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La verdadera epidemia de Chile es la obesidad Salud

La verdadera epidemia de Chile es la obesidad

Según un análisis que realiza el Observatorio Elige Vivir Sano, el nivel de escolaridad del jefe de hogar, la zona del país que se habita o incluso el sexo tienen relación con el desarrollo de esta enfermedad en niños.


Este miércoles 4 de marzo se conmemoró el Día Mundial de la Obesidad, un tema especialmente preocupante en el país, ya que los últimos datos publicados por la OECD muestran que Chile es el país con mayor obesidad y sobrepeso (74% de la población adulta), superando a (72,5%) y Estados Unidos (71%). En el caso de los escolares, la mitad de los niños padecen obesidad o sobrepeso (52% de acuerdo a los últimos datos del Mapa Nutricional de Junaeb 2019).

El ministro de Desarrollo Social y Familia, Sebastián Sichel, recalcó la importancia de la fecha, puntualizando que “tenemos que poner la cara a una de las epidemias más graves que vive Chile que se llama obesidad, y que es una de las epidemias más injustas porque ataca exactamente a los más pobres y a las personas que viven en zonas rurales, a personas de pueblos originarios, por lo tanto, este día es vital para la toma de conciencia, para fijar una estrategia de cómo seguir combatiendo la obesidad y además poner en alerta a la familia chilena”.

Sin embargo, sostuvo que “se está trabajando en dos fórmulas para combatir la obesidad, uno es una estrategia regulatoria donde Chile ha sido un país de avanzada, con la Ley de Etiquetado de Alimentos y con Elige Vivir Sano, que busca que todo el Gobierno actúe tempranamente a esta estrategia de protección, pero también una estrategia súper fuerte de promoción de actividades saludables y buena alimentación”.

Por su parte, la secretaria ejecutiva de Elige Vivir Sano, Daniela Godoy, recalcó que “este es un tema muy complejo porque 2,8 millones de personas mueren en el mundo a consecuencia de la obesidad cada año (…) y es difícil de abordar porque depende de muchos factores, lo que transforma a la obesidad en un problema de salud pública, pero también de desarrollo social”.

Añadió que, precisamente, para conocer mejor este fenómeno y trabajar con estrategias más focalizadas, el Observatorio Elige Vivir Sano está haciendo un estudio sobre determinantes sociales de malnutrición en escolares: “Con los datos del Mapa Nutricional de Junaeb y del Registro Social de Hogares pudimos unir las variables para conocer en materia de entorno escolar cuáles son esos factores que pueden estar incidiendo mayormente en la obesidad en los niños”.

Resultados

Algunas de los primeros resultados de este estudio son:

  • A mayor nivel de escolaridad del jefe de hogar, menor prevalencia de obesidad del niño. Esto ocurre en todos los cursos analizados (prekínder, kínder, primero básico, quinto básico y primero medio).
  • Los niños que viven en zonas rurales tienen mayor prevalencia de obesidad.
  • Las mujeres tienen menor prevalencia de obesidad que los hombres hasta quinto básico.
  • Los estudiantes que nacieron fuera de Chile tienen menor prevalencia de obesidad que los nacidos en el país.
  • Quienes pertenecen a pueblos originarios tienen mayor prevalencia de obesidad que quienes declaran no pertenecer a uno.
  • Respecto a los niveles de vulnerabilidad socioeconómica, los estudiantes pertenecientes al 50%, 60% y 70% más vulnerable tienen mayor prevalencia de obesidad que los de tramo del 40% más vulnerable. Esta relación solo se da en quinto básico.
  • En los cursos superiores (quinto básico y primero medio), los estudiantes de regiones extremas (Arica y Parinacota y Magallanes y la Antártica Chilena) tienen mayor prevalencia de obesidad que los estudiantes del mismo nivel de la Región Metropolitana.

Las autoridades visitaron el Polideportivo de Ñuñoa para conversar con vecinos sobre los efectos de esta enfermedad.

En la actividad, los vecinos pudieron dar su opinión. Por ejemplo, Nelson Araya dijo que “yo creo que hay que cambiar las costumbres de los chilenos porque cuando nos juntamos con los familiares y con los amigos es para comer. ¿Por qué no nos juntamos igual, pero vamos al campo o hacemos actividad física?”.

Por su parte, Romina Moya contó que la mayoría de su familia sufre obesidad mórbida y que uno de sus tres hijos tiene una arritmia cardíaca. Para cuidarlos, comentó, “pensé que tendría que empezar a cambiar sus hábitos. Empecé darles frutos secos, agua (…) Ahora abren el refrigerador y hay frutas. Y les encanta”.

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