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Los desafíos para la concientización del cuidado de suelos en Chile Sustentabilidad

Los desafíos para la concientización del cuidado de suelos en Chile

Desde el año 1963 que cada 7 de julio se celebra el Día de la Conservación del Suelo en honor al Dr. Hugh Hammond Bennet, científico estadounidense que dedicó su vida y carrera a la investigación sobre el efecto de la calidad de la tierra y sobre su capacidad productiva, por ende, se considera pionero en la materia. La Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo cumple un rol fundamental, pero ¿cuáles son los desafíos hoy y cómo podemos avanzar en ellos?


“El agua se bebe, el aire se respira, pero el suelo no se come; solo intuimos que nos alimenta indirectamente”, decía Winfried Blum en los tiempos cuando fue secretario general de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo. Y es que todo tipo de vida depende del suelo, pero paradójicamente, por lo menos en Chile la protección de ellos no está regulado y actualmente solo existen guías metodológicas por las que guiarse.

A simple vista, la función del suelo es simple; producir alimentos. Pero según la Dra. Mónica Antilén, Presidenta Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo (SChCS) y Profesora Asociada de la UC, “hay otras funciones que no se conocen, por ejemplo, que permiten filtrar el agua de los contaminantes, así como también dirige los flujos de aguas subterráneas y superficiales”, así fenómenos de movilidad y transporte de contaminantes son investigados, aportando al conocimiento en disciplinas como la química ambiental.

La difusión de este tipo de conocimiento es uno de los objetivos de la Sociedad, que pretende “desarrollar, fortalecer y difundir el conocimiento de todas las ramas de la Ciencia del Suelo, incluyendo sus propiedades físicas, químicas y biológicas”, señala.

Los problemas que han afectado la calidad del suelo, tanto en Chile como en el mundo, han ido mutando según las necesidades humanas y de los ecosistemas. Así lo explica el Dr. Pablo Cornejo, director de la Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo e Investigador Asociado del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y Minería (CRHIAM).

“Esta orientación sin duda ha cambiado en los últimos años, pasando a ser muy relevantes proyectos tendientes a conocer el estado del suelo, en términos de degradación o de calidad productiva. El fuerte de la investigación ha sido orientado a lo que se puede entender como “salud del suelo”, en donde iniciativas para el control de procesos de degradación como la desertificación, la erosión y la contaminación antropogénica han sido los más relevantes”, afirma.

Avances e iniciativas en materia de suelos

La contaminación de suelos es uno de los grandes problemas que tiene Chile y que se ha visibilizado poco, ya que es un recurso que no se ve, pero que es sumamente importante porque se ve alterada su capacidad para generar alimento. El 95% de los alimentos proviene de los suelos y, si están contaminados, entonces los alimentos también lo estarán. Los expertos comentan también que en nuestro país no existe una normativa de suelo, lo que impide prevenir su presencia.

A modo de contexto, Antilén cuenta que “hace más de 30 años hay un deseo de poder legislar y tener una ley que permita proteger el suelo en sus distintos ámbitos; erosión, contaminación, ordenamiento territorial y cambio climático. De hecho, la doctora en Química forma parte de las más de 50 personas que han participado en la redacción de la Ley Marco de Suelos, en la que una de las materias es prevenir, regular y remediar la contaminación en suelos.

Actualmente un grupo asociado a la Ley Marco de suelos trabaja en la norma primaria de calidad en suelos, normativa que pretende establecer los valores de la concentración y períodos, máximos o mínimos de contaminantes existentes en suelos, que afectan a la salud humana.

“Hace más de 30 años hay un deseo de poder legislar y tener una ley que permita proteger el suelo en sus distintos ámbitos; erosión, contaminación, ordenamiento territorial y cambio climático”, dice Mónica Antilén.

En la práctica, algunos gobiernos regionales han desarrollado iniciativas locales de huertos familiares asociados a escuelas, que son una gran alternativa para conocer el suelo.

“El manejo de huerta se acompaña de otras dos tecnologías, que son el uso de materiales orgánicos (desechos orgánicos de la basura y compostaje) y, por otro lado, buscar nuevas fuentes de agua para combatir la sequía, enfocado en la capacidad de almacén de humedad que tiene el suelo como característica propia”, explica Cornejo. Además, este tipo de herramientas permiten mantener áreas verdes dentro de las ciudades.

Asimismo, en la Región de Valparaíso, existen diversos avances orientados a la recuperación de suelos degradados, “por años, diversos grupos han estudiado el estado del recurso en zonas impactadas por núcleos ambientales, no sólo debido a contaminación por metales asociados a actividades mineras, sino igualmente por compuestos orgánicos como hidrocarburos.

En este sentido, mucho de lo que se trabaja en la actualidad es tendiente a desarrollar tecnologías para remediar esa contaminación, donde el uso de organismos vivos tales como microorganismos, conocido como biorremediación, destaca como la alternativa más sustentable, económica y socialmente aceptada”, señala Cornejo.

De hecho, en el sector de Las Salinas de Viña del Mar, se llevará adelante un innovador proyecto de remediación de un suelo urbano de 16 hectáreas, a través de un proceso de biorremediación que cuenta con el apoyo e investigación de académicos y científicos de las principales universidades de la zona.

“Mucho de lo que se trabaja en la actualidad es tendiente a desarrollar tecnologías para remediar esa contaminación, donde el uso de organismos vivos tales como microorganismos, conocido como biorremediación, destaca como la alternativa más sustentable, económica y socialmente aceptada”, dice Pablo Cornejo.

Debido a la importancia de generar concientización sobre los suelos y su problemática, diversos miembros de la SChCS desarrollan proyectos que contribuyen a generar conocimiento para aportar a la conservación de suelos, principalmente asociados a universidades e instituciones públicas.

“Muchos de ellos se enmarcan en iniciativas de programas de ANID, donde la Disciplina de Ciencias del Suelo es una de las principales relacionadas a Ciencias Agronómicas y Forestales”, dice el experto.

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