Publicidad
Exposición constante a noticias de guerra impacta la salud mental de adultos y niños Salud Créditos: El Mostrador.

Exposición constante a noticias de guerra impacta la salud mental de adultos y niños

Publicidad

La sobreexposición a noticias de guerra puede generar ansiedad, miedo e incluso desconexión emocional. Expertos advierten que tanto niños como adultos pueden verse afectados, y llaman a cuidar la salud mental limitando el consumo de este tipo de contenidos.


La constante exposición a noticias sobre guerras —como los conflictos entre Rusia-Ucrania o Israel-Palestina— puede tener efectos significativos en la salud mental tanto de adultos como de niños.

El bombardeo constante de imágenes violentas y noticias desgarradoras puede generar un sentimiento de impotencia, angustia o desesperanza. Asimismo, muchos experimentan “fatiga informativa”, una saturación emocional que puede llevar al desapego o a evitar las noticias por completo. Bajo este contexto, es importante tomar precauciones y medidas correspondientes al respecto.

Exposición a guerras puede abrumar a niños y niñas

Catalina Álvarez, psicóloga clínica infanto-juvenil de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), explica que “para los niños y niñas puede ser especialmente abrumador, pues dadas las características de su desarrollo, puede ser difícil para ellos comprender las dimensiones reales de la amenaza, percibiéndola como algo muy concreto o cercano, aunque puedan estar físicamente seguros, ya que su país no se encuentra en conflicto”.

Lo anterior debido a que, los niños y niñas no siempre comprenden la distancia geográfica o política, por lo que pueden sentir que están en peligro inmediato. Pueden temer que la guerra llegue a su país o que seres queridos resulten heridos, incluso si no hay un riesgo directo.

Asimismo, Álvarez recalca que “primero es necesario reconocer que frente a la exposición de estos contenidos, es esperable que todas las personas puedan experimentar miedo, ansiedad o incertidumbre. No sólo los niños y niñas, ni es señal de un problema de salud mental”.

A través del juego o los dibujos, los niños pueden expresar lo que no logran verbalizar, repitiendo escenas de guerra o conflicto.

“Si un niño, niña, adolescente se encuentra cursando un problema de salud mental, requiere de acompañamiento y supervisión por parte de la familia, sistema de salud y educacional. Por lo que su está expuesto a este tipo de noticias (u otros) sin filtro ni contención, indica que no se le está cuidando de manera apropiada. Por lo que el conflicto no tiene que ver solamente con el contenido al que está expuesto, sino que aparece el conflicto de la negligencia por parte de los y las adultos responsables de su salud y bienestar”, finaliza Álvarez.

XX

Y así como los niños y niñas se exponen a este tipo de conflictos, los adultos también se ven afectados por este tipo de conflictos. Las preocupaciones constantes por el futuro, el miedo a la expansión del conflicto o la identificación con las víctimas puede provocar insomnio o pesadillas.

Asimismo, estar expuesto a una cobertura continua de tragedias puede llevar a una desconexión emocional. Las personas se sienten sobrepasadas, saturadas y terminan por desconectarse del contenido para protegerse emocionalmente. Este fenómeno puede derivar en apatía, indiferencia o agotamiento emocional.

Alex Behn, psicólogo clínico de la Pontificia Universidad Católica (PUC), explica que existe un tipo de exposición indirecta la que afecta a las personas que se encuentran alejadas fisicamente de la zona de conflicto. “Esa exposición puede producir ciertos efectos en la salud mental de las personas (…) Por ejemplo, en los medio se produce una amplificación, sobre todo en los medios que son 24 horas de noticias y ahí amplifican mucho la exposición a este tipo de contenidos más gráficos”, agrega.

“Ahora si no me puedo desconectar, no puedo dejar de pensar, no puedo dormir, todo lo que es frecuencia, intensidad y compromiso funcional, es decir, que empieza a afectar como yo funciono es que estoy teniendo una reacción más incrementada y más de estrés crónico, más de desgaste ante esta situación”, explica el especialista.

Y es que, aunque el estrés postraumático suele asociarse a experiencias directas, también puede afectar a quienes observan o consumen información sobre situaciones traumáticas. En este contexto, algunos adultos pueden experimentar insomnio, pesadillas, irritabilidad, hipervigilancia o incluso síntomas depresivos.

Quienes siguen de cerca los conflictos bélicos suelen generar un lazo empático con las víctimas, lo que puede traducirse en una profunda tristeza, angustia o sensación de impotencia, especialmente al enfrentarse a la imposibilidad de incidir en los hechos.

“Por ejemplo, en estos momentos que existen todos estos conflictos, uno está preocupado porque están pasando cosas y estar preocupado es la respuesta humana, pero si yo no me puedo desconectar, estoy sufriendo mucho por la intensidad de esas emociones y está afectando como yo funciono probablemente se debe buscar ayudar profesional o comenzar a hablar con las personas cercanas”, concluye el experto.

Publicidad