
Productores de uva de mesa fortalecen uso de sensores de suelo para enfrentar la escasez hídrica
Gracias a un proyecto del INIA y CORFO, agricultores de la zona central fortalecieron sus capacidades en el uso de sensores para optimizar el riego. Esta tecnología les permitirá mejorar la calidad del fruto, reducir costos y enfrentar la escasez hídrica.
En un escenario marcado por la disminución en la disponibilidad de agua y la necesidad de adaptarse a nuevas variedades de uva de mesa, un grupo de diez productores de la zona central de Chile está dando un paso decisivo hacia una agricultura más eficiente. Se trata de una iniciativa liderada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y financiada por Corfo, que busca promover el uso de sensores de suelo para mejorar el manejo del riego y, con ello, la calidad y rendimiento del producto final.
La actividad más reciente del proyecto se llevó a cabo en Calle Larga, Región de Valparaíso, donde se realizó la charla técnica “Aspectos a considerar en el uso de sensores de suelo: calibración e interpretación”. Fue dictada por el investigador del INIA La Cruz, Carlos Zúñiga Espinoza, Ph.D., y congregó a agricultores, asesores técnicos y empresas proveedoras de tecnología.
El riego como herramienta estratégica
Esta capacitación forma parte del Programa de Absorción Tecnológica para la Innovación (PATI) y responde a una necesidad urgente: la falta de información sobre el comportamiento hídrico de nuevas variedades y portainjertos de uva de mesa que han sido recientemente incorporados en los campos chilenos. Conocer cómo se comportan estas variedades frente al riego es clave para tomar decisiones acertadas que impacten positivamente en la producción.
Uno de los pilares del proyecto es el fortalecimiento del conocimiento técnico en torno a la relación suelo-agua-planta-atmósfera, un sistema complejo en el que cada componente influye directamente en la eficiencia del riego. “Comprender cómo se relacionan el suelo, la planta y la atmósfera es esencial para un manejo eficiente del agua”, explicó el Dr. Zúñiga.
Según el experto, la atmósfera actúa como motor de la demanda hídrica. El agua es absorbida por las raíces desde el suelo, transportada por la planta y finalmente liberada a través de la transpiración. Para regar correctamente, es fundamental conocer los niveles críticos de humedad del suelo: saturación, capacidad de campo, umbral de riego y punto de marchitez permanente. Estos parámetros permiten establecer rangos óptimos que eviten el desperdicio de agua sin afectar la producción.