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La violencia hacia las personas LGBTIQ+ no ha terminado Yo opino

La violencia hacia las personas LGBTIQ+ no ha terminado

Jaime Barrientos
Por : Jaime Barrientos Académico Facultad de Psicología U. Alberto Hurtado
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Celebramos una vez más el Día internacional contra la homo/lesbo/transfobia. Nuestro país ha avanzado mucho en términos de actitudes más favorables hacia las personas LGBTIQ+, así como en términos de reconocimiento de nuestros derechos, mediante leyes que las resguardan. Recientemente, nuestro país aprobó la ley de matrimonio igualitario. Esto, qué duda cabe, es una transformación enorme si pensamos en décadas atrás.

Sin embargo, pese a estas enormes transformaciones, la violencia aún persiste hacia nosotros y esta se expresa de diversas formas y a diversos niveles.

Esta persistencia de la violencia nos obliga a problematizarla y a preguntarnos qué sostiene dicha violencia y que la reproduce permanentemente, pese a los avances antes mencionados. Nuestra sociedad heterocisnormativa sostiene todavía un conjunto de prácticas, representaciones y normas que sitúan ciertas orientaciones e identidades en un lugar privilegiado y ubican a otras en un lugar que las expone a dichas violencias. Es decir, aún seguimos siendo ciudadanos de segunda clase.

[cita tipo=»destaque»] Celebremos nuestra diferencia, pero también pensemos cómo seguir trabajando para disminuir la violencia para todas las personas que nos definimos como gays, lesbianas, bisexuales, trans o queer. [/cita]

Asimismo, lamentablemente, la modificación de dicho sistema herocisnormativo no es algo rápido, fácil y simple. Supone poner en marcha en diversos niveles (estructural, relacional e individual) un conjunto de acciones que permitan reconocer la existencia de la diferencia en materia de orientaciones sexuales e identidades de género.

Además, supone pensar cómo educamos a nivel básico, primario y universitario, y cómo nos relacionamos como sociedad. Y, todo lo anterior, requiere el esfuerzo de todas y todos. Requiere de la acción del Estado, pero también de la sociedad civil, de las universidades y de la sociedad en su conjunto.

Por tanto, aún tenemos mucho que progresar y este avance debemos hacerlo todas y todos.

Celebremos nuestra diferencia, pero también pensemos cómo seguir trabajando para disminuir la violencia para todas las personas que nos definimos como gays, lesbianas, bisexuales, trans o queer, de modo que nos sintamos habitando un país que nos reconoce y nos protege.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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