Un análisis de The Washington Post, basado en los historiales de visualización de más de 1.100 usuarios y el seguimiento de 15 millones de videos entre abril y septiembre de 2024, reveló cómo el algoritmo hiperpersonalizado de la plataforma incrementa el tiempo de uso y dificulta que los usuarios dejen de interactuar con la aplicación. Este fenómeno afecta tanto a quienes la usan ocasionalmente como a los usuarios intensivos, y ha encendido las alertas de expertos en salud mental y diseño digital sobre los riesgos de la adicción digital y la manipulación algorítmica.
El corazón de la experiencia en TikTok está en su algoritmo, que ofrece un flujo ininterrumpido de contenido adaptado a los intereses de cada usuario. Según el reportaje, la empresa matriz ByteDance mantiene en secreto los detalles de este sistema, lo que dificulta comprender plenamente su impacto. Sin embargo, los datos recopilados muestran que basta con ver 260 videos, lo que puede ocurrir en apenas 35 minutos, para que se forme un hábito en la aplicación.
El diseño de la interfaz, que prioriza la facilidad de desplazamiento y la inmediatez, refuerza la permanencia de los usuarios, quienes se ven impulsados a seguir deslizando en busca de nuevos estímulos y recompensas, consolidando así un ciclo difícil de romper.
TikTok fomenta hábitos de uso prolongado y puede generar adicción digital
El análisis de los patrones de uso en TikTok revela una evolución clara hacia la formación de hábitos adictivos. Desde el inicio del estudio, los usuarios menos intensivos ya dedicaban más de 30 minutos diarios a la plataforma, mientras que los más activos superaban las cuatro horas de consumo diario.
Tras apenas una semana, los primeros aumentaron su tiempo de visualización en más del 40%, alcanzando 45 minutos diarios, mientras que los usuarios intensivos se mantuvieron en torno a las cuatro horas. Ambos grupos también incrementaron la frecuencia con la que abrían la aplicación y redujeron los intervalos entre deslizamientos, evidenciando una aceleración en el consumo de contenido.
Para septiembre, los usuarios ocasionales ya pasaban más de 70 minutos diarios en TikTok, duplicando su tiempo inicial, y los intensivos seguían superando las cuatro horas diarias. Este patrón refleja la capacidad de la plataforma para consolidar hábitos de uso prolongado en apenas meses.
Las consecuencias de este uso compulsivo se evidencian en testimonios recogidos por The Washington Post. Jon Freilich, gerente de operaciones en California, aseguró que, aunque nunca ha consumido alcohol ni drogas, siente que tiene una especie de adicción a la red social que lo hace perder horas frente a la pantalla.
Freilich no es un caso aislado. Varios usuarios reconocen cómo la dinámica de las plataformas digitales, especialmente la duración breve y continua de los videos, contribuye a perder la noción del tiempo. Esta característica de desplazamiento infinito mantiene la atención y dificulta establecer límites al tiempo que se pasa frente a la pantalla.
Expertos alertan sobre adicción y pérdida de control
Especialistas en salud digital y psicología advierten sobre los riesgos que conlleva el uso intensivo de TikTok, especialmente en relación con la salud mental y las interacciones sociales. Por ejemplo, la profesora Meredith David, de la Universidad de Baylor, señala que estos hábitos digitales “tienden a reemplazar actividades sociales importantes y pueden generar consecuencias en la salud mental, ya que suelen restar tiempo para compartir con amigos, familia o para realizar actividades productivas y enriquecedoras”.
Expertos en diseño digital y psicología, como Thomas Essmeyer, han subrayado cómo la interacción en TikTok está más determinada por la aplicación que por el propio usuario. Según Essmeyer, “en realidad, no es que tú como usuario, o nosotros como usuarios, controlemos cómo interactuamos con la aplicación, sino que la aplicación interactúa con nosotros”.
El desplazamiento constante y la personalización del contenido refuerzan la sensación de control, aunque en la práctica el algoritmo dirige la experiencia.
Estudios recientes muestran que el consumo prolongado de videos de formato corto puede disminuir el autocontrol y favorecer comportamientos impulsivos, dificultando la concentración y aumentando la tendencia al “phubbing”, es decir, ignorar a las personas presentes para prestar atención al teléfono. El diseño de TikTok está orientado a maximizar la gratificación inmediata del usuario, promoviendo un consumo prolongado de contenido y reforzando los mecanismos de recompensa en cada sesión.
Esta estructura incentiva la interacción continua, sin que los usuarios siempre perciban las posibles consecuencias a largo plazo en sus hábitos digitales. Mantener un control consciente sobre el tiempo de uso se vuelve esencial para evitar que la experiencia digital desplace otras actividades y afecte el bienestar cotidiano.