
Herramienta científica permite identificar qué alimentos entregan aminoácidos esenciales
El score aminoacídico, desarrollado a partir de estándares internacionales, compara el perfil de los alimentos con los requerimientos humanos y revela cuáles proteínas son más completas y mejor aprovechadas por el organismo. Leche y huevo destacan como fuentes de referencia.
En medio de la creciente oferta de productos “altos en proteínas” y las modas alimentarias que dominan las redes sociales, la ciencia entrega un dato clave: la calidad proteica depende de los aminoácidos esenciales que aporta cada alimento.
Aunque la mayoría de las personas suele fijarse en la cantidad de gramos consumidos, la verdadera diferencia está en si esos alimentos contienen los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo humano no puede producir por sí solo. Cuando estos faltan o se encuentran en cantidades insuficientes, la formación de proteínas se ve afectada, con consecuencias que impactan en el crecimiento, la reparación de tejidos, el sistema inmune y múltiples funciones metabólicas.
Para evaluar esta calidad, investigadores y nutricionistas utilizan el “score aminoacídico”, un indicador que se ha transformado en una herramienta clave para orientar decisiones alimentarias cotidianas y también para diseñar dietas clínicas especializadas.
Leche y huevo, las fuentes más completas
El score aminoacídico compara el contenido de aminoácidos esenciales de los alimentos con un patrón de referencia definido por la FAO y la OMS. El resultado permite identificar el aminoácido limitante —el que se encuentra en menor proporción— y determinar así la calidad global de la proteína.
Alimentos como la leche y el huevo logran puntajes iguales o superiores al 100%, lo que significa que cubren completamente los requerimientos del organismo. En contraste, cereales como el arroz o el trigo presentan déficits que deben compensarse con otras fuentes, como legumbres, para alcanzar un perfil completo.
Lissette Duarte, académica y nutricionista de la Universidad de Chile, explica que “aunque muchos piensan en gramos, lo importante es la calidad: es decir, si el alimento incluye o no los aminoácidos esenciales que el organismo necesita para funcionar”.
La especialista agrega que democratizar esta información es clave. “La gente suele creer que comer carne garantiza una buena ingesta proteica, pero si miramos solo el score aminoacídico , alimentos como el huevo o la leche la superan. Esta información es clave para democratizar la nutrición, porque son alimentos más accesibles que permiten alcanzar una muy buena calidad proteica sin gastar de más”, enfatiza Duarte.
Aplicaciones en dietas clínicas y cotidianas
El uso de esta herramienta se extiende desde hospitales hasta cocinas familiares. En el ámbito clínico, identificar alimentos con proteínas completas resulta fundamental en la alimentación de niños, adultos mayores, embarazadas y deportistas, grupos con mayores requerimientos nutricionales.
En la vida diaria, la información es especialmente útil para quienes llevan dietas vegetarianas o veganas. Combinaciones como arroz con lentejas o porotos con rienda equilibran los déficits individuales y logran una proteína de alta calidad.

Crédito: El Mostrador.
Nuevos indicadores para mayor precisión
Si bien el score aminoacídico es una referencia inicial, en la última década han surgido indicadores más sofisticados, como el PDCAAS (Protein Digestibility Corrected Amino Acid Score) y el DIAAS (Digestible Indispensable Amino Acid Score), que incorporan la digestibilidad real de los aminoácidos en el cuerpo.
“Lo que vemos con el DIAAS es un avance importantísimo en términos de precisión. Nos permite saber con mayor certeza cuánto de estas proteínas nuestro cuerpo realmente va a aprovechar”, señala Duarte.
Estos métodos están siendo aplicados en la formulación de alimentos funcionales y en políticas de nutrición pública, con el objetivo de mejorar la salud de poblaciones vulnerables y prevenir enfermedades crónicas.
Sin embargo, para los especialistas, el verdadero desafío está en acercar esta información a la ciudadanía. En un contexto de abundante desinformación nutricional, la educación se vuelve crucial.
“La herramienta es valiosa, pero si no acercamos su significado a la gente, seguirá siendo una cifra más. Lo que necesitamos es alfabetización nutricional, porque la desinformación alimentaria está en todas partes”, advierte. En redes sociales, proliferan mensajes contradictorios que promueven alimentos de moda o prometen beneficios sin base científica, muchas veces desplazando opciones más simples, efectivas y accesibles.
En ese sentido, rescatar alimentos básicos como un vaso de leche o un huevo al desayuno puede ser más efectivo y económico que consumir productos procesados que, aunque se promocionan como ricos en proteínas, muchas veces no tienen un perfil equilibrado de aminoácidos.
El score aminoacídico y sus indicadores asociados constituyen una guía concreta para construir dietas equilibradas, saludables y al alcance de todos. Al poner el foco en la calidad y no solo en la cantidad, esta herramienta científica contribuye a que más personas puedan tomar decisiones informadas, mejorando su nutrición y, con ello, su calidad de vida.