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Miradas Compartidas: la tarea de hacer que la discapacidad intelectual no sea invisible Inclusión

Miradas Compartidas: la tarea de hacer que la discapacidad intelectual no sea invisible

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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El objetivo de la Fundación es brindar espacios de ocio y entretención a jóvenes con síndrome de down, autismo, asperger, epilepsia refractaria, entre otros, con el objetivo de contribuir a su inclusión social. Esto, ante la falta de políticas públicas en su favor, sobre todo cuando cumplen la mayoría de edad.


Una tarde de junio, varios  jóvenes que asisten a un taller de comunicaciones preparan la entrevista que dentro de pocos días realizarán en un programa de radio a una conocida actriz de televisión. Alrededor de una mesa bromean, ríen y luego ensayan las preguntas que le harán a su invitada.

Es, por cierto, una escena muy normal. Y que lo sea es un hecho muy significativo y el resultado de mucho trabajo, porque el grupo lo conforman mayores de 18 años de ambos sexos con síndrome de down,  asperger, autismo, epilepsia refractaria y otras formas de discapacidad intelectual.

Todos ellos son parte de los cerca de 170 beneficiarios de la Fundación Miradas Compartidas, que se creó con el propósito de contribuir a la inclusión social de personas que, en otras circunstancias, estarían aisladas dentro de sus casas, sin nada que hacer.

La periodista y gerente de Comunicaciones de la entidad, Ximena Flores,  dice que esta es la realidad de muchas familias que ven cómo, tras cumplir la mayoría de edad, sus hijos e hijas comienzan a quedar fuera de un sistema que los vuelve “invisibles”. Y es precisamente lo que la fundación se propuso cambiar, tomando en cuenta que, de acuerdo a las cifras de la II Encuesta Nacional de Discapacidad, son cerca de 340 mil personas a lo largo del país las que viven con algún tipo de discapacidad intelectual, sin que exista una política pública clara en su favor.

[cita tipo=»destaque»]Ellos tienen que vivir con esto, la discapacidad intelectual es  una condición de vida a la que deben aprender a adaptarse, deben aprender a vivir con ella”.[/cita]

“El hecho que exista una sola fundación en Chile que se dedique a abordar las líneas de ocio y entretención para estos jóvenes, deja claro que la discapacidad intelectual está absolutamente olvidada, que está absolutamente relegada, que es un tema pendiente a nivel de agenda pública. La gente con discapacidad intelectual está absolutamente invisibilizada y por eso nosotros nos dedicamos a mejorar su  calidad de vida, a darles autonomía, un poco de vida independiente y a sentirse parte de la sociedad”, dijo Ximena Flores.

Para tal efecto, un equipo interdisciplinario de profesionales desarrolla las actividades de dos academias: la de Deportes, conformada por escuelas de ski, fútbol y natación; y la de Talentos, que se divide en talleres de baile entretenido, teatro, banda de rock, pintura, y la Escuela de Comunicaciones. Fue una clase de esta última la que pudo conocer El Mostrador,  donde participan los conductores del programa “Los intercomunicadores”, que emite Radio ADN, el primero  en Chile conformado íntegramente por personas con discapacidad intelectual.

“Es un trabajo largo, porque a veces nos cuesta más convencer  a las familias que a ellos mismos, que están ávidos de tener amigos, de tener actividades y de hacer otras cosas”, agrega Ximena. Esto ocurre porque no es fácil para los padres reducir el espacio de sobreprotección al que están acostumbrados y enfrentarse a una realidad distinta. Pero son al mismo tiempo los más sorprendidos al momento de notar los cambios.

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Las periodistas Francisca Herreros (izquierda) y Ximena Flores (derecha) están a cargo, con el apoyo de una fonoaudióloga, de la Escuela de Comunicaciones de la Fundación.

“El que recién viene a Miradas Compartidas llega con el objetivo de traer  a su hijo o hija  una hora para que se entretenga ese tiempo, y termina metiéndose en dos o tres academias más,  haciendo amigos con los que después va al cine, va a jugar bowling, y con los que arma  una red social, que es lo más importante para nosotros. Y es que a través de las escuelas de alguna manera incentivamos la integración social y la inclusión, porque se sienten parte de un grupo y son felices”.

El modelo de la Fundación Miradas Compartidas lo desarrolló en 2008 en España el emprendedor Felipe Olavarría, quien actualmente es uno de los socios de la entidad. El foco en la inclusión que tenía la iniciativa la convirtió en todo un éxito. En 2011 la Fundación se instaló en Chile, y desde hace un par de años ha sellado alianzas con diversas empresas y ha reclutado a socios interesados en sacar adelante este proyecto.

Para acceder a las academias, las familias deben enviar un correo al contacto de la página de la fundación con información sobre la discapacidad intelectual que presenta el nuevo beneficiario. El siguiente paso es una entrevista psicológica y como requisito se les pide un diagnóstico médico. “Aquí tenemos chicos que vienen de Lo Barnechea, de Vitacura, Ñuñoa, Cerro Navia, de Rancagua, de Colina, etc.”, indica Ximena.

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«Los intercomunicadores», que transmite este año Radio ADN, es el único espacio en el dial conducido íntegramente por jóvenes con discapacidad intelectual.

Más invisibles

Los casos más complejos no son. por ejemplo, los de jóvenes down cuya condición es fácil reconocer, sino que de personas que a primera vista no parecieran tener una discapacidad intelectual. Es un riesgo, porque quienes se enfrentan a ellos generalmente los califican de ‘raros’ y ‘extraños’.  Y muchas veces las principales barreras son sus mismas familias, que niegan el problema e insisten en someterlos a la educación regular, donde terminan estigmatizados, aislados y siendo objeto de bullying.

“Muchos padres no se dan cuenta de la necesidad de contar con un buen diagnóstico a tiempo y de  ayudarlos a que desde niños entiendan qué significa tener una discapacidad, que es distinto a una capacidad diferente. Ellos tienen que vivir con esto, la discapacidad intelectual es  una condición de vida a la que deben aprender a adaptarse, deben aprender a vivir con ella”, enfatiza Ximena Flores.

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