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Luego de cinco años de pololeo, Paula Contreras y su entonces novio decidieron casarse a fines del 2015. Siempre habían querido formar una familia y, a los pocos meses, recibieron la noticia de que estaban esperando un bebé. Su hija nació el 27 de septiembre del año pasado.
Estos meses han sido de una alegría indescriptible para Paula, pero también de mucha tristeza, sobre todo a medida que se acerca el plazo de vencimiento de su postnatal. «Desde que nació mi hija me di cuenta de que no la quería dejar tan chiquitita para volver a trabajar y eso me angustia todos los días», explica.
Como muchas mujeres, Paula trabaja para aportar económicamente en su hogar y lograr mantenerlo a flote a pesar de sus deudas. Ella es técnico de enfermería y se desempeña en una empresa que presta servicios a domicilios particulares. Y como muchas madres también, no quiere separarse aún de su hija.
Es por eso que Paula inició una campaña en la plataforma Change.org para recolectar firmas y presentar una solicitud formal al Ministerio del Trabajo y Previsión Social de Chile para que el postnatal se extienda a un año. (Lee la petición acá).
«Desde que supe que estaba embarazada me metí a diversos grupos de crianza en facebook y leí como las mamás estaban desesperadas por tener que dejar a sus bebés en la sala cuna o sus hijos no querían quedarse con otras personas», manifiesta.
«Lo leía a diario. Yo veía cómo las madres estaban tristes, sufrían y nadie hacía nada por eso, nadie trataba de cambiar las cosas», recuerda. Por eso presentó la solicitud que debía reunir más de 10 mil firmas.
En Chile, a fines de la década de los 80, solo 5% de las madres amamantaba a sus hijos en forma exclusiva a los seis meses. De a poco las autoridades, junto a organizaciones públicas y privadas, lograron ir mejorando esta situación hasta que, en octubre del 2011, se promulgó la ley 20.545, más conocida como Ley del Postnatal de seis meses, aunque en la práctica, es de cinco meses y medio.
«El postnatal actual fue un gran avance, porque los seis meses tienen una razón medica que es cuando empieza la ingesta de sólidos dos veces al día y no sólo se alimentan de la leche materna», explica el pediatra del Hospital Clínico de la Universidad de Chile Roberto Balassa.
Los especialistas recomiendan lactancia exclusiva por seis meses, y sumando alimentos sólidos hasta el año de edad. «Si la madre lo desea, y tiene leche, puede prolongarlo por más tiempo. La lactancia prolongada es beneficiosa para los niños, pero la madre debe estar física y emocionalmente preparada para hacerlo. Si decide prolongarla debe consumir leche y derivados lácteos, y debe recibir medicamentos recetados por su médico para evitar la descalcificación y afectar su estructura ósea», explica el pediatra.
Basado en su experiencia, el médico asegura que «desde el punto de vista biológico, mientras mayor sea la lactancia es mejor para los hijos. Desde el punto de vista humano es entendible prolongar el postnatal, pero quizás desde el punto de vista laboral es un arma de doble filo, porque las empresas pueden no querer contratar mujeres en edad fértil por un postnatal más prolongado».
La difícil decisión de trabajar o quedarse en casa
«A mí no me sobra el dinero y necesito trabajar, no puedo llegar y dejar mi empleo. Con mi marido tenemos muchas deudas y a él se le haría muy pesado si yo no trabajo», dice Paula angustiada.
Ha sido un tema difícil de enfrentar. «Para un hombre es complejo entender, se lo toman más a la ligera. Con mi marido al principio teníamos problemas porque me decía que tenemos cuentas que pagar. Un día nos sentamos a conversar y ahí él me dijo que quizás necesitaba licencia porque no estaba bien», comenta.
«No se trata de mentir ni conseguirme licencias, pero es que a medida que mi hija crece me empecé a cuestionar más el hecho de que la tengo que dejar. Y por eso lloro todo el día y me empecé a enfermar», manifiesta Paula sabiendo que quizás necesita ver a algún especialista.
«Hay un componente emocional muy fuerte para las madres al dejar a sus hijos a los seis meses y volver a trabajar. Es un factor sicológico que depende de cada una», explica el Dr. Balassa. «Hay que ver qué pesa más para la madre, si lo laboral o lo emocional. Es una decisión que depende de las necesidades de cada persona o familia», agrega.
Y es que no todos los casos son iguales. «También hay mamás que limitan su lactancia. O también hay algunas mujeres, que siendo muy buenas madres, desean volver a tener su independencia laboral», indica el pediatra.
Por ahora, dejar de trabajar para Paula también significa perder el fuero maternal y la plata que le dan para la sala cuna, además de dejar de recibir ingresos.
«Yo al trabajar con pacientes a domicilio, no es llegar y salir para la lactancia, porque trabajo sola en cada casa, no hay quien te reemplace porque es un sistema de turnos. Quizás tenga que renunciar y buscarme otro trabajo que no tenga un horario tan pesado ni con tantas horas lejos de ella», sostiene.
Por eso considera que un postnatal de un año es una buena pedida pues «a esa edad los hijos porque ya están un poquito más grandes y no dependen tanto de la madre ni de la lactancia».
» Mi hija recién se está entregando a otros brazos y recién está empezando a compartir con otras personas. Por ahora todavía ella necesita de su mamá. Siento es que es un daño muy grande sacarle a su madre de un momento a otro cuando son tan pequeños. Un adulto lo puede entender, que hay que salir a trabajar, que hay cuentas que pagar, pero un bebé no», enfatiza.
