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Anhelos, brechas, frustraciones y urgencias en el Día del Trabajador 2025 Sociedad

Anhelos, brechas, frustraciones y urgencias en el Día del Trabajador 2025

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Un estudio da cuenta que solo el 26% de las personas trabajadoras en Chile ejerce la profesión de sus sueños. Además, buscan más reconocimiento, flexibilidad y tener propósito laboral. En un país que aspira a un desarrollo inclusivo y sostenible, las buenas condiciones laborales son un eje central.


En medio de un escenario marcado por la incertidumbre económica, la informalidad y la desigualdad, Chile conmemora un nuevo Día Internacional de los Trabajadores. Más allá de los tradicionales actos conmemorativos y discursos oficiales, las cifras revelan una realidad compleja: solo uno de cada cinco trabajadores chilenos está conforme con su empleo actual, el 74% no ejerce la profesión que soñaba en su infancia, y más del 80% cambiaría su ocupación si pudiera.

Un desajuste entre expectativas y realidad que no es menor. La falta de oportunidades, la precariedad laboral, la informalidad y las persistentes brechas de género delinean un mapa social donde el trabajo, lejos de ser fuente de realización personal, se convierte muchas veces en motivo de frustración.

Trabajar en lo que soñabas vs. trabajar en lo que se puede

Según el estudio ¿Trabajas en lo que soñabas?, elaborado por Laborum, el 74% de los trabajadores chilenos no ejerce la profesión que proyectaba realizar durante su infancia. El dato ubica a Chile como el segundo país de la región con mayor nivel de incongruencia entre vocación soñada y ocupación real, solo superado por Argentina (79%).

La investigación, que encuestó a más de 3.000 personas de Chile, Argentina, Perú, Ecuador y Panamá, también revela que, si bien el 48% de los talentos nacionales estudió algo relacionado con sus anhelos infantiles, y el 51% se desempeña en un área afín a su formación, solo el 20% se siente conforme con su empleo actual. La insatisfacción laboral alcanza al 80% de los trabajadores, un alza de cuatro puntos respecto a 2024.

Eso sí, el 45% de los encuestados afirma no sentir frustración por no haber alcanzado su profesión soñada. ¿La razón? Sus intereses cambiaron con el tiempo (39%) o el sueño era difícil de lograr (6%). Pero aún así, el 82% de los talentos chilenos cambiaría su ocupación actual si pudiera elegir.

¿Cómo es el trabajo ideal para los chilenos?

En paralelo al descontento, también se expresan nuevas aspiraciones. Según Randstad, firma global especializada en reclutamiento y gestión del talento, existen seis características clave que definen el trabajo soñado en Chile:

  1. Buen ambiente laboral: Las relaciones humanas, el reconocimiento y la cultura organizacional pesan más que nunca. Las personas buscan trabajar en un entorno sano, con líderes empáticos y colegas que aporten a la motivación.

  2. Flexibilidad y autonomía: La posibilidad de trabajar en formato híbrido o remoto, administrar horarios y ejercer autogestión son componentes valorados, sobre todo por las nuevas generaciones.

  3. Desarrollo profesional y formación continua: La empleabilidad ya no depende solo del currículum. Los trabajadores esperan que las empresas inviertan en capacitarlos y ofrecerles oportunidades reales de crecimiento.

  4. Liderazgo humano y reconocimiento: La figura del jefe autoritario ha sido reemplazada por el liderazgo empático. Los colaboradores valoran ser guiados, acompañados y recompensados por sus logros.

  5. Propósito y sentido de pertenencia: El trabajo dejó de ser solo un medio para subsistir. Hoy se busca sentido, identificación con los valores de la empresa y sentirse parte de una comunidad.

  6. Diversidad, equidad e inclusión: Las nuevas generaciones exigen espacios de trabajo donde puedan ser quienes son. La inclusión ya no es un valor agregado, sino una demanda ética y cultural.

“Las personas esperan mucho más de sus empleadores. Hoy el trabajo no es solo un medio económico, sino una dimensión clave de la vida. Quieren un entorno que los respete, los motive y les dé propósito”, explica Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.

Panorama nacional: informalidad, desempleo y desigualdades

El telón de fondo para estas tensiones es un mercado laboral tensionado. En el primer trimestre móvil de 2025, la tasa de desocupación nacional alcanzó el 8,7%, con una participación laboral de 52,7% y una ocupación efectiva del 47,8%. A esto se suma una informalidad que afecta al 26,1% de los ocupados y un salario mínimo que desde enero se ubica en $510.636 pesos mensuales.

Las brechas de género continúan siendo una preocupación estructural: mientras la tasa de ocupación masculina alcanza el 61,4%, la femenina apenas llega al 44,2%. La brecha salarial promedio entre hombres y mujeres se mantiene en un alarmante -23,3%.

Domingo Pérez Valenzuela, investigador del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de O’Higgins, señala que “Chile enfrenta múltiples desafíos laborales urgentes: bajos salarios, regímenes contractuales abusivos, exclusión territorial y una institucionalidad laboral que no garantiza condiciones dignas”.

A pesar de tener una tasa de informalidad menor al promedio regional, el sociólogo recalca que esta persiste con fuerza en sectores de menor calificación y en regiones con menor desarrollo económico. Además, cuestiona la débil sindicalización y negociación colectiva en el país: “Sin sindicatos fortalecidos, no hay mejoras sustantivas en condiciones laborales. No hay presión suficiente para redistribuir poder ni productividad”.

¿Hacia dónde ir?

Según Pérez Valenzuela, Chile necesita una transformación estructural en su régimen laboral. Entre las propuestas, destaca el fortalecimiento de la negociación colectiva multinivel, una mayor educación sindical, redistribución territorial de oportunidades laborales, y el diseño de nuevas protecciones frente a riesgos como el cambio climático y el impacto de la inteligencia artificial en el empleo.

El investigador también recalca que la responsabilidad no recae solo en el Estado. “Las empresas deben adoptar prácticas laborales justas, invertir en capacitación y adaptarse a los cambios tecnológicos. La sociedad civil y los medios tienen un rol clave en visibilizar desigualdades. Los sindicatos deben democratizarse y representar realmente a las y los trabajadores”.

El académico concluye con una advertencia: “Chile necesita un nuevo contrato social que ponga al trabajo en el centro. Solo con una acción coordinada entre los actores implicados podremos superar el estancamiento que la ciudadanía ya percibe con desconfianza”.

A su vez, Andrea Ávila recalca que, “los trabajadores ya no solo buscan empleo: buscan sentido, respeto y futuro. Escucharlos no es una opción, es una necesidad urgente”.

Estudio da cuenta que solo el 26% de las personas trabajadoras en Chile ejerce la profesión de sus sueños. Además, los trabajadores desean más reconocimiento, flexibilidad y tener un propósito laboral. En un país que aspira a un desarrollo inclusivo y sostenible, se debe poner el trabajo digno como

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