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Ola feminista: se ha avanzado hacia mayor democracia en la calle y en la casa, falta mucho aún en la cama Yo opino

Ola feminista: se ha avanzado hacia mayor democracia en la calle y en la casa, falta mucho aún en la cama

Camila Mella
Por : Camila Mella Académica - Departamento de Sociología, Ciencia Política y Administración Pública Investigadora – Centro de Políticas Públicas Universidad Católica de Temuco
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En los

n la casa, y en la cama», es la famosa cita de Julieta Kirkwood que se transformó en la consigna de movimiento feminista durante la dictadura militar y que hoy, más de tres décadas después, continúa vigente.

Si bien las mujeres somos hoy sujetos políticos, nuestra autonomía sexual y reproductiva aún no es reconocida ni vivida como tal. En relación a lo primero, el ejemplo más paradigmático es la discusión legislativa sobre la aprobación del aborto en tres causales. En relación a lo segundo, diversos estudios muestran que las mujeres (sobre todo las jóvenes) son quienes mayores preocupaciones y menor satisfacción reportan con su apariencia física y vida sexual.

Por ejemplo, la Encuesta sobre Comportamiento, Deseo y Satisfacción Sexual (2014) mostró que la apariencia física es la dimensión que reporta menor satisfacción entre las menores de 30 años, con un promedio de 6,3 (en una escala entre 0 y 10 puntos). El mismo estudio demostró que la principal razón por la cual las mujeres tienen encuentros sexuales es relacional (“por amor”, 21%), mientras que los hombres señalan que es por placer (“porque me gusta tener relaciones sexuales”, 20%). Encuestas recientes que hemos realizado en La Rebelión del Cuerpo confirman que el área de menor satisfacción en mujeres jóvenes es su apariencia física (5,6) y atractivo sexual (5,8), cuestión que incide en la calidad de todas las fases de la función sexual: mujeres con mayores niveles de autoestima, tienen una respuesta sexual más satisfactoria.

Las cifras anteriores nos muestran que, si bien hemos avanzado hacia mayor democracia en la calle y en la casa, aún queda mucho por avanzar en la cama. Al respecto, la educación en autoestima es fundamental, no sólo por un tema de salud física, mental y sexual, sino porque está en la base misma de la desigualdad de género. Es difícil que mientras no enseñemos a las mujeres a ser libres, a ser dueñas de su cuerpo, a quererse, a aceptarse, a disfrutarse, logremos una sociedad más justa e igualitaria. Porque la sexualidad es el mejor contexto para entender a cabalidad que «lo personal es político».

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