La neutralidad corporal se refiere a la aceptación. El movimiento reconoce que podríamos no amar a nuestros cuerpos cada minuto de cada día, pero resalta que eso no tiene nada de malo. En cambio, los promotores de la neutralidad corporal nos animan a aceptar nuestros cuerpos tal como son, y a no castigarnos aun si no somos lo que la sociedad considera «perfectos».
Amar tu cuerpo constantemente -no importa qué- puede parecer una tarea imposible en el mejor de los casos. Además, si fracasas, te puede dejar sintiendo peor sobre tu autoestima.
No sorprende, entonces, que algunas personas están empezando a rechazar completamente la idea de positividad corporal, abogando, en cambio, por una nueva forma de pensamiento, conocida como «neutralidad corporal». Algunas de las principales promotoras incluyen a Taylor Swift y la actriz Jameela Jamil.
La neutralidad corporal se promociona algunas veces como un «punto intermedio» entre los mensajes polarizadores de amar u odiar tu cuerpo. Va dirigido a las personas que han quedado desilusionadas con el movimiento de positividad corporal y aquellas que encuentran demasiada dificultar en amar constantemente sus cuerpos.
Pero también hay preocupación de que el método de neutralidad corporal a la larga pueda tener un efecto negativo sobre la imagen corporal. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que muchas de sus ideas pueden mejorar tu bienestar si las aplicas correctamente.
La expresión «neutralidad corporal» surgió por primera vez en 2015. Pero fue en 2016 que adquirió popularidad, cuando la terapeuta Anne Poirier inició unos talleres con miras a ayudar a los participantes a entender que amar a sus cuerpos no siempre es una meta realista.
Según Poirier, estas sesiones surgieron de la noción de que, para algunas personas, «es un salto relativamente grande pasar de la insatisfacción al positivismo corporal».
Pero la neutralidad corporal es más que un simple punto intermedio entre el amor y el odio de sí mismos. Y cómo resulta en la práctica dependerá de cada persona.
Para algunos, la meta de la neutralidad corporal es cambiar la manera en que piensan su cuerpo -o sea, no pasar tanto tiempo pensando en este en términos generales. Esa manera de pensar se apoya en el concepto de mindfulness (conciencia plena), motivando a la gente a «simplemente ser».
Básicamente, el objetivo es existir dentro de tu propio cuerpo sin juicios o sin drásticas opiniones de cómo te ves. El movimiento nos incentiva a distanciarnos de las conversaciones sobre nuestros cuerpos y apariencia, lo que a su vez nos libera para hacer las cosas que nos gustan.
Es este sentido, la neutralidad corporal se refiere a la aceptación. El movimiento reconoce que podríamos no amar a nuestros cuerpos cada minuto de cada día, pero resalta que eso no tiene nada de malo. En cambio, los promotores de la neutralidad corporal nos animan a aceptar nuestros cuerpos tal como son, y a no castigarnos aun si no somos lo que la sociedad considera «perfectos».
Otros del movimiento de la neutralidad corporal quieren cambiar el valor que se le da a la belleza y apariencia en la sociedad. En lugar de enfocarnos en cómo se ven nuestros cuerpos y sólo valorarnos según nuestra apariencia, la neutralidad corporal nos exhorta a enfocarnos en cambio en lo que hacemos con nuestros cuerpos.
En este sentido, la neutralidad corporal pone énfasis en apreciar tu salud y lo que tu cuerpo es capaz de hacer, no solo en valorar tu cuerpo por cómo te ves.
Dado el revuelo en torno a la neutralidad corporal, podría sorprender saber que ha habido pocos estudios sobre sus beneficios. Pero algunos investigadores están preocupados por que, en la práctica, la neutralidad corporal pueda incluso resultar en una imagen corporal más negativa, especialmente si las personas terminan simplemente «tolerando» sus propios cuerpos.
No obstante, la neutralidad corporal comparte muchos principios similares con lo que los investigadores han llamado «imagen corporal positiva». Esta última, por lo general, comprende el cuidar tu cuerpo, sentirte cómodo en él y aceptar cualquier imperfección de las características físicas particulares que percibas. También hace énfasis en apreciar el cuerpo por lo que es capaz de hacer, en lugar de por cómo se ve.
Mientras esta manera de pensar es muy parecida a la neutralidad corporal, ambas no son enteramente lo mismo. Una manera de verlo es que la neutralidad corporal es como una estación en el camino hacia una imagen corporal positiva.
Aunque ambas enfatizan una apreciación por lo que nuestros cuerpos pueden lograr (en lugar de cómo se ven), la imagen corporal positiva implica más cuidado activo, apreciación y respeto de nuestros cuerpos.
Una gran cantidad de evidencia muestra que la imagen corporal positiva está asociada con una gama de beneficios. Por ejemplo, las personas que aprecian su cuerpo tienen mayor probabilidad de adoptar hábitos alimenticios más saludables y ejercer comportamientos que promueven la salud, como buscar cuidados de prevención de cáncer.
La imagen corporal positiva también está asociada con un mejor bienestar psicológico, incluyendo menos síntomas de depresión, mayor autoestima, mayor autocompasión, y una mayor satisfacción de la vida.
Optar por alcanzar la neutralidad corporal o la imagen corporal positiva es tu decisión y probablemente dependerá mucho de tus experiencias de vida y tus sentimientos actuales sobre tu cuerpo. Hay una serie de recursos, tanto online como impresos, que pueden ayudarte a encaminarte hacia la neutralidad corporal o la imagen corporal positiva.
También hay muchas actividades que puedes hacer para desarrollar una mejor apreciación por tu cuerpo. Conocidas como «actividades corporeizadas», estas ayudan a promover un sentido de vivir dentro o habitar nuestros cuerpos.
Estas incluyen sentir una conexión y confort con el cuerpo, cuidar de nuestro ser físico y resistir pensar en nuestros cuerpos como objetos. Algunos ejemplos de las actividades corporeizadas incluyen bailar, hacer yoga, participar en diferentes tipos de deportes y hasta simplemente salir a caminar en la naturaleza.
Se cree que las actividades corporeizadas conducen a la «corporeización» -o integración mente-cuerpo- caracterizada por una sensación de estar dentro y en armonía con el cuerpo.
Las investigaciones demuestran que participar en actividades corporeizadas puede promover una imagen corporal más saludable. Por ejemplo, un estudio encontró que los participantes que hacían yoga, comparados con los que no lo practicaban, tenían una imagen corporal más positiva y eran menos propensos a percibir sus cuerpos como objetos.
Puede ser difícil abandonar ciertas maneras de pensar sobre nuestros cuerpos, especialmente cuando nos repiten constantemente que nuestra apariencia es lo que más importa.
Cambiar de mentalidad tomará tiempo, y es normal tener tropiezos en el camino. Pero si alguien ha encontrado que el positivismo corporal no le ha servido para cambiar la manera en cómo piensa de sí mismo, tal vez valdría la pena probar una nueva forma de pensar.