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Senador Muñoz (PS) pide ‘impulso decidido’ al fomento del libro y la lectura


El senador Pedro Muñoz (PS) reiteró la necesidad de legislar para eliminar o reducir el IVA a los libros y establecer una ley de precio fijo para las producciones literarias que se comercialicen en el país, como medidas destinadas a promover el libro y estimular el hábito de la lectura, especialmente en niños y jóvenes.

«No es posible seguir gravando los libros del mismo modo que un vehículo último modelo o un artículo de consumo», sentenció Muñoz, agregando que «así como hoy se pretende castigar la compra de algunos bienes con impuestos ambientales, los tributos deben, también, buscar fomentar conductas que la sociedad quiera destacar, como la lectura».

El parlamentario recalcó que la reforma tributaria que se tramita en el Parlamento es una ocasión inmejorable para introducir una modificación impositiva a favor de los libros. Descartó las objeciones que expertos han señalado en el sentido que se favorecería la evasión, indicando que si la normativa se aplica sólo en establecimientos dedicados exclusivamente a la venta de libros se facilita la fiscalización y se eliminan esos riesgos, al tiempo de apoyar la instalación y subsistencia de librerías.

En este sentido, el legislador abogó, además, por una «ley de precio fijo» para los libros, que implicaría que el editor o importador de los textos debe fijar un valor, estampado en la portada del mismo, que debe respetarse en toda la cadena de distribución.

«Ello impide que el precio se encarezca excesiva y artificialmente en la cadena de comercialización, al tiempo que mejora las condiciones de competencia de las pequeñas librerías que no están en condiciones de obtener los descuentos por volumen que reciben los distribuidores de gran tamaño», recalcó.

«Fomentar la existencia de pequeñas librerías es otro elemento muy relevante en una política de estímulo a la lectura, pues ellas aseguran la difusión de obras de menor venta, como libros técnicos, ciencias sociales y autores emergentes, al tiempo que aseguran cobertura en localidades pequeñas», manifestó recalcando que «la preocupación por bajar los precios de la producción literaria debe complementarse con favorecer la existencia de puntos de venta, pues de lo contrario se corre el riesgo que la venta se concentre en grandes cadenas y supermercados, cuyo interés radica principalmente en las obras más populares y masivas».

El legislador manifestó que en este punto es importante considerar el ejemplo de Francia, que con la aplicación de la ley de precio fijo, implementada en 1981, ha logrado mantener e incrementar una red amplia de pequeñas librerías. Similar legislación existe en Alemania, Austria, Francia, Grecia, Portugal, Eslovenia, Italia, Dinamarca, Holanda, Hungría y Noruega.

upi/so

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