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Sueño adecuado en niños y adolescentes: clave para su crecimiento, salud y buen rendimiento escolar Niñez Créditos: El Mostrador.

Sueño adecuado en niños y adolescentes: clave para su crecimiento, salud y buen rendimiento escolar

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Dormir bien es clave para el desarrollo físico y emocional de niños y adolescentes. En vacaciones, mantener rutinas de sueño evita cambios bruscos, ayuda a recargar energías, mejora el ánimo y fortalece el sistema inmunológico, favoreciendo un crecimiento saludable y un buen desempeño diario.


Dormir bien es fundamental para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de niños, niñas y adolescentes. Numerosos estudios científicos respaldan la importancia del sueño en estas etapas de la vida, cuando el cuerpo y el cerebro están en pleno crecimiento.

Es durante las vacaciones de invierno en que la higiene del sueño puede verse afectada al generar cambios en los horarios de los niños, niñas y adolescentes. Durante esos días, es fundamental descansar para recargar energías, aliviar el estrés tras el periodo de exámenes y recuperarse de la fatiga acumulada por las clases diarias y las múltiples actividades escolares.

Para los especialistas, este periodo representa una oportunidad clave para fortalecer los vínculos familiares, compartir juegos, pasar tiempo con amigos y relajar algunas rutinas. Sin embargo, advierten que es importante mantener el equilibrio entre el descanso y aquellas actividades que deben sostenerse durante el año. En particular, hacen hincapié en evitar cambios bruscos en hábitos fundamentales como los ciclos de sueño de niños, niñas y adolescentes.

“Durante los periodos de vacaciones, el problema está en que los niños y sus padres no le toman el peso a las consecuencias cuando se relajan algunas rutinas y se permite acostarse a altas horas de la noche o levantarse demasiado tarde, sin reconocer los efectos perjudiciales que pueden tener en su bienestar”, explica Carolina Mendoza, endocrinóloga pediátrica de Endoplus.

La falta de un descanso adecuado en niños, niñas y adolescentes puede impactar directamente su capacidad de concentración, alterar su estado de ánimo y provocar dificultades conductuales. Además, influye negativamente en el proceso de aprendizaje y se traduce en un bajo desempeño durante el día.

Sueño y crecimiento

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece recomendaciones claras sobre la cantidad de sueño que deben tener niños, niñas y adolescentes, según su etapa de desarrollo. En la etapa preescolar (3 a 5 años), se recomienda dormir entre 10 y 13 horas, mientras que los niños en edad escolar (6 a 13 años) deben descansar entre 9 y 11 horas. Finalmente, en la adolescencia (14 a 17 años), el rango ideal va de 8 a 10 horas por noche. 

Para la especialista,ola carencia de un sueño suficiente y de calidad tiene un impacto directo en el crecimiento porque durante la noche es el momento en que el organismo secreta mayor cantidad de hormona del crecimiento, que es la encargada fundamental del crecimiento en la niñez y adolescencia. Además, expresa que dormir bien fortalece el sistema inmunológico, mejorando las defensas del organismo y reduciendo el riesgo de enfermedades inflamatorias e infecciosas.

El desarrollo de niños, niñas y adolescentes es una preocupación constante para madres, padres y cuidadores. Por eso, la especialista entrega una serie de recomendaciones fundamentales para acompañar y favorecer un crecimiento saludable. “La alimentación saludable y variada que incluya todos los tipos de nutrientes es fundamental. También, realizar actividad física porque el ejercicio estimula la producción de hormona de crecimiento y hay que velar porque los niños tengan un sueño de calidad y la cantidad de las horas adecuadas a su edad. Y por supuesto, que haya un entorno emocional que sea adecuado y que permita el óptimo crecimiento y desarrollo de los niños”, agrega Mendoza.

Vacaciones como oportunidad

Algunos padres descubren de forma tardía que su hijo presenta dificultades en el crecimiento, con trastornos que alteran su desarrollo normal y lo sitúan por debajo del promedio de estatura esperado para su edad y sexo. Bajo este contexto, la experta plantea que estos días de vacaciones pueden ser un momento oportuno para ponerse al día con los controles pediátricos y chequear el desarrollo de niños y adolescentes porque, al no tener clases, pueden asistir sin interrumpir sus actividades escolares, así como realizar exámenes preventivos para detectar posibles problemas en su salud en forma temprana.

“El crecimiento es el principal indicador de bienestar de un niño. La invitación es a llevar a los hijos a controles de manera periódica para su evaluación y así, poder detectar si está creciendo de manera adecuada o no, y también ver cómo está el niño desde el punto de vista nutricional o si presenta alteraciones hormonales”, explica.

Asimismo, agrega que “en cada control pediátrico vamos pesando y midiendo a los niños y con esos datos, podemos realizar la curva de crecimiento para determinar si es que ese niño va creciendo con una velocidad adecuada o si es que está bajo lo que le corresponde a su carril por edad y sexo”.

Finalmente, la especialista expresa que los controles oportunos permiten diagnosticar e investigar la causa de un posible déficit de crecimiento y, en el caso que se requiera, iniciar un tratamiento de acuerdo con las necesidades de cada persona, recalcando que un inicio precoz de las acciones terapéuticas genera un mejor resultado a largo plazo.

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