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Detectan en Chile el agujero negro más lejano

Astrónomos detectaron un enorme agujero negro acompañado de una estrella, mucho más lejos que cualquier objeto conocido.


Astrónomos detectaron un enorme agujero negro, del tamaño de una estrella, situado mucho más lejos que cualquier otro objeto conocido.

Tiene una masa 20 veces más grande que nuestro sol y está ubicado a seis millones de años luz de la Tierra en la galaxia NGC 300.

El descubrimiento fue llevado a cabo con el Telescopio VLT del Observatorio Europeo del Sur ubicado en el cerro Paranal en Chile.

Los datos de los científicos indican que el objeto tiene una enorme acompañante, una estrella que, lo más probable, acabará sus días también como un agujero negro.

«En el tiempo que ha tardado la luz en llegar a nuestra galaxia, la estrella acompañante ya habrá explotado en una supernova para producir su propio agujero negro», le explicó a la BBC el profesor Paul Crowther, de la Universidad de Sheffield, Inglaterra y principal autor del estudio.

«Si pudiéramos teletransportarnos de forma instantánea a ese sistema ahora mismo, podríamos supuestamente encontrar un par de agujeros negros moviéndose en espirales entre sí», agrega.

Masivas

Los agujeros negros tienden a presentarse en dos tamaños.

La variedad «supermasiva» es colosal y puede pesar unos 1.000 millones de veces más que nuestro sol.

También está el tamaño estelar, que puede ser diez o más veces la masa del sol y surgen cuando las estrellas realmente grandes agotan su combustible nuclear al final de sus vidas y colapsan.

El nuevo agujero negro pertenece a esta última categoría. Tiene una masa casi 20 veces más grande que la de nuestro sol.

Los astrónomos han encontrado tres agujeros negros con masas de más de 15 veces el sol, y todos estaban en galaxias fuera de la nuestra.

Ya se sospechaba de la existencia de un nuevo agujero por las observaciones de rayos X del telescopio Swift de la NASA y el observatorio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA).

«Registramos emisiones de rayos X periódicas y extremadamente intensas, un signo de que un agujero negro podría estar presente en la zona», explica Stefania Carpano, de la ESA.

Los agujeros negros emiten pulsaciones de rayos X a medida que absorben gas y lo descomponen.

Los astrónomos lograron confirmar esto con las observaciones llevadas a cabo con el telescopio VLT.

Utilizaron el instrumento FORS2 que es capaz de apartar detalles finos en la luz en longitudes de onda de luz visible y casi infrarroja.

Binario

La estrella acompañante es algo que los astrónomos llaman una estrella de Wolf-Rayet (WR), que es una estrella gigante, caliente y altamente evolucionada que está despidiendo gas en el espacio.

Se presume que mucho de ese material está siendo absorbido por el agujero negro.

Hasta ahora sólo ha sido identificado otro cuerpo binario formado por una estrella WR y un agujero negro.

Y si la WR alcanza el destino que se espera con las estrellas de este tamaño, el sistema se convertirá en un binario formado por dos agujeros negros unidos.

Con el tiempo, estos agujeros se fusionarían emitiendo cantidades copiosas de energía en forma de ondas gravitacionales.

Estas ondulaciones en la estructura del espacio-tiempo son una consecuencia inevitable de la teoría de la relatividad general, y desde hace tiempo se intenta detectarlas por primera vez utilizando complicados experimentos de láser en laboratorios científicos en todo el mundo.

La fusión de agujeros negros es considerada uno de los objetivos más prometedores de estos experimentos.

«Lo que no se conoce realmente son las estadísticas de los agujeros negros binarios, no sabemos cuánto puede haber», dice el profesor Crowther.

«Este hallazgo nos da un indicio de que quizás existen varios porque este sistema es un progenitor de los agujeros negros binarios».

El astrónomo y sus colegas publicarán los resultados de su investigación en la revista mensual de la Sociedad Astronómica Real.

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