Innovación
Los objetivos incluyen mejorar la calidad de la investigación, promover transparencia y ética, facilitar acceso al conocimiento y fomentar la colaboración. Además, incluye perspectiva de género, promueve la formación en ciencia abierta y se establecen directrices para publicación y gestión de datos.
La Universidad Central de Chile se ha convertido en una institución pionera al promulgar y poner a disposición de todos y todas una de las primeras políticas de ciencia abierta del país, en el marco del trabajo que ha realizado el proyecto de Innovación en la Educación Superior (InES) de Ciencia Abierta de la casa de estudios.
De acuerdo al texto, la definición de ciencia abierta es compleja y está aún en discusión. Sin embargo, existen algunas como la del proyecto Foster, que señala que “la ciencia abierta es la práctica de la ciencia de forma que otros puedan colaborar y contribuir, donde los datos de investigación, las notas de laboratorio y otros procesos de investigación están disponibles libremente, en condiciones que permiten la reutilización, redistribución y reproducción de la investigación y sus datos y métodos subyacentes”.
Como contexto, la directora alterna del proyecto InES Ciencia Abierta, Soledad Quiroz, quien creó esta política, explicó que “estos proyectos fueron adjudicados por primera vez en el año 2021 por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). A partir de entonces, se han adjudicado anualmente un grupo de proyectos a distintas universidades”.
“Los objetivos de los proyectos son similares, que son asegurarse de que las universidades tengan una infraestructura que permita compartir datos de investigación y productos de investigación de manera abierta. Y que esa infraestructura vaya acompañada de una política de regulaciones o de algún sistema que se asegure de que cambien las prácticas de los investigadores e investigadoras y funcionarios también dentro de las universidades para que puedan ser multiplicadas y sean realmente integradas a la cultura universitaria en Chile”, añadió Quiroz.
Respecto de ser una de las primeras instituciones en crear una política de ciencia abierta, la académica del proyecto dijo que “sin duda nos hemos convertido en una institución pionera en ciencia abierta y en incluir las prácticas de ciencia abierta como un elemento relevante dentro de la actividad de la universidad. De hecho, hemos ido más allá de lo que nos pedía la ANID en sus bases”.
Tras una revisión y análisis exhaustivo, los cuatro principios fundamentales de la política de ciencia abierta son la “excelencia en la investigación”, que compromete a impulsar la calidad de la investigación en su originalidad, significancia y rigor; la “Integridad en los procesos de investigación”, que refuerza el compromiso con la transparencia, ética y reproducibilidad de la investigación realizada en nuestra universidad; “Acceso”, que fomenta el acceso y uso de conocimiento, con especial atención al financiado con fondos públicos; y la “Colaboración y cooperación”, que incentiva el trabajo de investigación con otros investigadores e investigadoras a nivel geográfico (regional, nacional e internacional) y disciplinar (inter, trans y multidisciplinar).
En cuanto a los objetivos, a grandes rasgos, son asegurarse de que que exista un conocimiento básico de los conceptos, de cuáles son las prácticas de ciencia abierta, y que se reconozcan, debido a que existían muchas prácticas que ya hacían los investigadores, pero no las habían identificado como tales. También muchas actividades de ciencia ciudadana y de divulgación de la ciencia de material educativo digital que no se habían reconocido anteriormente.
“Entonces, por un lado, queremos reconocer en en nuestros investigadores las prácticas que ya se realizaban y, por otro lado, que se empiece a generar la discusión de otras prácticas que permiten que la ciencia sea de mejor calidad, más tengan un mayor impacto, una mayor difusión, y que también sean más socialmente responsables”, puntualizó Quiroz.
