Publicidad
Generación Z: principales víctimas y víctimas de estafas digitales en la era de la IA Digital Créditos: El Mostrador.

Generación Z: principales víctimas y víctimas de estafas digitales en la era de la IA

Publicidad

Los jóvenes, a pesar de su dominio tecnológico, son los más expuestos a estafas digitales sofisticadas impulsadas por IA. Su confianza y actividad en redes sociales los hace vulnerables a fraudes, deepfakes y manipulaciones. La educación digital y financiera es clave para protegerlos.


Aunque suele creerse que los adultos mayores o quienes tienen menos habilidades digitales son los más vulnerables a los fraudes en línea, la evidencia apunta en otra dirección. Son los jóvenes, nativos digitales, quienes hoy enfrentan un mayor riesgo frente a las estafas digitales. Tanto así, que en Estados Unidos personas de 20 a 29 años reportaron el 44% de las estafas en el país, la tasa más alta entre todos los grupos de edad.

Según el 12° Pronóstico Anual de Brechas de Datos 2025 de Experian, la inteligencia artificial ha incrementado la sofisticación de los ciberdelitos, involucrando a los adolescentes tanto como víctimas como perpetradores. De hecho, datos del FBI revelan que la edad promedio de los detenidos por delitos cibernéticos es de apenas 19 años, muy por debajo de los 37 años registrados en otros tipos de delitos.

El exceso de confianza, el principal riesgo

Adolescentes y jóvenes, por su cercanía y dominio de la tecnología, suelen confiar demasiado en su capacidad para navegar seguros por internet. Esta confianza, sin embargo, puede jugarles en contra: los lleva a bajar la guardia en aspectos clave como proteger sus contraseñas, compartir datos personales o descargar aplicaciones sin verificar su seguridad. Además, el tiempo que dedican a redes sociales, videojuegos en línea y plataformas de streaming aumenta aún más su nivel de exposición a posibles amenazas digitales.

El uso intensivo de redes sociales y el exceso de confianza en plataformas como Instagram, TikTok y WhatsApp lleva a que los usuarios más jóvenes confíen en estafadores que, muchas veces, se hacen pasar por conocidos y empresas legítimas.

Muchos jóvenes creen que “nada les va a pasar” porque sienten que dominan el mundo digital mejor que nadie. Sin embargo, esa confianza puede volverse en su contra. Los ciberdelincuentes lo saben bien y se aprovechan de esa actitud despreocupada para atacarlos con contenido manipulado, estafas financieras o incluso reclutarlos para participar en actividades ilegales.

Adolescentes frente al riesgo digital: entre deepfakes, estafas y la urgencia de educar

Hoy, los adolescentes enfrentan nuevas formas de acoso digital, desde chantajes hasta manipulación emocional, muchas veces a través de contenidos falsificados con inteligencia artificial generativa, como imágenes o videos conocidos como deepfakes. Según un estudio de la Escuela de Educación de Harvard, más del 50% de los jóvenes entre 14 y 22 años ya ha utilizado herramientas de IA generativa, y cerca del 31% las emplea para crear imágenes, lo que refleja cuán accesibles y extendidas se han vuelto estas tecnologías.

La presión económica y el deseo de obtener ingresos de forma rápida vuelven a muchos jóvenes especialmente vulnerables a promesas de dinero fácil. Esta necesidad urgente los lleva a caer con mayor facilidad en estafas que ofrecen soluciones inmediatas, pero terminan siendo trampas digitales.

La prevención ante estas amenazas no depende únicamente de contar con plataformas y aplicaciones más seguras. También es clave el comportamiento responsable de los propios usuarios. En ese sentido, la educación digital y financiera juega un rol esencial para formar criterios y tomar decisiones informadas en línea.

Educación digital y financiera: clave para proteger a los jóvenes en línea

Reconocer estafas, proteger los datos personales y comprender los riesgos del entorno digital son habilidades esenciales que deben enseñarse desde una edad temprana, tanto en el hogar como en las escuelas. De igual forma, una buena educación financiera ayuda a que los jóvenes sean más cautelosos al compartir información bancaria o realizar transacciones en línea.

“Las plataformas seguras son necesarias, pero no suficientes. La verdadera protección comienza con las decisiones conscientes de cada persona en línea. Por eso es fundamental educar a los jóvenes en seguridad digital y financiera, para que puedan navegar el mundo virtual con responsabilidad y criterio”, afirma Richard Kosche, product & Go To Market Manager de Experian.

La educación digital y financiera no solo es teoría: también se aplica en hábitos concretos que los jóvenes y sus familias pueden adoptar día a día para navegar con más seguridad. Aquí algunos consejos prácticos:

  • Conexiones seguras: Siempre que sea posible, utiliza redes Wi-Fi privadas y confiables, sobre todo al realizar compras o transacciones en línea. Si necesitas conectarte desde una red pública (por ejemplo, en un café o aeropuerto), lo ideal es usar una VPN que proteja tu información y reduzca el riesgo de ataques.
  • Verifica antes de hacer clic: Antes de ingresar datos personales o bancarios en una página web, revisa que la dirección sea correcta, busca el sitio oficial desde otra pestaña del navegador y evita hacer clic en enlaces sospechosos que llegan por mensajes o correos electrónicos.
  • Fíjate en los detalles del sitio web: Muchas páginas falsas parecen legítimas a simple vista, pero tienen errores en sus menús, botones o información. Si algo no funciona bien o el diseño parece poco profesional, podría ser una señal de fraude.
  • Protege tu información personal: Nunca compartas datos sensibles como contraseñas o números de tarjeta de crédito por mensajes de texto, llamadas telefónicas, redes sociales o correos electrónicos.
  • Crea contraseñas seguras: Combina letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos en tus contraseñas, y evita usar las mismas claves en diferentes cuentas. Así será mucho más difícil que te hackeen.
  • Revisa tus cuentas con frecuencia: Mantén el hábito de monitorear tus cuentas bancarias, movimientos de tarjetas e historial crediticio. Detectar un cobro extraño a tiempo puede evitar un problema mayor.

Tener tecnologías robustas es fundamental, pero el primer y más efectivo escudo sigue siendo el conocimiento y el autocuidado digital de cada usuario.

Publicidad