cuando empecé la carrera de biología en la Universidad de Uppsala, que es muy práctica, conocí por fin un laboratorio y sentí una gran fascinación. Finalmente, hice mi examen de grado en inmunología, ahí terminé de convencerme de lo hermoso y complejo de los sistemas biológicos y de las muchas preguntas que había por responder. La ética científica, la curiosidad y el rigor son condiciones que se me hacen fácil usar, porque siempre he creído en ellas.

-¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?

-Varias obras, no solamente científicas, tuvieron mucha influencia en mí. Isaac Asimov por sus libros de ciencia ficción, pero principalmente por sus libros de historia y de historia de la ciencia. Su forma de escribir, siendo muy erudita, es de fácil lectura, es apasionante, te cuenta los personajes históricos y científicos, no solamente desde el punto de vista de sus impresionantes descubrimientos o roles históricos, sino que los humaniza, haciéndote pensar que son y a la vez no son especiales, que uno puede con suerte, esfuerzo y dedicación lograr avances únicos.

Después hubo un libro de un médico científico norteamericano llamado Steven Rosenberg, que se titula La célula transformada. Descifrando los misterios del cáncer y que habla del cáncer y sus descubrimientos como una novela de misterio contada desde un laboratorio. Más recientemente, admiro mucho las obras de Stephen Jay Gould sobre evolución y ciencia y, especialmente, de Richard Levins y Richard Lewontin, que me enseñaron la dialéctica de la naturaleza, que hoy día es una herramienta imprescindible en mi forma de abordar la ciencia.

-¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?

-Yo creo que no existen problemas científicos que resolver. Pueden existir problemas relacionados con las necesidades humanas y de la naturaleza que se deben resolver y en los que la ciencia puede aportar. La ciencia consiste más bien en curiosidad y tratar de entender más. Como decía Sócrates, solo sé que nada sé. Mientras más comprendemos el mundo, nuevas interrogantes aparecen, y eso será así hasta el infinito.

Cada disciplina tiene sus preguntas claves, cómo surgió la vida y en qué circunstancias, los misterios de la física cuántica, si se podrá curar el cáncer. Preguntas que constituyen un horizonte que siempre se mueve mientras más vamos para allá, como dice una canción de Joan Manuel Serrat. Pero claro que los desafíos de la humanidad, como las injusticias, el cambio climático, la disponibilidad de energía sostenible, el uso racional del poder de la inteligencia artificial son temas que pueden abordarse desde la ciencia, pero en forma colaborativa y transdisciplinaria.

-¿Cuál es la pregunta que te desvela como científico y cómo la enfrentas?

-Mis preguntas científicas son más pedestres que lo que podría esperarse, aunque no menos complejas. Cómo lograr desde un país subdesarrollado, desde la periferia del mundo, contribuir a buscar soluciones y tratamientos para pacientes que sufren enfermedades como el cáncer y que ni siquiera logran acceder a tratamientos estándares. Esa ecuación requiere de creatividad científica, pero también voluntad política de impulsar un ecosistema de ciencia y tecnología con más densidad en Chile.

Colaborar en la formación de talentos que tengan miradas amplias, que no se encierren en la tecnicidad de la ciencia, en la búsqueda de indicadores de impacto, en número de artículos o patentes, sino que aborden problemas básicos o aplicados en forma crítica desde la curiosidad, con el fin primero de aportar a entenderlos y desde ahí proponer soluciones.

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LA IMAGEN DE LA SEMANA

Crédito: Texas Biomed, Singh et al. (2025), Nat Commun 16, 1957.

Aunque te parezca un problema del siglo pasado, lo cierto es que en el mundo muere más de 1 millón de personas cada año debido a la tuberculosis. Esta enfermedad es una de las infecciones más letales del mundo. La vacuna BCG, que se ha usado por más de cien años, ha salvado millones de vidas, pero su efectividad no es absoluta, llegando solo a un 80%. Es por eso que hoy se llevan a cabo muchas investigaciones para mejorar las vacunas que previenen la tuberculosis.

En un trabajo publicado recientemente en la revista Nature Communications, por un grupo liderado por el Dr. Deepak Kaushal, del Texas Biomedical Research Institute, se estudia una alternativa a la BCG para la inmunización contra la tuberculosis, una vacuna llamada ΔsigH.

La imagen de esta semana proviene de ese artículo y parece más del área de la astrofísica que de la biología. En ella observamos un pequeño trozo de tejido pulmonar de un macaco cangrejero (Macaca fascicularis) que no fue vacunado. Los colores representan distintos tipos de células del sistema inmune.

  • Allí se observa una estructura llamada granuloma, una colección densa de células inmunes que se forman para contener la infección. En macacos no vacunados, la respuesta es desregulada e ineficiente, lo que podría permitir que la bacteria persista.

El estudio comparó tres grupos de macacos: los que no estaban vacunados, los vacunados con BCG y los vacunados con ΔsigH a través de la mucosa. El grupo ΔsigH fue el único que impidió totalmente la formación de los granulomas típicos de la tuberculosis. En su lugar, creó estructuras inmunes organizadas, que activaron una respuesta más efectiva y específica.

¿Es esta la vacuna que puede cambiar el futuro de la tuberculosis? No lo sabemos aún, pero esta imagen indica que estamos mucho más cerca de encontrar una solución efectiva a uno de los enemigos microscópicos más antiguos que afectan a nuestra especie.

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BREVES PARALELAS

Crédito: Imagen generada por IA

Por Francisca Munita
Periodista

EL ECO PELIGROSO DE LA DESINFORMACIÓN ANTIVACUNAS EN REDES SOCIALES

En las últimas semanas, el aumento de casos de sarampión en Estados Unidos ha vuelto a encender un viejo pero peligroso debate en redes sociales: usuarios antivacunas han difundido desinformación, afirmando que las vacunas contienen “metales pesados” y otros supuestos “peligros”.

  • Esta ola de desconfianza ha llegado en Chile al punto de cuestionar incluso al Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI)y su obligatoriedad, desconociendo sus logros, que han posicionado a nuestro país como un referente internacional en la materia y permitido erradicar o controlar enfermedades que antes impactaban gravemente en la mortalidad infantil.

Los dardos apuntan especialmente a las vacunas contra el COVID-19, bajo la lógica de “nos están envenenando”. Manipulan estudios científicos, citando palabras como “ARN mensajero” o “mutaciones”, sin que el contenido tenga relación con efectos adversos y, en algunos casos, ni siquiera con las vacunas. Se ignoran comparaciones básicas de riesgo: mientras la trombosis asociada a vacunas es de 1-4 casos por 100 mil personas, el riesgo de hospitalización o muerte por COVID era cientos de veces mayor (EMA, 2021).

  • Increíblemente, los usuarios de redes sociales aceptan riesgos mayores en actividades cotidianas, como usar anticonceptivos oralesvolar más de cuatro horasAdemás, la desinformación es respaldada por personajes públicos, reforzando en sus seguidores el sesgo de confirmación: solo buscan información que valide sus prejuicios.

Así, la desinformación en redes no solo desorienta, sino que también alimenta sectarismos peligrosos que amenazan la salud pública. Frente a ello, el desafío es claro: comunicar con evidencia, paciencia y firmeza. Para estos casos, más ciencia y menos TikTok, X o Facebook.

DEL CHIP AL ADN MUTANTE: LOS MITOS MÁS CREATIVOS SOBRE VACUNAS

“Las vacunas tienen microchips”
Sí, claro, con GPS preconfigurado para llegar a Marte y conexión wifi gratis.

“Contienen metales pesados que envenenan
Tan pesados que el único peso real es el de los aplausos a los avances médicos.

“Modifican tu ADN”
Tranquilo: no te vas a convertir en Spider-Man ni en Hulk.

“Causan más enfermedades que las que previenen”
Si fuera cierto, la expectativa de vida habría bajado. Y, ¡sorpresa!, ha subido.

“Las enfermedades ya no existen, no necesito vacunarme”
¡Por supuesto, gracias a las vacunas! Es como apagar la alarma de incendios porque no ves fuego.

“Las vacunas causan autismo”
El mito más terco de todos: desmentido por la ciencia hace más de 20 años.

“Las vacunas COVID están matando a jóvenes sanos”
Según TikTok, sí. Según hospitales, salvaron millones de vidas. Realidad 1 – Mito 0.

“Es una campaña globalista para controlarnos”
Obvio: primero erradicaron la viruela, ahora quieren controlar nuestros cerebros.

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RECOMENDACIONES: ¿VACUNAS Y ENTRETENCIÓN EN LA MISMA FRASE? SÍ, SEÑORAS Y SEÑORES

Crédito: Imagen promocional de la serie Pandemia: cómo prevenir un brote (Netflix, 2020)

Por Francisca Munita
Periodista

Porque informarse no tiene por qué ser fome, en esta sección te dejo algunos datos que mezclan ciencia con buenas historias, humor, gráficos, documentales y hasta videojuegos. Ya sea para compartir con tus tías en el grupo familiar o entender por qué los microchips no vienen con wifi, estas recomendaciones son puro contenido que engancha, ¡y educa sin que te des cuenta!

Podcast: Cosa de Todos – Capítulo sobre vacunas e inmunidad colectiva
Disponible en Spotify. Con lenguaje claro, buen ritmo y foco en ciencia ciudadana. Ideal para compartir en grupos familiares o escolares. Escúchalo aquí.

Libro: ¿Funcionan las vacunas? – Ignacio López-Goñi
Un microbiólogo con gran talento divulgador que desmonta mitos con evidencia y buen humor. Fácil de conseguir en formato digital. Disponible en Amazon.

Serie documental: Pandemia: cómo prevenir un brote – Netflix
El capítulo 1 aborda la importancia de la vacunación a nivel global. Cercano, visualmente potente y con testimonios desde América Latina.

Cuenta chilena en Instagram: @vacunatessen
Proyecto de estudiantes de salud que desmitifican fake news con humor gráfico, datos actualizados y mucho lenguaje pop. Perfecta para jóvenes.

Dato freak: el videojuego Plague Inc. fue vetado en algunos países.
¿La razón? Enseñaba demasiado bien cómo funciona la inmunidad colectiva. Ideal para educar a adolescentes de forma lúdica (¡está en español!). Descargar en Google Play  Descargar en App Store.

Ya sabes: si quieres ciencia con entretención, tienes opciones para oír, leer, ver y hasta jugar. Perfectas para este “posible” fin de semana largo (si es que el jefe fue buena onda y te dio sándwich el viernes).


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Y esto es todo en esta edición de Universo Paralelo. Ya sabes, si tienes comentarios, recomendaciones, fotos, temas que aportar, puedes escribirme a universoparalelo@elmostrador.cl. Gracias por ser parte de este Universo Paralelo.

  • Mis agradecimientos al equipo editorial que me apoya en este proyecto: Fabiola ArévaloFrancisco Crespo, Francisca Munita, Ignacio Retamal, Camilo Sánchez y Sofía Vargas, y a todo el equipo de El Mostrador.

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