Digital
“Generación Digital” consta de 7 capítulos que con la participación de expertos, se abordan algunos de los conceptos que durante los últimos años han adquirido nuevas definiciones y usos en línea con las nuevas demandas que cada generación tiene al enfrentar el mundo online, como lo son Generación Z, Ciudadanía Digital, Videojuegos y Realidad Virtual, entre otros.
El año 2019, el escritor inglés Matt Haig señaló en su libro “Apuntes de un Planeta Estresado” que los jóvenes de hoy son la generación más conectada en la historia y, al mismo tiempo, la más solitaria. Sus palabras tuvieron lugar antes de la explosión digital que provocó la pandemia del Covid-19, de manera que parece más urgente y necesario que nunca descubrir y conocer el impacto que los diferentes avances tecnológicos están provocando en nuestra sociedad.
Con la premisa de aportar a entender el nuevo paradigma social que estamos viviendo, Fundación VTR desarrolló una webserie de siete capítulos llamada Generación Digital la que, a través de infografías, animaciones y testimonios de destacados expertos invitan a reflexionar sobre el mundo actual y los desafíos que enfrentaremos en los próximos años.
¿Qué es la Generación Z y el Sexting, ¿Cómo ser buenos ciudadanos digitales?, ¿Qué es la robótica social?, ¿Qué rol cumplen los videojuegos en este nuevo mundo?, ¿Cómo la realidad virtual amplió los campos de acción de las nuevas tecnologías? son solo algunas de las preguntas que aborda la serie, que busca entregar herramientas de juicio para que las personas puedan desenvolverse mejor en la era digital.
La parrilla de contenidos de Generación Digital, disponible desde el lunes 26 de abril a través de la web fundaciónvtr.cl y para clientes en la plataforma VTR+, incluye capítulos sobre Ciudadanía Digital, Videojuegos, Trabajos con Futuro, Robótica Social, Realidad Virtual y Sexting, y en ellos participan reconocidos expertos, como Komal Dadlani, cofundadora de Lab4U, Georgios Yannakakis, director del Instituto de Juegos Digitales de la Universidad de Malta, Albert Cañigueral, autor del libro “El Trabajo ya no es lo que era” y Rodrigo Jarpa, psicólogo y doctor en sexualidad humana, entre muchos otros.
Pese a los innegables beneficios de las tecnologías en el desarrollo social y económico de las personas, hay un foco que preocupa de manera transversal a quienes investigan la materia. Ana María Raad, directora de la Fundación Reimagina y de AprendoenCasa.org, enciende algunas luces de alerta en la educación online. “Hoy hay muy poco énfasis en la formación para el mundo digital, dejando completamente de lado las emociones y las actitudes que se requieren para la correcta formación de ciudadanos digitales, que es concepto infinitamente más integral”, explica.
Dicho de otra manera, los efectos de la tecnología van a ser positivos en la medida que nos permitan anticipar los cambios y de esa manera, adecuarnos correctamente a ellos. Raad recalca que es en la sala de clases donde deben ocurrir los mayores y más profundos cambios. “Digitalizar el 100% de la educación de los jóvenes no es la solución, ya que acá lo que debe primar es la experiencia formativa por sobre el canal que se escoja para ello. El rol del profesor debe tender hacia el desarrollo de habilidades como la autogestión de los estudiantes, disminuyendo así la dependencia de éste como centro neurálgico de la sala de clases”, agrega.
En una línea similar, Cyntia Soto directora ejecutiva de Fundación VTR, coincide en la necesidad de humanizar la tecnología. “El año pasado lanzamos la Radiografía Digital, un estudio que nos permitió detectar, entre otras cosas, que los niños declararon estar aprendiendo menos desde sus casas respecto de sus colegios y que anhelan avanzar a un modelo mixto que les permita mantener el contacto físico con sus compañeros”, indica.
Soto afirma que el mayor desafío es descubrir la forma en que lo social, lo humano y los afectos sigan siendo el eje rector de una convivencia que se enriquece a través de la tecnología, pero que no desdibuja lo que somos.
Desafíos hay por montones y no cabe duda que se vienen tiempos de grandes cambios que requerirán de ciudadanos empoderados y habilitados para vivir y desarrollarse en plenitud en este nuevo orden digital. La buena noticia es que la pandemia llegó en un momento en que contamos con niveles de desarrollo tecnológico sin precedentes, lo que por cierto ha ayudado a sobrellevar de mucho mejor manera las cuarentenas y el teletrabajo, sin mencionar que de manera inédita, un año después de detectado el virus, la comunidad científica descifró su ADN y el mundo cuenta con las vacunas necesarias para hacerle frente.
Pero es evidente que tenemos retos fundamentales por delante, por ejemplo, en abordar esa soledad a la que se refiere Matt Haig, y por supuesto en impulsar una generación digital colaborativa y humana, que permita abordar con algún grado de éxito problemas globales, como el cambio climático, el hambre, la sequía y las desigualdades sociales.
