
Chile y la crisis hídrica tras la Semana Mundial del Agua
Con gran parte de su territorio bajo estrés hídrico, Chile enfrenta el desafío de transformar la conciencia ciudadana en acciones concretas, incorporando tecnología, planificación y cooperación público-privada para garantizar agua en las próximas décadas.
La Semana Mundial del Agua, celebrada en Estocolmo entre el 18 y 23 de agosto, dejó en evidencia las tensiones que enfrenta Chile en materia hídrica. Según el Water Risk Atlas del World Resources Institute, gran parte del territorio nacional se encuentra en condición de estrés hídrico alto o extremadamente alto, lo que implica que cada año se consume más del 40% del agua disponible.
La situación no sorprende a nivel local: la crisis del agua se percibe como uno de los mayores desafíos ambientales. De acuerdo con la última edición del Watermark Study de Ecolab, un 71% de los encuestados chilenos considera que la gestión del agua es el principal reto ecológico del país, mientras que el 67% afirma que dejaría de comprar productos con alta huella hídrica. En paralelo, un 80% estaría dispuesto a pagar más por opciones sostenibles, lo que refleja un cambio de mentalidad en los consumidores.
El sondeo confirma que la preocupación no es exclusiva de Chile. A nivel global, Latinoamérica lidera con un 90% la percepción de riesgo hídrico, superando a Europa (72%), Estados Unidos (80%) y Asia Pacífico (65%). El dato posiciona a la región como una de las más alertas frente a la escasez, pero también como una de las más expuestas al impacto de la crisis.
Chile y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Si bien Chile ha mostrado avances en materia de electrificación y conectividad, los desafíos ambientales siguen pendientes. Un reciente informe de Naciones Unidas reveló que el país aún está rezagado en compromisos clave como Producción y Consumo Responsables (ODS 12), Acción por el Clima (ODS 13) y Vida de Ecosistemas Terrestres (ODS 15).
El atraso plantea la pregunta: ¿cómo avanzar hacia una economía medioambiental en un contexto de sequías prolongadas, sobreexplotación de acuíferos y aumento de la demanda?
Expertos coinciden en que la respuesta pasa por integrar tecnología, monitoreo, eficiencia operativa y planificación a largo plazo. Herramientas de medición de la huella hídrica permitirían dar pasos decisivos en la lucha contra las sequías, fomentar consumos responsables y proteger los ecosistemas.
Luis Felipe Carrillo, vicepresidente para América Latina de Ecolab, señala que “la sostenibilidad no puede ser solo un eslogan: requiere datos, voluntad y tecnología. Hoy existen soluciones para monitorear el uso del agua en tiempo real, optimizar procesos industriales, reducir fugas y reutilizar agua tratada. La pregunta es cuándo decidiremos hacerlo de forma masiva. Es tiempo de que los sectores productivos se pongan la camiseta y den el ejemplo en cómo cuidar el agua y sus productos derivados”.
Entre estas soluciones, tecnologías como 3D Trasar™ de Ecolab, que logra reducir hasta un 40% el consumo de agua industrial en sectores como alimentos, minería y manufactura, se posicionan como ejemplos de innovación con impacto directo en la eficiencia hídrica.
El agua como base del desarrollo
La Semana Mundial del Agua refuerza la idea de que no hay desarrollo sostenible sin una gestión adecuada del recurso hídrico. Su agenda, directamente alineada con el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), también se conecta con compromisos globales relacionados con el clima (ODS 13), la salud (ODS 3) y la producción sostenible (ODS 12).
En el caso chileno, los expertos coinciden: la colaboración entre sector público, empresas privadas y ciudadanía será clave para garantizar un uso responsable del agua. La educación en torno al consumo, la incorporación de nuevas tecnologías y la voluntad política son factores importantes.