BRAGA
Fuente: Serie web Provoca
Javiera Toro es estudiante de segundo año de ingeniería en la Universidad de Chile y sueña desde niña con explorar el universo. En el camino para lograr su objetivo, se esfuerza por estudiar una carrera dominada por hombres, mientras inspira con su testimonio a niñas y adolescentes a seguir sus sueños.
En Chile, durante el año 2020, solo el 24% de las matrículas en carreras universitarias relacionadas a tecnología fueron ocupadas por mujeres y solo el 4% en el caso de ciencias básicas (química, biología, física y matemática). Esta brecha de participación de las mujeres en carreras de las áreas STEM o CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se ha mantenido históricamente. Sin embargo, ya hay mujeres que buscan generar un cambio de paradigmas.
Javiera Toro es una joven de 19 años que pertenece a las 200 alumnas en un universo de 800 estudiantes que cursan Ingeniería en la Universidad de Chile. En su carrera, las mujeres representan apenas el 25% . Sin embargo, esto no la detiene, porque ella sueña con ser astrónoma y poder explorar el universo. Hoy, a través de su testimonio en la serie web “Provoca”, busca promover y usar su realidad para inspirar a niñas que no ven como posibilidad estudiar una carrera en el mundo de las ciencias.
“Si bien las universidades han creado mecanismos para ampliar la participación de la mujer como estudiante, docente y cargos directivos en la academia, creo que lo más importante es construir redes colaborativas entre los estudiantes, generando cambios con señales de inclusión y equidad, descubriendo y reconociendo el talento, más allá del género”, reflexiona la estudiante que acaba de terminar su primer año de estudio online de Ingeniería Plan Común.
La joven recuerda que se enteró de su ingreso a la universidad estando en casa y que con su abuela gritaron y saltaron de alegría. Perseverancia, para ella, es sin duda la clave para poder avanzar y cerrar brechas en el nivel de formación, y explica que debió estudiar hasta el doble de tiempo que sus compañeros, solo para nivelarse. Si bien asignaturas como mecánica y física la acercaron algo a la astronomía, aún le queda un buen trayecto para adentrarse en la disciplina del estudio del universo.
Ella entró a estudiar en 2020 y debió superar todas las complicaciones asociadas a la educación online, sumado a que vive con una familia extendida de siete integrantes y que cursa una carrera compuesta en su 75% por hombres. Hoy, advierte que no podría haber superado este año sin el apoyo emocional de su familia y la inspiración de una astrónoma italiana que conoció hace un par de años en el primer encuentro de modelos de rol Provoca y quien la inspira hasta el día de hoy.
Desde muy niña, Javiera quiso saber la explicación de los fenómenos del universo y se declara una buscadora incansable que cada día supera los obstáculos para convertirse en astrónoma. En el 2020 transcurrió meses entre su cama y su escritorio -a solo dos pasos-, compartió un único computador en casa e incluso sobrellevó la muerte de su abuela.
Esta significativa pérdida, generó que Javiera estuviera sumida en una profunda tristeza y desmotivación. Sin embargo, un póster con un mensaje inspirador de la astrónoma Violette Impellizzeri, la devolvió a su misión: “¡Mucha suerte con tu futuro de astrónoma!. Te esperamos en ALMA. Violette”. Para ella, ese breve mensaje al reverso de un póster olvidado, fue un recuerdo revitalizante para tomar consciencia de los esfuerzos de tantos años, de aprovechar la oportunidad de poder estudiar y de retomar con entusiasmo su proyecto de astronomía.
De hecho, ella espera poder inspirar a nuevas generaciones y que niñas y niños vean que es posible ser una mujer de ciencia. El visibilizar modelos de rol es sin duda uno de los mecanismos más eficientes para que los niños y niñas conozcan a personas reales que cumplen sus sueños siendo adultos. La posibilidad de escuchar su testimonio de vida, conocer los temores y dificultades que seguramente ellos también experimentan, los esfuerzos que debieron hacer para realizarse como personas y profesionales es una tarea necesaria y en la que Javiera busca participar.
“El 2020 fue un año de cambios, en lo personal y en lo familiar. Con empeño logré comprarme mi propia silla de computador y como familia adquirimos otro computador. Este año voy por más, cada día un poco más cerca de las estrellas”, concluye Javiera quien ya está lista para comenzar su segundo año de estudios.
Si quieres conocer más sobre Javiera y su testimonio en Provoca puedes ingresar al siguiente enlace.
