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La soledad: un desafío psicosocial a nivel país Opinión

La soledad: un desafío psicosocial a nivel país

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Es común escuchar el dicho: “los seres humanos somos animales sociales”, y ciertamente no está alejado de la realidad. La necesidad de establecer vínculos sociales es fundamental para la subsistencia de nuestra especie. Cuando no logramos satisfacer esta necesidad, nuestra supervivencia —como individuos y como comunidad— se ve amenazada. A este fenómeno lo llamamos soledad, y ocurre cuando percibimos que nuestras necesidades sociales no están siendo satisfechas por la calidad de los vínculos que tenemos.

Actualmente la soledad representa una de las principales amenazas para la salud de la población a nivel global, y Chile no es la excepción. Un reciente estudio refiere que un 19% de los chilenos experimenta sentimientos de soledad, particularmente en mujeres y adultos entre 30 y 39 años.

Estos datos evidencian que, contrario a lo que comúnmente se piensa, la soledad no afecta únicamente a las personas mayores, siendo un problema emocional y psicosocial que trasciende edades, ocupación, género, entre otros factores. La soledad no es solo un sentimiento pasajero, pues tiene un fuerte impacto en nuestra salud física y mental. En lo físico, aumenta el riesgo de enfermedades como hipertensión, obesidad y diabetes, y también puede acelerar el deterioro cognitivo e incluso la aparición de demencia.

A nivel psicológico, se asocia con cuadros como la depresión, ansiedad, disminución en la calidad de vida y, en los casos más graves, con riesgo de suicidio. Ante esta realidad, ¿cómo podemos enfrentar esta problemática de manera efectiva? La evidencia demuestra que las intervenciones psicosociales son efectivas para disminuir la soledad.

Estas intervenciones comprenden estrategias de promoción y prevención, que tienen como propósito la transformación de aspectos individuales y comunitarios que generan malestar en la población, nutriéndose de los recursos comunitarios disponibles y su potenciamiento para el logro del bienestar psicosocial. Las intervenciones psicosociales más efectivas frente a la soledad son aquellas que fortalecen los vínculos sociales ya existentes. En este sentido, el fortalecimiento de recursos como el apoyo social de la familia, amigos y otros significativos ha demostrado ser eficaz en la reducción de los sentimientos de soledad. Más aún, estudios nacionales dan cuenta de cómo el apoyo social impacta de forma positiva en una mejor salud física y mental.

Para implementar intervenciones basadas en evidencia, es indispensable contar con profesionales de distintas disciplinas que cuenten con las competencias necesarias para asumir este desafío. En este sentido, las universidades cumplen un rol crucial: no solo deben formar especialistas sensibles a las necesidades de la población, sino también ofrecer programas de perfeccionamiento para el abordaje de estas problemáticas.

La Universidad Católica de Temuco imparte el Magíster en Intervención Psicosocial para la salud mental, programa de carácter profesional dirigido a profesionales del área de la salud, ciencias sociales y educación, cuyo objetivo es fortalecer las competencias relacionadas con el diseño, implementación y evaluación de intervenciones psicosociales en diferentes contextos de desempeño laboral.

Finalmente, desde La Araucanía se está trabajando en generar evidencia científica que permita comprender cómo la soledad y el apoyo social se relacionan con la salud, y también generar acciones que impacten positivamente en el bienestar de las personas y comunidades. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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