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Los beneficios de la lactancia materna y los mitos por derribar BRAGA

Los beneficios de la lactancia materna y los mitos por derribar

Uno de los principales mitos que giran en torno a la leche materna es que con el paso del tiempo se convierte en agua. Sin embargo, con el paso del tiempo la leche se adapta a la edad del niño que la toma, por lo que “fisiológicamente jamás va a salir agua de la glándula mamaria en reemplazo de leche materna. Este es uno de los mayores mitos entorno a la lactancia que debe ser erradicado”, expresó la especialista Gabriela Tranchino.


Los ácidos grasos de la leche materna cumplen un sinfín de funciones en la salud del bebé. Son una fuente clave de energía que aporta las calorías y nutrientes adaptándose a las necesidades según la edad del bebé.

La leche materna, cuyas propiedades tiene una relación directa con el desarrollo cerebral de los niños, “sigue siendo el alimento más completo desde el punto de vista nutricional”, comenta la nutricionista especializada en lactancia materna de la Clínica Viè Et Santé, Gabriela Tranchino.

La especialista asegura que la leche materna se adapta a la edad del niño que la toma, por lo que “fisiológicamente jamás va a salir agua de la glándula mamaria en reemplazo de leche materna. Este es uno de los mayores mitos entorno a la lactancia que debe ser erradicado”.

En este sentido, a medida que el niño crece «la leche aporta las calorías que necesita en ese momento de su crecimiento, a diferencia de los mitos que existen en la sociedad que con el paso de los meses la leche se va volviendo agua”.

Junto a ello, nuevos estudios han descubierto la importancia de un componente en específico de la leche materna. Se trata de los HMOs, las siglas en inglés de Human Milk Oligosaccharides.

Los HMOs son hidratos de carbono que no pueden ser digeridos por los bebés, pero que «alimentan a las bacterias beneficiosas en su intestino junto con conformar un microbiota intestinal que protegen y previenen de infecciones diarreicas y respiratorias neonatales, junto con potenciar la capacidad inmune de los bebés”, explica Gabriela Tranchino.

De igual forma, la leche materna -en los primeros meses de vida- ayuda a reducir en un 64% las posibilidades de sufrir gastritis, un 63% enfermedades de respiratorias altas, un 77% de otitis, e incluso leucemia en un 20%”, añade.

Cabe destacar, que la lactancia materna debe ser el principal alimento del bebé hasta, al menos, los seis meses.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda alimentar al bebé mediante la lactancia materna en exclusiva hasta esa edad como mínimo, ya que no hay una edad determinada que dicte cuándo debe dejar un bebé de tomar leche de su madre.

Por el lado de la madre, el dar pecho beneficia el vínculo afectivo madre-hijo; la facilidad para el retorno al peso anterior al embarazo; disminuye la incidencia de diabetes tipo 2; disminuye en el riesgo de cáncer de mama y de ovario. Incluso según la OMS también contribuye a evitar la osteoporosis.

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