Ubicados en la cara interior de los dientes, corrigen desviaciones a cualquier edad.
Las salas de espera de los ortodoncistas actualmente no sólo son escenario de adolescentes llevados por sus padres para corregir piezas dentales torcidas, rotadas, inclinadas, apiñadas, colapsadas o excesivamente distanciadas.
Son cada vez más los adultos que optan por colocarse frenillos para corregir la posición de sus dientes, con la precaución que este tratamiento no se vea.
Según un estudio publicado por el Ministerio de Salud, en Chile el 53% de los adolescentes de 12 años presenta Anomalías Dento Maxilares en Chile (ADM) (estudio de 2007).
Sin embargo, en la etapa más apropiada para mover piezas dentales, es decir, cuando el crecimiento dental se ha completado en torno a los 12 años, muchos adultos de hoy no contaron con recursos para realizar un tratamiento de ortodoncia o lo abandonaron prematuramente por aburrimiento.
Para ellos, la odontología ha avanzado en el desarrollo de frenillos linguales, es decir, que van en la cara interior de las piezas dentales.
“Son completamente ocultos o invisibles. Corrigen la posición de los dientes sin que nadie lo note y sin interferir en la vida diaria”, explica la doctora Natalia Cerna, ortodoncista de Clínica Avaria, certificada en el tratamiento Incognito de 3M.
La especialista explica que este tratamiento se puede realizar en cualquier etapa de la vida. “Si bien el adulto ya completó el crecimiento del hueso alveolar donde van enraizados los dientes, éstos igualmente pueden ser movidos a cualquier edad si la boca está saludable, es decir, sin caries y con encía sana”, afirma la doctora Cerna.
El tratamiento está indicado especialmente para adultos que tienen como tema pendiente corregir la posición de su dentadura, ya sea porque suspendieron su tratamiento durante la adolescencia, no contaron con los recursos para hacerlo o lo concluyeron en forma exitosa, pero con los años volvieron a generar rotaciones de algunos dientes.
«Quienes realizan este tratamiento de frenillos ocultos habitualmente son profesionales que saben que la mala posición de los dientes les da una imagen desprolija, pero no están dispuestos a colocarse frenillos frontales por razones profesionales, estéticas o porque les recuerda una imagen adolescente», explica la especialista.
El tratamiento de ortodoncia para corregir dientes en edad adulta dura entre 12 y 30 meses, dependiendo de las necesidades bucales y de extracción de piezas.
Los frenillos Incognito son de una aleación de oro, y cada bracket es elaborado en láminas muy delgadas, lo que también facilita su adherencia a los dientes. Este menor volumen permite que interfiera menos con la lengua, reduciendo los roces y minimizando dificultades para hablar.
El sistema funciona con una serie de alambres a los que se asigna una posición ideal de la dentadura. El alambre inicial tiene memoria de forma, por lo que buscará ir a la posición correcta, moviendo de manera gradual los dientes.
Estos frenillos son elaborados de manera individual y personalizada para cada paciente, según la medida de cada diente para ajustarse a su superficie interior, con la intervención de un software que permite una ortodoncia de precisión.
El ortodoncista realiza un molde de silicona de la dentadura del paciente, que se envía a Estados Unidos, donde mediante un software especial es diseñada una imagen tridimensional con la posición correcta. Una vez aprobado el modelo, los brackets son elaborados, para luego volver al país e iniciar el tratamiento.
