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Divorcio programado: el amor después del amor Yo opino

Divorcio programado: el amor después del amor

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Laura Quintana
Por : Laura Quintana Periodista. Coach Ontológico, y Mentora. Experta en comunicación estratégica y legislación en torno a Diversidad, Género e Inclusión.
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Justo el día del amor hubiese cumplido ocho años de matrimonio, uno que terminó hace como cuatro. Nos casamos enamorados. De cierta forma, ese era mi tercer «matrimonio», había convivido antes cinco años y luego estuve casada por el civil dos meses.

Nos reíamos que era un día de mala suerte porque ese día se quería casar Kenita con Zamorano y todos sabemos lo que pasó, pero a nosotros no nos pasaría, decíamos, pero pensábamos lo contrario. No creo que el matrimonio sea una institución para toda la vida, ni siquiera el católico donde se supone que no hay divorcio.

Las personas cambian evolucionan e incluso involucionan, y tal como el enamorado Iván escribía en sus partes de matrimonio fallido “sin ti no encuentro solución para mi respiración”, ahora tiene una nueva y, al parecer, feliz familia junto a otra mujer y goza de buena salud respiratoria.

En España está comenzando un movimiento medio en serio, medio en joda, para que los matrimonios tengan fecha de vencimiento y de ahí se puedan renovar, por ejemplo: estamos casados mientras criamos a nuestros hijos, terminado ese periodo la unión se podría terminar o renovar automáticamente; o estamos casados por cinco años y lo mismo. No creo que sea una mala idea, podría evitar muchos y costosos trámites de divorcio. A algunos les parecerá una manera muy calculadora de verlo, pero el amor no es lo mismo que el matrimonio, el matrimonio es un contrato y como tal puede tener cláusulas.

Qué tal si tu marido resulta ser regio padre, pero pésimo amante, pues terminan de criar y cada uno a lo suyo.

Desde mi perspectiva de mujer re casada creo que cada uno debe buscar su felicidad y la de su familia, pero sobretodo una «pareja» en el sentido cabal del término, un igual con el cual apoyarse, quererse, cuidarse y tener proyectos, pero –lamentablemente- a veces esos intereses y esos proyectos cambian y uno de los dos no es capaz de estar a la altura o simplemente no quiere seguir ahí. Es su derecho.

No es que crea que todo matrimonio termina en divorcio (aunque es cada vez más común), pero sí creo que las mujeres no debemos estar por ningún motivo estancadas en una relación que no nos permita crecer, o peor aún, violenta al lado de un hombre que no nos valore.

Habiendo dicho esto y dejando en claro que aún creo en el matrimonio y por supuesto en el amor, creo que en esta nueva forma de relacionarnos debiésemos ser prácticos. ¿Conocen la compra inteligente de autos?  Te compras un auto, pagas todos los meses cuotas, y cuando el auto ya no te acomoda, te dan uno nuevo.

Un marido nuevo para cada etapa nueva de la vida, ¿por qué no?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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