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¿Quién era Nicole Saavedra? Familia y organizaciones lésbicas denuncian un año de impunidad de su brutal crimen ¿Lesbofobia?

¿Quién era Nicole Saavedra? Familia y organizaciones lésbicas denuncian un año de impunidad de su brutal crimen

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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Hoy comienza la semana de la visibilidad lésbica y bisexual y las actividades estarán dedicadas a esta mujer que debería tener al aparato estatal buscando al o los culpables de su secuestro, tortura y asesinato. Su familia cree que no se habla de ella por su condición sexual. “No sé cómo la gente no se conmueve”, dice María, su prima. “El hecho es más grave que la muerte de Daniel Zamudio”, añade la abogada de los Saavedra, Silvana del Valle.


Nicole Saavedra era un poco obsesiva. Súper fanática de la higiene personal. Se lavaba a cada rato las manos, andaba con el desodorante para todas partes, siempre estaba depilada. De personalidad introvertida, le encantaba estar con su familia y participar de las reuniones familiares, sin embargo, les costaba abrir su corazón. No era fácil ser la hija lesbiana de una familia monoparental, cuya madre había sacado adelante junto a sus dos hermanos trabajando de temporera. La relación de Nicole con su padre era sólo económica, no afectiva. En la pequeña localidad de El Melón, una zona rural en la que las actividades mineras y agrícolas son las principales fuentes de trabajo, el machismo impera. Ser mujer es difícil, ser lesbiana, peor.

“La Nicole era una cabra chica, para mí nunca maduró a pesar de la edad que tenía (23 años). Ella no vivía en un mundo igual que las niñas héteros. El mundo era distinto para ella. Yo creo que ellas (las lesbianas) se sienten rechazadas y se empiezan a refugiar entre ellas. Costaba mucho llegar a Nicole, a pesar de que pasaba mucho en mi casa y compartía mucho con la familia. Aunque cuando le pasaba algo, corría a mí y me contaba. Cuando le pegaban, cosas así, pero sus cosas más íntimas, no”, relata María Bahamondes, su prima, casi una hermana para la joven.

La noche de la desaparición de Nicole, no fue la primera vez que ella sintió el odio por esa condición sexual que decidió asumir abiertamente, y que la llevaba a escapar de El Melón y pasar mucho más tiempo en Quillota, Valparaíso y hasta Santiago. Ser lesbiana en una zona rural y marginal, profundamente religiosa, implicaba aguantar desde insultos hasta golpizas.

El pasado 25 de junio se cumplió un año de la fatídica muerte de esta joven estudiante de técnico en prevención de riesgo. Su desaparición ocurrió el sábado 18 de junio de 2016. Había ido a una fiesta en Quillota y prefirió quedarse donde una amiga para esperar a que empezara a funcionar el transporte público. Le avisó a su mamá, con la que se comunicaba permanentemente, que ya estaba en el paradero y que llegaría a tomar desayuno. Pero nunca llegó. Lo último que se supo de ella fue que estaba esperando la micro.

La mamá la llamó, le mandó mensajes y nada, lo cual era especialmente extraño, pues Nicole amaba las redes sociales, siempre estaba con su teléfono. Por eso mismo, su familia se preocupó y comenzó la búsqueda de inmediato. “El mismo día que desapareció Nicole, la familia puso una denuncia por presunta desgracia. Además se operaba el lunes. La PDI encontró el bono sobre su escritorio”, cuenta Silvana del Valle, abogada que hoy representa a la familia. “Si los Carabineros hubieran pescado, la habrían encontrado quizás y no la habrían matado. De ahí en más, la encuentran, la causa queda catalogada como homicidio, y empieza todo mal”, piensa Silvana.

La profesional se refiere a que el crimen fue catalogado como homicidio solamente, pero la figura legal, explica la profesional, debería ser secuestro con homicidio “porque a Nicole la secuestraron y la mataron el último día del secuestro. Eso está determinado desde el primer día”.

Nicole fue encontrada amarrada, torturada y muerta una semana después de su desaparición, el 25 de junio, en la localidad de Limache. “A ella la mataron el mismo día que la encontraron y la fueron a tirar por ahí. Ese hecho ha generado muy poca reacción en la prensa, cuando el hecho es más grave que la muerte de Daniel Zamudio”, reclama la abogada perteneciente a La Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres.

Del Valle no fue la primera abogada tras este caso. Fueron las coordinadoras feministas locales, como Fisuras Colectivas y Asili Dales, las que la buscaron para solicitar ayuda y tomó el caso recién en marzo de este año. Temían que la causa se archivara sin culpables. Sin justicia.

“Si las agrupaciones lésbicas no hubieran aparecido, creo que se habría cerrado el caso porque yo he estado luchando sola. En un principio tuvimos un abogado que te da el estado, que tampoco hizo mucho. Lo vinimos a conocer recién a los cinco meses, en noviembre. Él tampoco le dio importancia al caso. Estábamos súper desamparadas y conocí a las feministas de Quillota y empezaron a ayudarme. Y luego apareció Silvana, que es la luz que apareció en un camino oscuro. De verdad, estábamos súper abandonados”, cuenta María Bahamondes.

“Nosotras en la red, por primera vez decidimos prestar asistencia jurídica de manera directa a una familia de una víctima de femicidio. Nunca habíamos tomado juicios porque nuestra labor es de activismo y de organización. Nosotras derivamos, buscamos abogados. Pero esta vez decidimos hacerlo por varias razones. Primero era porque ellas pedían una abogada, alguien que sintiera empatía; después, porque este es el típico femicidio que para la ley no es femicidio porque se trata del crimen contra una mujer, pero está catalogado como homicidio solamente”, explica Silvana.

Pero para la abogada el trabajo no ha sido nada fácil. “Cuando tomé el caso en marzo, lo primero que hice fue pedir copias del expediente a través de la mamá de Nicole, pero le entregaron unas copias incompletas. Me citaron el 31 de marzo y se comprometieron a dármelas. Como eso no sucedía, el 4 de abril logré que me entregaran copias, pero venían hasta el 10 de enero de 2017. Entre enero y marzo no había nada. Desde el 31 de marzo que estoy pataleando. Tanto, que ahora en junio me decidí a acusar al fiscal (Juan Emilio Gatica) porque también se le pidió que se hicieran ciertas diligencias que no se habían hecho, y el fiscal nunca me respondió. Citó a la mamá de Nicole en vez de citarme a mí, y más encima la dejó plantada. El 1° de junio tuvimos la audiencia y el fiscal no llegó. Mandó un fiscal adjunto que no sabía nada de la causa, solamente sabía el nombre de la Nicole. Fue patético, terrible. El tribunal lo retó y quedamos en que me tenían que entregar las copias. El fiscal me recibirá por fin el 7 de julio para que me muestren las pruebas materiales. Y recién hoy me entregaron las copias de enero para adelante”, relata Silvana del Valle molesta.

“Es súper desilusionante para la familia”, dice María sobre el nulo avance en la investigación. Y agrega: “En un principio no quise pensar que esta falta de interés tenía que ver con su condición sexual. Pero a estas alturas, con este avance mínimo, sin las diligencias básicas para encontrar a los responsables, no me queda otra cosa que pensar eso”.

“Hemos logrado contactarnos con la PDI”, apunta la abogada. “Ellos están haciendo su pega y casi todo ha sido por su propia iniciativa. Imagínate que para pedir interceptaciones telefónicas se demoraron desde octubre hasta enero y fue porque la PDI se lo sugirió al fiscal. Hay muchas cosas que denotan que el fiscal no tiene interés y no es activo. De modo contrario ya habría avances significativos porque aquí hay pruebas materiales. Hay gente que no ha ido a declarar a pesar de la citación, y el fiscal no ha sido capaz de poner orden de arresto. Esto ha sido muy frustrante. El actuar del fiscal es tan lento”, acusa Del Valle.

– Que frustrante para la familia…

– Tenemos un año de impunidad. Esto se traduce en una violencia institucional que sigue sufriendo Nicole. Además de haber sido torturada y asesinada, hoy su familia ve cómo el estado de Chile le falla. Y eso lo puedo decir con toda responsabilidad. Si Nicole hubiese sido otro tipo de persona, si hubiese sido hombre, si hubiese tenido dinero, si hubiera sido heterosexual, probablemente no estaríamos en el mismo lugar. Este crimen ya debería tener personas formalizadas por lo menos. Hay pruebas materiales suficientes para que el fiscal tuviera una línea de investigación clara, que no la tiene.

– ¿Crees que esto es por la invisibilización histórica que las lesbianas han sufrido?

– No me lo explico de otra manera. Si hubiera sido hombre o una mujer no lesbiana, con lo que le pasó a Nicole, secuestro por varios días, tortura y asesinato en el último día, la causa habría generado muchísimo más interés de parte del estado, de los medios de comunicación y de la sociedad en general. Este ni siquiera es un femicidio cualquiera. Nosotros le llamamos femicidio antilésbico. No la matan para pegarle, no la matan por algo que tenga que ver con drogas. La matan para demostrar algo, para atacar algo que era su forma de vivir la vida y el hecho de que eso se haya invisibilizado durante tanto tiempo nos demuestra que hay poco interés por ese tipo de personas. Hoy día existe el legítimo miedo de parte de las mujeres como Nicole de que les pase algo parecido. Esa vida con miedo, bajo la sospecha de que te puede pasar algo, ese terror, es una forma de presión que nos revela la falta de justicia.

Y las mujeres lesbianas no son las únicas con miedo. También sus familias. Cuando le preguntamos a María si su tía aceptó sin problemas la orientación de Nicole, su respuesta parte el corazón: “A mi tía le costó más porque fue criada en el campo. No fue fácil para ella. Lo que le pasó a mi tía fue miedo. Ella pensaba que le iba a pasar algo por ser así. Porque son violentadas…”

– Y lo peor es que se cumplió…

– Eso es lo más terrible porque mi tía vivía súper traumada. Ella escuchaba una sirena y pensaba en la Nicole. Y pucha, fue así. Yo no lo puedo creer todavía.

¿La ley protege a la familia o a las mujeres?

Una agrupación lésbica que también se ha sumado a las críticas del actuar de la fiscalía de Limache y a las marchas para recordar a Nicole Saavedra en Quillota, es Rompiendo el Silencio. “El caso de Nicole Saavedra habla de la cruel invisibilidad que nos afecta, donde la violencia hacia nosotras puede quedar en la impunidad. Acá también hay un tema de clase social, de ser mujer, de regiones, de tener una expresión de género que molesta a la sociedad. Debe haber presión de los movimientos sociales, y ya lo hay a través de las colectivas feministas, de mujeres… Pero el apoyo del movimiento gay ha sido débil. ¿Qué pasa con Nicole que produce esta impunidad? ¿Qué hay detrás de su caso?”, se preguntan en el colectivo que organiza la Semana de la Visibilidad Lésbica y Bisexual que comienza hoy dedicada a Nicole Saavedra.

“No tenemos una ley contra la violencia hacia las mujeres y no tenemos una política pública contra la violencia hacia las mujeres que sea integral. Nuestra forma de tratar el problema es fragmentada, se separan en islas cada una de las formas de violencia hacia las mujeres como si fueran distintas, y se le otorga solamente importancia a la violencia intrafamiliar, en la que el bien protegido es la familia y no las mujeres. Y la violencia hacia las mujeres es un continuo. En el caso particular de las lesbianas, tiene que ver con que son mujeres que no aceptan el paradigma hétero patriarcal tradicional. Un crimen como el de Nicole es la muestra más clara de que la mataron por ser mujer, específicamente ser mujer lesbiana”, reflexiona la abogada de la Red Chilena contra la Violencia hacia la Mujer.

Y añade: “Para nosotros es súper importante hacer justicia no sólo desde el punto de vista legal jurídico, sino hacerle justicia a la vida de Nicole desde un punto de vista social y cultural”.

“No vamos a bajar los brazos. Era una de las nuestras la que murió. No sé qué le pasa a la gente. En el mismo pueblo, El Melón, no siento apoyo. No sé cómo la gente no se conmueve. Hoy día nos tocó a nosotros, pero le puede tocar a cualquiera. No es necesario que sea una lesbiana. Todos los días están matando a una mujer y nadie hace nada. Este sector se caracteriza por la impunidad. Hace nueve años mataron a una joven lesbiana y tampoco se pescó que era lesbiana, sino que simplemente murió otra mujer más. Y a nadie le importó. Ya van nueve años y estamos a meses de que se cierre el caso y se archive sin justicia. No quiero que pase eso con Nicole, por eso que he tratado de gritar, de gritar para que nos ayuden. Es la única forma”, termina María.

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