BRAGA
La exposición reúne un conjunto de cuadros que, a partir de relatos orales, retratan la historia de mujeres comerciantes que desde el valle de Azapa viajaban a la ciudad de Arica a vender productos, además de sus formas de organización y resistencia.
Esta semana, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, la organización de Mujeres Afro-rurales Hijas de Azapa, junto al Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y la División Sociocultural de La Moneda presentaron la exposición “Las Comerciantes Afroazapeñas en mil colores”.
En la instancia, estuvieron la primera dama Irina Karamanos junto a la ministra del MinMujer y EG Antonia Orellana, quien contó que hace unas semanas, cuando estuvieron en Arica en las Yoyas les propusieron traer esta exposición que recuerda a las comerciantes y sus viajes con toda la tradición cultural que este conlleva, «este es el primer gesto de una institucionalidad estatal que se abre a conversar con quienes han sido históricamente excluidas. Esperamos que esto no sea solo un gesto y que podamos seguir conversando de la mano de la comunidad de mujeres afrodescendientes y también de sus organizaciones».
La exposición tuvo lugar en el Patio Las Camelias de La Moneda y reunió un conjunto de cuadros que, a partir de relatos orales, retratan la historia de mujeres comerciantes que desde el valle de Azapa viajaban a la ciudad de Arica a vender productos, además de sus formas de organización y resistencia. La muestra busca traer al presente la memoria de aquellas afrodescendientes de antaño. Las obras son acompañadas de relatos recopilados por Azeneth Báez y las pinturas fueron realizadas por Giulianna Firmani y Diego Báez.
«Muy temprano bajaba doña María Chombo. En el camino se iban sumando otras señoras, doña Antonia Estoraica desde Azapa grande, desde las Maitas también bajaban 2 hermanas, por ahí a la altura de Los Albarracines aparecía doña Julia Corvacho con sus burros bien cargados, todo este grupo avanzaba como una tropilla y cuando ya se acercaban por nuestra casa, se divisaba una gran polvareda, se sentían las risotadas y los gritos: ¡Vamos Natalia, vamos! Ahí salía mi mamá con la Aleja y conmigo cuando se llevaban 3 burros con las frutas, las verduras y la leña. Continuaban las voces alegres, las risas y las llamadas. Más allá se sumaba Claudina Maldonado, en el Pago de Gómez bajo esperaba doña Graciela Ugarte, luego mi tía Juana Maldonado. Había muchas más, era un grupo grande, aproximadamente de 20 mujeres, que llevaban «a lomo de burro» los productos frescos a la ciudad. Eran las comerciantas del Valle de Azapa».
Según la pintora de 93 años, Guillermina Flores, el extracto anterior es una de las herencias de su madre, quien cuando ella era pequeña, se posicionó como una gran relatora oral. Con estas historias culturales que se transmiten generación por generación, Guillermina viajaba imaginariamente con aquellas mujeres y sus burritos por senderos pedregosos, «era real, que las comerciantas fueron mujeres negras, extraordinarias y valiosas», así lo recuerda y agrega que estas mujeres del territorio azapeño se desplazaron entre el valle y la ciudad a mediados de los años cuarenta hasta principio de los cincuenta.
Además de Hijas de Azapa, la actividad contó con la participación de la organización Tumberas Unidas y Sabor Moreno; la Red de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, la Organización Arica Negro y Anamuri.
«Hoy cumplimos 30 años desde que se crea la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, caribeñas y de la diáspora. Es un tremendo logro para el trabajo que hemos realizado las mujeres afrodescendientes históricamente en busca de nuestros derechos. Hoy se abre este espacio de gobierno, se abre la moneda para presentar una exposición que habla de nuestra historia, para que nos escuchen a quienes venimos de los márgenes, a quienes no somos parte de los procesos políticos. Hoy estamos acá, se agradece. Hay una voluntad política. Así que feliz, feliz», comentaron desde la red.
