Las tradicionales alitas y chalecos inflables, si bien cumplen su objetivo, no son infalibles. La clave, además de contar con los elementos adecuados, es nunca perder de vista a los niños y niñas.
La asfixia por inmersión en Chile es la principal causa de muerte en niños de aproximadamente un año de edad y la cuarta a nivel mundial. A ello se suma el importante porcentaje de pequeños que cae al agua y queda con secuelas neurológicas que pueden ser invalidantes.
Con la época estival se retoman las actividades acuáticas en playas y piscinas, para lo cual hay que tomar plena conciencia de las eventuales inseguridades a las que los niños pueden quedar expuestos.
El mercado tiene variadas ofertas en implementos de seguridad, como son flotadores de todo tipo, sin embargo si éstos no son usados apropiadamente pueden generar más dificultades que beneficios.
Roberto Mayerson, dueño de la tienda infantil Bebé Urbano explica que “las tan comunes ‘alitas’ que van en los brazos de los pequeños menores de tres años, pueden en algún momento salirse o pincharse por el sol. Lo mismo ocurre con los chalecos salvavidas inflables. Si el niño cae en mala posición al agua puede generarle una experiencia traumática”.
Al mismo tiempo advierte que “el uso de flotadores por sí sólo no es prenda de garantía para que no ocurran accidentes, ya que siempre debe estar la supervisión de un adulto”.
Pero para minimizar riesgos, recomienda flotadores de espuma de poliuretano que permiten a los niños estar siempre a flote y en óptimas condiciones a diferencia de los que más predominan en el mercado.
También entregó varias recomendaciones que deben tener en cuenta los padres al momento de exponer a sus hijos e hijas al agua:
– Mantener a los niños siempre protegidos del sol ya sea con un buen bloqueador, además del uso de sombrillas y gorritos ojalá con filtro UV.
– Mantener siempre hidratados a los niños pues el calor les puede provocar una gran deshidratación. Ojalá tenerles agua en botellas libres de químicos y contaminantes.
– Proteger la vista de los niños desde pequeños con un lente que tenga protección UV.
– Mantener a los niños siempre a la vista pues en cualquier momento se pueden perder.
– Vestir a los niños con ropas adecuadas como trajes de baño, poleras con protección UV y ojalá de colores vistosos para que así estén siempre a la vista.
– Y, para proteger aún más a nuestros hijos en el mar o a la piscina es necesario optar por un buen flotador que cuente con todas las condiciones necesarias para que puedan disfrutar de ese momento en el agua.
