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El acoso sexual, que afecta al 25% de las reclutas estadounidenses, será considerado delito militar BRAGA Créditos: Foto de Alicia L. Pérez/ Efe

El acoso sexual, que afecta al 25% de las reclutas estadounidenses, será considerado delito militar

El acoso sexual no estaba entre los principales temas de la agenda política de Estados Unidos, hasta que en 2020, la soldado Vanessa Guillén apareció asesinada después de haber revelado a su familia que sufría este tipo de agresión. El Ejército reconoció a finales de ese año que, al investigar el caso de Guillén, había identificado «graves fallos en los mecanismos para atender las denuncias de acoso y abuso sexual, y un clima que tolera esos abusos».


El presidente estadounidense, Joe Biden, ha firmado un decreto que estipula que el acoso sexual dentro de las Fuerzas Armadas será considerado un delito en la justicia militar. Según un estudio del centro de investigación Rand Corporation, una de cada cuatro mujeres y uno de cada 16 hombres que trabajan como militares o para el Departamento de Defensa estadounidense experimentan acoso sexual en algún momento de su carrera.

Este tipo de agresiones no estaba entre los principales temas de la agenda política hasta que, en 2020, la soldado Vanessa Guillén apareció asesinada después de haber denunciado a su familia que sufría acoso sexual.

Este caso ha impulsado la orden ejecutiva de Biden, que también refuerza la respuesta de la justicia militar en situaciones de violencia machista e implanta cambios para «criminalizar la emisión o difusión negligente de imágenes visuales íntimas», según ha declarado la Casa Blanca a través de un comunicado al que ha tenido acceso Efe.

Ley «Yo soy Vanessa Guillén»

El decreto pone en marcha algunas de las medidas aprobadas en la ley «Yo soy Vanessa Guillén», que se ratificó a finales del año pasado en el Congreso estadounidense dentro del presupuesto anual de defensa.

Guillén tenía 20 años en abril de 2020, cuando desapareció de la base Fort Hood de Texas, después de haber relatado a su familia que sufría acoso sexual. Sus restos descuartizados y quemados se hallaron en junio de ese año a unos 32 kilómetros de la base, donde murió la misma noche de su desaparición.

De acuerdo con las investigaciones, el también soldado Aaron David Robinson asesinó a la joven de ascendencia mexicana. Robinson escapó de Fort Hood al enterarse del hallazgo de los restos y posteriormente se suicidó cuando la Policía intentaba detenerlo en Kileen (Texas).

Clima tolerante

El Ejército de Estados Unidos reconoció a finales de ese año que, al investigar el caso de Guillén, había identificado «graves fallos en los mecanismos para atender las denuncias de acoso y abuso sexual, y un clima que tolera esos abusos».

El asesinato de Guillén «catalizó la atención nacional al problema de la violencia sexual en nuestras Fuerzas Armadas y ayudó a impulsar una reforma bipartidista de la justicia militar«, según ha aclarado la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Una de cada cuatro mujeres y uno de cada 16 hombres que trabajan como militares o para el Departamento de Defensa estadounidense experimentan acoso sexual en algún momento de su carrera, según un estudio del año pasado del centro de investigación Rand Corporation.

Oficinas independientes

La ley que lleva el nombre de Guillén saca de la cadena de mando la evaluación de las denuncias de abusos sexuales, que se revisarán en oficinas independientes y no por los comandantes de cada rama militar, como ocurría hasta ahora.

Además, será la justicia militar quien decida las penas que podrían imponerse como consecuencia del acoso sexual, y esos mismos tribunales también determinarán si la situación cambia ahora que empieza a considerarse como un delito, según asegura a Efe un portavoz de la Casa Blanca.

Mayra Guillén, hermana de Vanessa, ha celebrado la firma del decreto de Biden, al considerar que el legado de la soldado «continúa viviendo, para hacer no solo al mundo un mejor lugar, sino específicamente a las Fuerzas Armadas», en declaraciones a la cadena NewsNation.

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