La mujer asegura abuso físico y emocional
Aunque la ex pareja del actor presentó su denuncia ante los tribunales de Los Angeles, la policía nunca abrió un expediente. El hijo del ganador de la estatuilla de Hollywood dijo que, «ha sido doloroso ver que estas falsas acusaciones contra mi padre se escriben nuevamente, después de que todo esto se resolviera hace años».
Gary Oldman, el protagonista de La Hora Más Oscura fue duramente criticado este martes por su ex mujer, Donya Fiorentino, quien afirmó que su matrimonio fue una «pesadilla» y acusó a la estrella británica de abusar de ella emocional y físicamente, además de usar su poder y fama para obtener la custodia de sus dos hijos en común, Gulliver (20) y Charlie (18).
En entrevista con TMZ, Donya afirmó que la estrella de 59 años, con quien se casó apenas cuatro meses después de su primera cita en 1997 y solicitó el divorcio cuatro años después, la golpeó con un teléfono en presencia de sus hijos en 2001.
Sin embargo, después de que la ex modelo hiciera esas declaraciones contra Oldman en las que le llama «abusador» («felicidades, Gary, y felicidades a la Academia por otorgar a dos abusadores [se refiere a su ex y a la ex estrella de la NBA, Kobe Bryant, acusado de violación en 2003 ] un Oscar») el mayor de sus hijos, Gulliver, fotógrafo de profesión, escribió una carta abierta para defender a su padre y calificar las acusaciones de «falsas».
Gulliver insistió en que el supuesto incidente «nunca sucedió»: Estaba allí en el momento del ‘incidente’, así que me gustaría dejar esto claro: no sucedió. Cualquiera que diga lo contraio, está mintiendo…. En el caso de mi padre, solo hay inocencia. Nunca ha habido culpa».
«Ha sido perturbador y doloroso ver que estas falsas acusaciones contra mi padre se escriben nuevamente, especialmente después de que todo esto se resolviera hace años», afirma el joven, en referencia a que el caso fue investigado por la policía en 2001, aunque nunca se presentaron cargos.
«La custodia de los hijos no se le da a un maltratador de mujeres y, en la mayoría de las circunstancias, casi nunca a un hombre. Por mi experiencia personal, el tiempo que pasé con mi padre debería ser en sí mismo una prueba suficiente», explicó.
