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Abby Stein, activista por los derechos trans: ‘‘Debemos tomar medidas para representar a todas las personas’’ CONGRESO FUTURO Créditos: @abbychavastein

Abby Stein, activista por los derechos trans: ‘‘Debemos tomar medidas para representar a todas las personas’’

Valentina Paredes
Por : Valentina Paredes Periodista en El Mostrador Braga
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Desde que tiene uso de memoria, Stein supo cuál era su verdadera identidad. Sin embargo, la transición de género era algo totalmente desconocido para ella, esto principalmente por las estrictas reglas de la comunidad jasídica en la que creció. A los 20 años Abby Stein compartió su historia al mundo y desde ese entonces recorre diversos lugares para concientizar sobre la visibilidad trans, sobre todo en espacios religiosos. La destacada oradora y escritora actualmente se encuentra en Chile, en el marco de Congreso Futuro 2023, donde pudo reflexionar sobre cómo crear comunidades más inclusivas en los nuevos tiempos.


Durante su infancia en los años 90, Abby Stein (31) nunca supo sobre la existencia de la exitosa serie Friends, de la carrera musical de Britney Spears o de cualquier otro elemento de la cultura pop. Tampoco tuvo acceso a televisión o internet, y es que la comunidad jasídica ultraortodoxa en la que creció prohibía cualquier acercamiento con el mundo exterior.

Sin embargo, cuando estaba cerca de cumplir 20 años, el mundo de Abby cambió radicalmente al saber de la existencia de la comunidad trans. Tres años después, en septiembre del 2015, comenzó su transición de género y a los dos meses, por fin pudo presentarse al mundo con su verdadera identidad.

‘‘No sabía que existían las personas LGBTQ+ hasta que tuve alrededor de 18 años. Luego no supe que existían personas trans hasta los 20 años. A veces bromeo diciendo que hubiera deseado tener un maestro homofóbico, para que alguien me dijera algo negativo sobre la comunidad, porque al menos así habría sabido que existimos’’, dice en conversación con El Mostrador Braga.

Abby Stein es una reconocida activista estadounidense por los derechos y visibilización trans, también es oradora, bloguera y escritora. Creció en New York dentro de una familia jasídica, y es reconocida como la primera mujer abiertamente transgénero de esa comunidad. 

Además, la joven es autora de Becoming Eve: My Journey from Ultra-Orthodox Rabbi to Transgender Woman (Convirtiéndose en Eva: mi viaje de rabino ultraortodoxo a mujer transgénero). Obra que narra su historia. 

Durante esta semana, Stein se encuentra en nuestro país en el marco de su participación en Congreso Futuro. Evento en el cual presentó su charla sobre cómo crear comunidades más inclusivas y brindar oportunidades reales para el desarrollo de la comunidad LGBTQ+ en estos nuevos tiempos. 

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‘‘Le pedía a Dios ser una niña’’

Sentada en la pieza de un hotel en Santiago y con una credencial que deja ver su nombre acompañado de los pronombres ‘‘she/ella’’, Abby relata que desde que tiene memoria supo que se identificaba como mujer. No encontraba, a su corta edad, una explicación lógica y trataba de hablarlo con su mamá. Pero no había respuestas. 

‘‘Yo me reconocí como una niña desde que tengo recuerdos. Por ejemplo, cuando tenía cuatro años traté de cortar una parte de mí, creo que puedes entender de qué parte hablo, porque sentía que no era yo’’, cuenta, mientras hace una pausa antes de seguir.

‘‘Tenía solo cuatro años, finalmente no hice nada, no me hice daño. Pero tenía razón y siempre estuvo esa cosa interna. Hubo un tiempo en que tenía una oración que decía todas las noches y le pedía a Dios ser una niña’’, relata.  

La comunidad jasídica se caracteriza por ser sumamente estricta en cuanto a sus reglas y la convivencia de sus participantes. Además de establecer distinciones significativas entre lo que pueden hacer hombres y mujeres en su vida cotidiana. 

Por ejemplo, niños y niñas no pueden jugar juntos, están muy mal vistas las señales de afecto como abrazos –incluso siendo hermanos– y, de hecho, Abby Stein señala que, en casa de sus abuelos, a sus primas y primos no se les permitía sentarse a la misma mesa. 

‘‘Ellos llevan la idea de una sociedad patriarcal dirigida por hombres a un nivel completamente nuevo’’, subraya la escritora, ‘‘es literalmente esos chistes que la gente dice a veces, ‘vas una conferencia sobre periodo menstrual y solamente hay una mujer allí, los demás son hombres’, eso sucede todos los días en esa comunidad’’, agrega.

A ello se suma que la educación que reciben las niñas y los niños es sumamente limitada, esto para evitar que reciban cualquier estímulo o información del mundo exterior. ‘‘Todo lo que es no ortodoxo es simplemente malvado’’, fue de las primeras lecciones que aprendió y que siguió Stein a lo largo de su infancia.

La decisión de llevar su historia al mundo 

La autora cuenta que uno de los sentimientos que más la marcó a lo largo de su vida fue el de sentirse completamente sola. No conocer referentes LGBTQ+, no tener una comunidad donde poder levantar conversaciones sobre diversidad y no conocer sobre la inclusión, fue algo que prevaleció por muchos años. 

‘‘Esa es probablemente una de las experiencias más traumáticas que he experimentado, pensar que estás sola, sin saber que al mismo tiempo hay millones de personas por ahí sintiendo lo mismo’’.

A los 18 años, antes de transicionar, Abby se casó con una mujer de la comunidad jasídica. El plan de vida –que sus padres esperaban– era simple: mantener ese matrimonio, tener hijos y convertirse en rabino. Por un tiempo, ella siguió cada paso al pie de la letra, aun cuando por dentro la realidad que buscaba era otra. 

A los 20 años comenzó a tener sus primeras interacciones con Internet, principalmente para buscar consejos sobre paternidad –ya que tuvo un hijo–. Pero sus búsquedas la llevaron finalmente a saber sobre las personas trans. 

‘‘Ni siquiera tengo las palabras para explicar lo que significó pasar 20 años pensando que estaba sola, siempre supe quién era, pero pasé años sin entenderlo y sin saber cómo lidiar con eso. Hasta que encontré a la comunidad trans’’, dice con un tono de alivio. 

Al tiempo Abby se divorció, también le contó a su familia sobre su transición, pero ellos rechazaron su identidad y su padre le dijo que no volvería a dirigirle nunca más la palabra. Como una forma de liberación, decidió postear en redes sociales su historia, el resultado: miles de interacciones. 

Dada la viralización de su relato, optó por usar la masividad de las plataformas sociales para ampliar su discurso y volverse activista por los derechos y la visibilización trans, sobre todo en comunidades religiosas como en la que ella creció.

‘‘Mi vida se hizo tan pública, entonces ahí fue cuando tomé la decisión [de ser activista], ya que tenía la oportunidad. Mucha gente se acerca a mí, cientos de personas de todas partes para compartir sus historias’’, detalla con una leve sonrisa.

 

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‘‘La primera tarea para mí fue crear conciencia y hacer que la gente hable sobre las personas trans. Creo que eso se logró y ahora ha pasado a centrarse en cómo creamos comunidad, que es lo que estoy haciendo en Chile. Crear activa y conscientemente una comunidad que sea acogedora, que acepte y celebre a la gente LGBTQ+’’, subraya Stein.

No basta con decir, se debe actuar 

¿Dónde está el límite entre lo real y lo virtual? ¿Qué implicancias tiene para nuestra vida? ¿Cómo las regulamos? ¿Y qué oportunidades nos ofrecen? Estas son las principales preguntas que la versión de este año de Congreso Futuro busca abordar. Para la activista, el nuevo universo digital representa una nueva oportunidad para forjar lazos; sin embargo, también es crítica sobre la percepción de la sociedad actual. 

‘‘Siempre hubo opiniones muy diferentes, solo que en la mayor parte de la historia, esas personas nunca sabían lo que decían los demás. Entonces, la razón por la que se siente tan fracturada la sociedad es porque, de hecho, estamos más conectados que nunca, lo cual es gracias a la tecnología’’, opina. 

En esa línea, la oradora del evento nacional señala que las nuevas plataformas nos brindan nuevas oportunidades para la inclusión; sin embargo, esto debe ser genuino.

‘‘Realmente necesitamos crear un mejor futuro, donde todos los seres humanos estén invitados. Pero no es suficiente decir que estamos abiertos a todos, sino que debemos tomar medidas para asegurarnos de llegar a representar a todas las personas’’, recalca Stein.

La activista también cree que tal inclusión debe extenderse a todos los ámbitos y lugares posibles. Además de siempre priorizar llegar a los grupos que históricamente han sido invisibilizados: mujeres, diversidades, personas de escasos recursos económicos, entre otros. 

‘‘Cuando haces eso en tu negocio, en la ciencia, en la tecnología, el futuro será legítimamente mucho mejor’’, opina, ‘‘al hacerlo estamos abriendo las puertas a un nuevo mundo de ideas y un nuevo mundo de creatividad’’, agrega la escritora.

Hacia el futuro

Según relata Abby, cuando era pequeña su imaginación era una de las principales cosas que le permitían sobrellevar su vida repleta de reglas que seguir. ‘‘Algunas de las cosas que imaginé se volvieron realidad. Solía fantasear con vivir como mujer y viajar por el mundo’’, confiesa mientras sonríe. 

La activista comenta que aún se considera una persona con una gran imaginación, sin embargo, muchos de sus pensamientos el día de hoy se enfocan en un futuro donde las diversidades cuenten con sus derechos asegurados y puedan vivir plena y dignamente. 

‘‘Creo que siempre me ha gustado expandir mi imaginación y siempre trato de recordar que algunas cosas, que parecen una fantasía y están solo en mi mente ahora, en realidad podrían suceder’’, finaliza Stein.

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