Sustentabilidad
En noviembre del año pasado, a dos trabajadores de Amazon les llegó desde la compañía una carta de advertencia ¿La razón? Hablaron sobre la precaria política ambiental de la gigante del e-commerce. La empresa estadounidense trabaja con compañías de combustibles fósiles, como Shell o BP.
Los trabajadores de Amazon fraguan una rebelión. Dos grandes causas la cruzan: la política medio ambiental y el estricto reglamento comunicacional de la gigante del e-commerce.
Todo comenzó en noviembre del año pasado. A dos trabajadores de Amazon (la diseñadora principal de experiencia de usuario de la compañía, Maren Costa, y el ingeniero de desarrollo de software, Jamie Kowalski) les llegó, desde la empresa, una carta de advertencia: los acusaron de violar la política comunicacional de la compañía.
Otras infracciones pueden «dar lugar a medidas correctivas formales, que pueden incluir la terminación de su empleo en Amazon», se leía en un correo electrónico enviado a Costa.
¿A qué se debieron estas amenazas? Resulta que Costa y Kowalski entregaron declaraciones a The Washington Post fustigando las políticas ambientales de la compañía. Las críticas se centraron en que la empresa trabaja con compañías de petróleo y gas, como Shell o BP.
Ante las advertencias, el pasado domingo más de 350 trabajadores de la empresa hicieron una manifestación pública en apoyo a Costa y Kowalski. Los empleados, agrupados en el “Amazon Employees for Climate Justice”, también publicaron un comunicado en el que castigan los rígidos reglamentos comunicacionales de la compañía estadounidense.
La política de comunicación externa de Amazon “prohíbe a los empleados hablar sobre los negocios de la compañía sin la aprobación previa de la gerencia”, señalaron en el comunicado.
“Como trabajadores de Amazon, somos responsables no solo del éxito de la compañía, sino que también de su impacto. Es nuestra responsabilidad moral hablar, y de hacer cambios en la política comunicacional que nos está censurando el ejercicio de esa responsabilidad. Ahora no es el momento de silenciar a los empleados, especialmente cuando la crisis climática representa una amenaza sin precedentes para la humanidad”, agregó la ingeniera de desarrollo de software de Amazon, Sarah Tracy.
Durante el 2019, 8.700 trabajadores de Amazon escribieron una carta abierta al director ejecutivo de la compañía, Jeff Bezos, solicitándole una depuración en la política ambiental. En septiembre del mismo año, miles de ellos marcharon contra el cambio climático.
La respuesta de la compañía no se hizo esperar. El mismo septiembre, el gigante del e-commerce anunció que para el 2040 serían carbono neutral. Sin embargo, los empleados les recordaron que la urgencia climática requiere una mayor celeridad de acción. El Acuerdo de Paris precisamente estipula la necesidad de la neutralidad de carbono para el 2030, no 10 años después, con el fin de que la temperatura del planeta no ascienda a más de 1,5°C.
Pero Amazon ha hecho caso omiso. Incluso rechazó la demanda de los trabajadores de “dejar de proporcionar a las compañías de combustibles fósiles tecnología de aprendizaje automático para acelerar la extracción de petróleo y gas”, alertó “Amazon Employees for Climate Justice”.
