Montaña de oro desencadena pelea en pueblo donde nació Aristoteles y pone a prueba la recuperación griega
Una montaña de oro ha dividido el lugar donde nació Aristóteles en el norte de Grecia.
La violenta oposición al proyecto de US$500 millones de Eldorado Gold Corp. de desarrollar el lugar llevó al alcalde, Christos Pachtas, a abandonar la capital costera del condado y dirigirse a su pueblo natal en tierras altas. En algunas comunidades, los habitantes se enemistan entre sí debido al proyecto minero. El incendio de equipo pesado ubicado en la cima de la montaña y protegido con alambre de púa da testimonio de la disputa.
Para la economía devastada de Grecia, el enfrentamiento es más que una lucha convencional entre las fuerzas del desarrollo y la protección del medio ambiente. La capacidad de las autoridades de manejar las exigencias contrapuestas sobre el mayor proyecto de metales de la historia del país proporciona un elocuente indicio de cuándo emergerá Grecia de seis años de recesión, un par de rescates y la mayor reestructuración de deuda soberana de todos los tiempos.
“Esta disputa es muy significativa porque determinará si Grecia podrá atraer inversores extranjeros en el futuro”, dijo el 4 de abril por teléfono George Tzogopoulos, un investigador de la Fundación Helénica de Política Exterior y Europea en Atenas y autor de un libro sobre la cobertura de la crisis de la deuda griega por parte de los medios. “Es el tipo de proyecto que el país necesita para superar la crisis económica”.
Desde 2008, el producto interno bruto de Grecia se ha contraído alrededor de la quinta parte y el desempleo ha aumentado a un récord de 27 por ciento, lo que subraya la urgencia de inversiones como la de Eldorado, que tiene sede en Vancouver. Eldorado planea invertir más de US$1.000 millones en Grecia.
Desempleo ‘desaparecerá’
En el condado de Aristoteli, que tiene 20.000 habitantes, quienes se oponen al proyecto minero dicen que les impediría seguir ganándose la vida con el turismo. Los que están de acuerdo, como Pachtas, que cuenta con el respaldo del gobierno griego, dicen que la mina incrementaría la contratación en un distrito que tiene un desempleo de 35 por ciento.
“El desempleo desaparecerá”, dijo Pachtas, que tiene 62 años, en una entrevista realizada el 21 de marzo en el pueblo montañés de Arnaia. “Pero hacen falta dos o tres años para que la sociedad se convenza de ello”.
El alcalde se retiró a Arnaia hace un año, cuando sus oponentes cortaron la electricidad de la sede del condado en Ierissos, a unos 44 kilómetros (27 millas) de distancia y quemaron su auto. “¿Qué se puede hacer?”, dijo Pachtas el mes pasado. “Tengo miedo”.
La política y las intrigas del pueblo reflejan las dudas de los griegos respecto de que el gobierno pueda poner el bien común por encima de intereses creados. El año pasado, los votantes pusieron fin al monopolio del poder por parte de dos grandes partidos desde la Segunda Guerra Mundial y dieron su apoyo a grupos populistas que se oponen a la austeridad que impone Europa como condición para 240.000 millones (US$312.000 millones) de ayuda.