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La primera actriz que denunció a Harvey Weinstein narra como la violó: «Me consolaron diciéndome que era algo que podía me ayudar en mi carrera en el futuro» Describió el terrorífico encuentro con el productor

La primera actriz que denunció a Harvey Weinstein narra como la violó: «Me consolaron diciéndome que era algo que podía me ayudar en mi carrera en el futuro»

En su libro Brave, Rose McGowan narró el terrorífico encuentro con el productor y cómo fingió para liberarse de sus garras. Ocurrió hace 21 años, en el Sundance Film Festival de 1997, cuando la actriz tenía solo 23 años y se encontró con el hombre más poderoso de la industria del cine, quien la violó y luego se encargó de frenar su carrera.


«Yo era tan nueva en el escalón superior de la industria. No sabía lo que tantos sabían, que él era un depredador y yo caminaba hacia su trampa». Brave (Harper One/Harper Collins, 2018) es el libro que relata la memoria descarnada de Rose McGowan, la primera actriz que denunció abusos sexuales del poderoso productor Harvey Weinstein. La reciente publicación detalla los pormenores del día en que la violó el otrora Rey Midas de Hollywood, al que llama simplemente El Monstruo.

«Me sentí sucia. Me habían violado. Estuve pensando cómo, la noche anterior a que sucediera, se sentó detrás de mí en el teatro. Llegué a pensar que lo había provocado. Eso hizo que me sintiera más sucia», cuenta en la memoria McGowan.

Ocurrió en 1997 durante el Festival de Sundance. Ella tenía 23 años y acababa de protagonizar la película Going all the way. A la mañana siguiente a la proyección en el certamen de cine independiente, tenía una cita con Weinstein para hablar, supuestamente, sobre «la proyección de su carrera profesional».

Estaba previsto que la reunión fuera en el restaurante del hotel donde se alojaba el productor en Park City (Utah), pero al llegar, la recepcionista le indicó que Weinstein estaba atendiendo una llamada y debía subir directo a su suite. Allí, después de media hora de charla, él la condujo al jacuzzi del baño, la desnudó y la puso sobre el borde de la bañera. McGowan describe el momento: Abrió sus piernas y comenzó a practicarle —sin consentimiento— sexo oral mientras se masturbaba. «Con la cara del Monstruo entre mis piernas, atrapada por una bestia. En aquella pequeña habitación con aquel hombre enorme, mi mente se quedó en blanco», escribe. «Me congelé, como una estatua». «Gemía ruidosamente; a través de mis lágrimas podía ver su semen flotando sobre las burbujas», describió la actriz, de forma gráfica.

Poco después de la agresión, la actriz bajó a una sala del hotel para hacer las fotos promocionales de la película Phantom, y allí le contó lo sucedido a su coprotagonista Ben Affleck, quien la notó nerviosa y en shock: «Maldición, le dije que parara de hacer eso», dijo el actor.  «Otros me consolaron diciéndome que era algo que podía ayudarme en mi carrera en el futuro», relató horrorizada. ¿Todo Hollywood sabía sobre los abusos de Weinstein?

Tras la cadena de denuncias de violación al productor, Affleck lo ha repudiado pero no ha confirmado si él sabía, como dice McGowan, de sus crímenes. La actriz pensó entonces en denunciar a Weinstein pero no lo hizo. Asegura que un abogado le dijo que nunca nadie creería su versión.

El megaproductor comenzó a llamar a todo el mundo para que no la contrataran en nuevas películas. «Parecía que todo Hollywood sabía sobre mi más vulnerable momento de violación y que yo era la que debía ser castigada por eso». Finalmente, para callarla, Weinstein llegó a un acuerdo por 100 mil dólares con la actriz. Pero durante un tiempo largo de su vida fue perseguida e investigada por una agencia privada de espionaje que controlaba todos sus pasos.

Pasadas dos décadas, el año pasado, McGowan decidió dar el paso de acusarlo en público, detonando el escándalo que acumula ya docenas de casos de mujeres que han denunciado al productor.

En Brave, la protagonista de películas como Scream, y que ha dejado el cine por el arte multimedia y un activo rol feminista con 912.000 seguidores en Twitter, relata los traumas que precedieron en su vida a su encuentro con Weinstein. De pequeña su familia formó parte en Italia de una secta llamada Hijos de Dios que practicaba la poligamia. Cuando los líderes del grupo empezaron a promover el sexo con menores, sus padres decidieron irse a Estados Unidos con ella. En su país de destino tuvo una adolescencia inadaptada, se fue de casa a los 15 años, vagabundeó y unos años más tarde terminó desembarcando en Hollywood, que ahora describe como otra horrorosa secta.

En su libro, la actriz también acusa de maltrato psicológico a su expareja, el director Robert Rodríguez, que según ella enloqueció de celos acusándola de estar enamorada de Quentin Tarantino.

McGowan, que explica que se rapó el pelo «como grito de guerra» contra los abusos a las mujeres en la industria del cine, lanza su memoria Brave contra la «maquinaria» de Hollywood y sus «hombres sagrados».

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