Estos elementos en desuso que deja la industria minera y pesquera en Iquique fueron la fuente de inspiración para que un emprendedor de la zona quisiera darle un nuevo uso y convertirlos en juguetes educativos.
La basura de un hombre es el tesoro de otro, así dice el dicho, y no puede estar mejor aplicado que en el caso que inspiró a Aliküm. Este emprendimiento chileno, iquiqueño para ser más exactos, vio en los pallets en desuso que dejaba la industria minera y pesquera su valiosa materia prima para convertirlos en juguetes de madera educativos, que además suman realidad aumentada.
Esta empresa nacida en diciembre de 2019, surgió con la visión clara de transformar residuos en productos de alto valor como resultado de un momento complejo, social y personal. Ese mismo año, Paulo Araya, fundador y CEO, se desempeñaba como jugador profesional de fútbol en Deportes Iquique mientras estudiaba Ingeniería Comercial en horario vespertino.
Inspirado por los eventos previos a la COP25 y las crisis que culminaron en el estallido socia nacional, comenzó a fabricar muebles como una forma de ahorro y terapia. Este esfuerzo se formalizó en enero de 2020, impulsado por un desafío empresarial de Sociedad Química y Minera de Chile (SQM).
El nombre Aliküm deriva de “Aliwen Kümetun” en mapudungun, que significa “Árbol que vuelve a la vida”, reflejando su compromiso con la regeneración y sostenibilidad, el foco del trabajo de esta startup.
Según destaca Paulo Araya, “nuestra principal motivación es la oportunidad de crear, con algo tan corriente como un pallet, un modelo empresarial de gran valor socio ambiental. Siendo, no solo pioneros en economía circular aplicada en Tarapacá desde los productos revalorizados, sino que también un aliado estratégico de las empresas gestoras y las comunidades aledañas, capturando y generando valor mediante productos y actividades de voluntariado”.
La startup recibe el apoyo del Instituto 3IE, la incubadora de negocios de la Universidad Técnica Federico Santa María, a través del servicio de Incubación y, en este sentido, Araya señala que junto a ellos “nos ha permitido poder desarrollar de forma correcta y ordenada nuestro proyecto Semilla Inicia, además de conectar con grandes mentores que nos permitieron generar nuevas ideas y/o alianzas, por medio de su Red de Mentores 3IE”.
Aliküm se distingue por su enfoque en la economía circular aplicada a través de sus cuatro líneas de negocio, que considera aspectos como mueblería ecológica. Pero es en el área de la juguetería donde unen lo sostenible con la tecnología y la educación, ya que crean productos educativos innovadores con contenido en realidad aumentada, versátiles y adaptables a diversos residuos.
En esa línea, Araya destaca que “nuestra empresa desarrolla e implementa contenido educativo en realidad aumentada en sus juguetes con un enfoque patrimonial y se encuentra en proceso de mejora mediante un sistema de reconocimiento de usuario para la venta de contenido complementario, extendiendo así la vida útil del producto”.
A la fecha han revalorizado más de 1.000 pallets al año y han logrado en términos de equivalencia, entre otros, el ahorro de 24.333 m³ de agua y fabricado más de 40.000 juguetes o 1.200 muebles. Además, complementan estas acciones con al menos ocho actividades de voluntariados anuales junto a Instituto Nacional de la Juventud (INJUV).
Actualmente, ofrece cinco tipos de juguetes, algunos de ellos aún en desarrollo y todos con contenido educativo apoyado por profesionales de la pedagogía:
– Caja Jurásica: certificada por Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción (DICTUC) y disponible en Amazon USA.
– Pata Jurásica: en proceso de certificación.
– Tangrama Wenseslao: certificado y disponible en Amazon USA.
– Sistema Solar: en desarrollo.
– Cubos Jurásicos: en desarrollo.