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Creadora del fanpage #esdecuica: “Acá es de qué colegio saliste, qué apellido tienes, qué hace tu pololo ¡y afuera de Chile ni les interesa saber eso!” Muchos memes son cosas que escuchó y vivió en universidad de la cota mil

Creadora del fanpage #esdecuica: “Acá es de qué colegio saliste, qué apellido tienes, qué hace tu pololo ¡y afuera de Chile ni les interesa saber eso!”

Después de ocho meses y casi 300 mil seguidores en Facebook, Josefina Duce –publicista de profesión– da su primera entrevista y revela que la “receta mágica” detrás del exponencial crecimiento de su página se debe a la universidad donde estudió, de lo contrario “probablemente no se me ocurrirían tantas banalidades”. Paseos para ir a conocer Plaza Italia y el temor de sus compañeras de salir del sector oriente de la capital son algunos de los detalles que comenta para dejar bien clara su crítica: “somos un país que tiene muchos grupos definidos, tan definidos que ni siquiera se juntan unos con otros. Eso es lo que genera tanta rivalidad”.


O sea, si eres rubia y alta, eres tonta”, dice con sarcasmo Josefina Duce, la publicista de 25 años que, junto a James Astorga, fundó el fanpage #esdecuica, que hoy tiene 276 mil seguidores en Facebook.

Nos juntamos en un bar en Vitacura y en el menú cada plato lleva el nombre de una estación de metro.

-¡Pídete un Escuela militar, obvio! –dice con risas.

Además de hablar del exponencial crecimiento del fanpage, “Josenofina” (como se autodenomina en Instagram), aprovecha la oportunidad para criticar, “aunque sin generalizar”, algunas de sus experiencias como estudiante en la Universidad del Desarrollo: paseos para conocer Plaza Italia, reuniones “insólitas” de apoderado y la sensación de una “profunda” desconexión con la realidad social del país.

-¿Te consideras “cuica”?

– (Se ríe) Era obvio que esa iba a ser la primera pregunta. A ver, para el resto, claramente soy cuica, porque vengo de una familia súper tradicional, pero mi vida no ha sido en un ambiente 100% cuico y te lo digo porque estuve en un colegio que era mucho más de barrio, más transversal: desde niños con apellido Lyon y Undurraga hasta gente que no venía del mismo círculo. Yo te diría que, cuando entré a la universidad, me di cuenta realmente de lo que eran los cuicos. Por ejemplo, pasé de ser una mina normal a estar en la Universidad del Desarrollo y que la gente no entendiera por qué vivía en Huechuraba. Decían “cómo esta niña rubia, de ojos verdes, vive en Huechuraba”, tanto así que no dejaban que mis amigas fueran a hacer trabajos a mi casa. “¿Por qué Huechuraba?”, decían. Para los cuicos, es un barrio pobre. Era como “no, van a volver tarde y allá es muy lejos, allá asaltan, mucho peligro, por favor que ella venga a hacer los trabajos acá”.

-Saliste con una visión bien crítica de lo que fue tu formación universitaria…

-Te quiero dejar súper claro que no voy a generalizar, pero sí, o sea, hacernos paseos al mall Plaza Norte para ver otras realidades, que era donde yo vivía (o sea, era mi mall) y que me dijeran “Josefina, no lleves mochila porque allá roban” y yo como, pensando, “vivo ahí, donde dicen que roban”. En fin, después fuimos a un paseo a Plaza Italia, para que conociéramos, y yo no podía creerlo, porque toda mi vida viví en Huechuraba e iba para allá y a muchas otras partes, a ver obras de teatro o a juntarme con amigos. O sea, te admito que soy cuica, pero tenía más mundo, y cuando llegué a la universidad me parecía que todo era demasiado insólito. Obviamente que, académicamente, aprendí bastante, pero el ambiente… Imagínate que, cuando yo entré, al segundo día había reunión de apoderados. Me fui de un colegio a un colegio. Entonces, ¿de qué me están hablando? Será bueno el estudio, pero la formación como persona, como identidad, no la tenía.

-Pero pareciera que de ahí sacaste la fuente de inspiración para lo que hoy es el fanpage #esdecuica.

-Sí, la mayoría de las cosas son las que yo viví en la Universidad del Desarrollo, pero también muchas cosas son mías. Aunque obvio, si yo no hubiese ido a esa universidad, probablemente no se me ocurrirían tantas banalidades, tantos memes cuicos; pero ahora, habiendo estado cuatro años ahí, pude ver realmente cómo piensa una persona cuica real, porque yo soy cuica pero soy una cuica encubierta. Cuica sí, cuica no. Una cuica falsa. De hecho, yo me denomino, en mi Instagram, “Josefina, no fina”, porque no soy fina, o sea obviamente que soy fina, pero en la práctica soy una persona común y corriente (se ríe).

-Cuéntame cómo surgió la idea. ¿Fue algo espontáneo?

-Todo partió porque yo entré a trabajar a una empresa, a la par con una persona que se llama James Astorga, también publicista y que vendría a ser el co-fundador del fanpage. Con él somos secos para el Facebook y para cachar todo lo que pasa; somos muy conectados en ese sentido y dijimos “hagamos una página pa’ molestar, a ver qué onda”. Hice la gráfica con la manito con los dedos porque representa la típica cuica y empezamos a subir memes que se nos ocurrían ahí: de que él se ría de mí (porque él no se considera cuico), de lo que yo decía, y yo me reía de las de mi universidad. O sea, él me da de su cosecha, que es reírse de los cuicos y yo la cosecha que tengo de haber estudiado donde estudié. Es la mejor complementación, porque eso es lo que hace que nuestro fanpage sea transversal. Así, teníamos las dos visiones e hicimos el fanpage y a los seis días ya teníamos 15 mil seguidores y dijimos ¡qué onda lo que prendió esto! y ahí nos dimos cuenta que fue porque era, como dije, transversal. Yo no voy a hacer un meme que diga “es de cuica ir a la Amanda”, porque la gente de otra realidad no saben lo que es, entonces no se van etiquetar, no van a poner like.

-Pensaron bien la fórmula…

-Claro, nuestros memes son muy pensados, porque tenemos que ser precisos para que el 90% de Chile prenda. La receta mágica es tener la transversalidad. Con el proceso, nos dimos cuenta que para mucha gente es aspiracional el tema de ser cuico. Entonces, si yo pongo “es cuica ser amiga de la Flo”, millones son amigas de la Flo, entonces la cosa prende fácil. Otra cosa que me gustaría destacar es que nosotros conocemos muy bien a nuestro público y que jamás hemos sido agresivos. Por ejemplo, nunca vamos a decir “es de cuica no haber estudiado con el CAE”. No, nada que ver. Esto es, netamente, risas.

-Pero han posteado cosas del estilo “es de cuica ir a las marchas de las AFP para sentirse parte del pueblo”.

-Sí, ir a la marcha, pero no tocamos el tema de las AFP, sino el ir a la marcha, porque estas minas se sacan fotos, selfie, y es todo una pose al final. Me pasa que muchos amigos me dicen “tengo un #esdecuica”, pero nunca me sirven. No nos fijamos en los cuicos, no son para ellos, no nos sirven, si son el 1% de la población…

-Llevas ocho meses sin revelar quien eres trás el fanpage. ¿Alguna anécdota relacionada con esto?

-Me ha tocado estar en carretes y que alguien empiece a comentar del fanpage muertos de la risa. Nunca es como “qué onda la persona que hace esto”, es pura buena onda. En el mundo cuico, todos lo conocen.

-Volvamos a tu experiencia en la universidad. ¿Tus compañeros estaban desconectados de la realidad social del país?

-No quiero encasillar a que todos eran así, pero la mayoría, yo te diría que el 80% de mi carrera eran totalmente desconectados. O sea, para que los profesores hicieran paseos de curso para que bajemos de Plaza Italia, era descabellado. Ahí se nota que no conocen su ciudad, que no conocen lo que es la realidad. Y muchas eran como “no, qué lata, paseo a Plaza Italia”, y yo como, “conoce tu país, conoce tu ciudad” y llegaban en auto además. Yo doy gracias que, a pesar de ser cuica, mi familia mi crio bien y si yo quería algo, me lo tenía que ganar trabajando, como tienen que ser.

-¿Cómo se perciben temas como el feminismo en ese círculo?

-Yo soy bien open mind y sé que este tema tiene millones de caras, pero en el mundo cuico, todos los temas sensibles, como el aborto, el feminismo, etc, siempre están en contra, y eso porque tienen miedo. En teoría, son súper conservadores y no entienden lo que es la libertad de mente, no pueden debatir, no existe el punto medio, es “no, no, no, no se puede abortar, punto”. Pero en la práctica eso es la máscara, porque está el tema del qué dirán, eso es muy potente en la sociedad chilena, qué dirán si yo digo que en verdad abortaría, te van a mirar feo. Obvio, quizás lo harían, pero no lo dicen “porque me da lata que el círculo social me vea mal”.

-¿Hay resentimiento contra este grupo social?

-Mucho. O sea, eres cuica, rubia, alta y, obvio, tonta.

-¿Es de cuica, por ejemplo, votar por Sebastián Piñera?

-100%. Y eso lo veo en mi círculo de amistades más cercanas. Voy a comer a sus casas y cuando se habla del tema empiezan a pelear entre ellos: “No, pero cómo no vas a votar por Piñera, que los comunistas, etc”. Son cosas típicas de las sobremesas, los Piñeralovers.

-Y la imagen que se dibuja en tu fanpage de ellos, ¿tiene más de caricaturización o de realidad?

-Es la realidad, aunque insisto, no se puede generalizar. Nosotros nunca hemos querido ser agresivos con los cuicos, no los queremos dejar como tontos, pero sí es la realidad que no bajan más allá de Plaza Italia o que no saben tomar el metro, se pierden, no se saben las líneas, se confunden tomando San Pablo en vez de Los Dominicos. Ir a turistear a Plaza de Armas, que es un emblema de la ciudad y la gente de clase media pasa por ahí todo el rato, entonces le importa nada ir un sábado para allá, no la quiere ver más, pero para un cuico es un acontecimiento, onda “que rico ir a ver las palomas, la música en la calle, los shows, museos”, obviamente es ir a turistear, porque es así.

-¿Tienen algún proyecto, además del fanpage?

-Sí, mira, tenemos la idea de crear un libro que se va a conectar con las redes sociales. Por ahora, estamos buscando una editorial que nos represente.

-Y mientras siguen creciendo como avión…

-Nunca esperamos tantos seguidores. En un día se nos suman 500 y en Instagram tenemos más que otros fanpages similares. El fuerte es Facebook, porque es transversal. Instagram sigue siendo de elite, así que es solo un complemento.

-¿Te ha dejado algún aprendizaje esta experiencia?

-Que somos un país que tiene muchos grupos definidos, tan definidos que unos con otros no se juntan. Yo he viajado harto y en Nueva York, por ejemplo, nunca te preguntaron de qué colegio saliste: les importa nada en qué universidad estudiaste, ¡o sea qué les importa tu apellido! Pero acá es “de qué colegio saliste, qué apellido tienes, qué hace tu pololo, qué carrera estudiaste”, esas son las bases. Eso es lo que, al final, genera tantas rivalidades.

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