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Efectos del cambio climático en La Araucanía Opinión

Efectos del cambio climático en La Araucanía

Jorge Jerez
Por : Jorge Jerez Docente de Ingeniería de Recursos Naturales Renovables Colaborador Centro de Políticas Públicas Universidad Católica de Temuco
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La Araucanía, al igual que el resto del país, presenta grandes heterogeneidades en el aspecto climático, tanto en los ejes norte-sur, como este-oeste.


Los modelos de predicción de cambio climático proyectan para Chile un escenario con menor precipitación y aumentos de la temperatura en la zona central y centro sur. Esta situación ya ha sido observada a partir del año 2010, cuando comenzó a evidenciarse una significativa disminución de las precipitaciones, que ha sido denominada ‘mega sequía’ tanto por su intensidad y duración como por la extensión del país que ha afectado.

Este fenómeno se ha sumado a prácticas productivas que han afectado los ecosistemas y tienen a varias regiones del país en una grave situación socioambiental. Entre otras consecuencias, las sequías derivadas de la disminución de las precipitaciones han producido desplazamientos internos de la población, como ha sido documentado por la Organización Internacional para las Migraciones en la comuna de Monte Patria en el año 2017 y, probablemente, también en muchas otras comunas.

La Araucanía, al igual que el resto del país, presenta grandes heterogeneidades en el aspecto climático, tanto en los ejes norte-sur, como este-oeste. La disminución de las precipitaciones en esta región, territorio que en el imaginario colectivo se asocia con altas precipitaciones y abundancia de recursos hídricos, ha comenzado un proceso de transformación a una zona semiárida en el secano interior que abarca gran parte de la provincia de Malleco y algunas comunas de la provincia de Cautín, como Lautaro, Cholchol y Nueva Imperial. Un punto de inflexión en esta transformación ocurrió el año 2019, cuando las precipitaciones registraron reducciones de 30% a 50% comparado con los promedios históricos, patrón que ha persistido en los años recientes.

La disminución de la precipitación ha llevado a que el índice de aridez promedio de diez localidades del secano interior disminuya de 1,16 a 0,62. Esto significa que la lluvia es capaz de cubrir solo el 60% de la necesidad de agua de las plantas. Este índice grafica lo que agricultores, campesinos y habitantes rurales observan en la transformación del paisaje, con disminución del periodo de crecimiento de las plantas, lo que repercute en las alternativas productivas y en el sistema socioeconómico.

A partir de estos antecedentes, es posible inferir que La Araucanía se ha convertido en una zona de transición climática, con sectores de la región en los cuales las precipitaciones se han reducido desde los 1.000 mm/año a valores en el rango de los 600 a los 800 mm/año. No está claro si las precipitaciones registradas en estos años han sido fenómenos puntuales o se convertirán en una tendencia de largo plazo, pero son coherentes con los pronósticos más severos de los modelos de cambio climático para la zona.

Por este motivo, la región debe implementar estrategias de adaptación, especialmente para el secano interior, que permitan reconvertir o adaptar las actividades productivas a las nuevas condiciones climáticas. En este nuevo enfoque de producción es importante que se consideren criterios de sostenibilidad para asegurar el desarrollo socioeconómico y evitar el deterioro ambiental de las comunas del secano interior; de lo contrario, se convertirán, al igual que Monte Patria, en una fuente de migración interna.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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