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Salud sexual lésbica en Chile: entre mitos e invisibilización BRAGA Créditos: Pexels

Salud sexual lésbica en Chile: entre mitos e invisibilización

Natalia Mora Olavarría
Por : Natalia Mora Olavarría Periodista en El Mostrador Braga
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Las mujeres lesbianas se enfrentan a barreras en el acceso a la atención médica. La falta de información sobre salud sexual lésbica agrava la situación. La matrona y docente Karina Roco, conversó con El Mostrador Braga sobre los avances y desafíos presentes en esta materia.


La discriminación de género y la orientación sexual influyen en la salud de las mujeres lesbianas. A menudo se enfrentan a obstáculos y barreras en el acceso a la atención médica, lo que puede tener consecuencias para su bienestar físico y emocional.

Las mujeres lesbianas están doblemente vulneradas, tanto por su género como por su orientación sexual, sufriendo una invisibilización y discriminación, además de ser víctimas de la misoginia, las expresiones de odio y la homofobia.

Hay una estrecha relación entre cómo las personas ven y viven su identidad no-heterosexual y cómo ven y viven su propia salud. Esto hace que a las problemáticas mencionadas se le sume la poca información existente respecto a la salud sexual lésbica. 

“Dentro la población lésbica existe una falta completa de conocimiento, conversación y práctica de sexo seguro gracias a la ignorancia del tema. Hay muchos mitos acerca las ETS y VIH que perpetúan una costumbre de no protegerse. Además, la falta de acceso a métodos de protección impide la normalización de sexo seguro”, señaló el study paper “El Tema no Existe: La Salud Sexual Lésbica en Valparaíso, Chile” del año 2011.

Más de 10 años después, la situación no es muy diferente. En 2020, la agrupación chilena Lésbica Rompiendo el Silencio llevó a cabo un estudio exploratorio donde se reveló que un 68% de las mujeres encuestadas declaró no haber recurrido a realizar el examen que detecta la presencia de cáncer cervicouterino, la Prueba de Papanicolaou (PAP), por miedo a la discriminación. 

Frente a un sistema de salud históricamente hetero-normado son varios los desafíos con los que se encuentran las mujeres lesbianas. Ante esto, la matrona y docente de la Universidad Andrés Bello, Karina Roco, señaló en conversación con El Mostrador Braga que “en Chile existe una invisibilización de la salud sexual lésbica. Muchas veces esto se ve reflejado dentro de las atenciones médicas y también dentro de las mismas revisiones de exámenes”.

Según Roco, las personas de la comunidad LGBT+ “muchas veces acuden a controles de salud y está el temor de que no les pregunten por el sexo de las parejas sexuales o por la orientación sexual y que, por lo tanto, la atención sea pensada en una persona heterosexual que ya ha iniciado actividad sexual penetrativa”.

Karina Roco Anabalón, Matrona de la Universidad de Santiago, con diplomado en Terapia Sexual, ABP y docente en la universidad Andrés Bello.

En estos casos, para Roco, se trataría de una invisibilización inmediata de la orientación sexual. Además de esto, cuando las o los médicos no han sido capacitados respecto al trato de personas no-heterosexuales, puede ocurrir que se haga una inspección ginecológica con, por ejemplo, espéculos de gran tamaño, lo cual puede resultar doloroso.

Entre lesbianas abundan los testimonios sobre experiencias traumáticas o vergonzosas, producto de la visita al ginecólogo, lo que también explica la distancia que existe respecto de su propia salud sexual.

Capacitación a profesionales

Un informe de Human Rights Watch afirmó que las barreras de acceso a la atención sanitaria son más altas en la población LGBT+. La distancia de los y las ginecólogas hacia la sexualidad de las lesbianas es un tema que ha estado presente en las luchas por la visibilidad lésbica. Por lo mismo, los avances respecto a esta materia se han visto en las capacitaciones enfocadas en los profesionales.

“Hoy en Chile, desde el punto de vista de la ginecología, la atención lésbica ha tenido avances. Sin embargo, este ha sido mucho más en capacitación y aunque no existan estadísticas que lo indiquen como tal, desde lo experiencial ha habido”, indicó la matrona.

Asimismo, hay algunas universidades que dentro de sus mallas y de su formación académica han ido implementando diversos cursos con enfoques en diversidad sexual, realizando formación para la atención a personas lésbicas.

“Dentro de las capacitaciones, no solo para mujer lésbica en específico, sino para la comunidad LGTB en general, se incluye el preguntar por orientación sexual. De esta manera, de a poco se va visibilizando la orientación lésbica en la atención”, explicó Roco.

Por otro lado, la matrona y docente mencionó la falta de políticas públicas y normativas que guíen a los profesionales respecto al tema.

“En Chile no existen normativas ministeriales que nos indiquen como profesionales cómo atender o cómo guiar a personas vulvo-portantes que tiene relaciones sexuales entre sí. Solo existen directrices que son puestas en marcha por diversas organizaciones”, reveló.

La discriminación de género y la orientación sexual influyen en la salud de las mujeres lesbianas, enfrentándose a obstáculos y barreras en el acceso a la atención médica.

Agrupaciones y organizaciones no gubernamentales, como lo son Aprofa, centro de salud enfocado en la educación sexual integral y los derechos sexuales y reproductivos; Aldea Mujer, enfocada en el acompañamiento en salud femenina con enfoque feminista e integral; o la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio tienen una visión más amplia de cómo realizar atención que sea más integrativa para la comunidad LGBT+. 

“De hecho, la Agrupación Rompiendo el Silencio tiene una gran participación en la prevención, información y educación de prácticas sexuales de personas vulvo-portantes, por lo tanto, creo que es importante visibilizar a estas organizaciones como promotoras en la salud sexual”, indicó la docente.

Mitos y realidades

No es una realidad lejana que se deje de lado la importancia de la protección en las relaciones sexuales entre personas vulvo-portantes. La percepción de que el sexo entre mujeres no entraña prácticas de riesgo es uno de los “mitos” más extendidos. 

“Hay una gran creencia de que las personas pene-portantes son quienes transmiten infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, esto ocurre independiente de la orientación, género o genitales que tenga la persona”, señaló Roco.

Aunque el riesgo es menor, existen casos comprobados de contagio de VIH/SIDA entre parejas de mujeres en el mundo. La falta de información y educación al respecto hace que se reproduzcan creencias erróneas que terminan afectando a la salud tanto sexual, como mental, de las mujeres lesbianas.

“Existe educación sexual sobre prevención en diversidad sexual. Sin embargo, no existe esta educación igual para todas las diversidades sexuales. Hay ciertas comunidades que pueden acceder a más información a través de organismos nacionales o internacionales a diferencias de otros grupos de la comunidad LGTB”, indicó al docente.

Como a la comunidad lésbica no se le ve generalmente como un grupo de riesgo, esto deriva en poca protección en las relaciones sexuales. “Una persona vulvo-portante que tiene relaciones sexuales con otra puede que le cueste más encontrar información respecto a como prevenir alguna infección de transmisión sexual y puede que le cueste más acceder a los métodos de prevención” mencionó.

A esto, se agrega que las campañas de prevención están, muchas veces, enfocadas en otros sectores de la comunidad LGBT+.

Como métodos de prevención y para una buena salud sexual lésbica, la docente y matrona recomienda, primero que todo, iniciar una actividad sexual de manera consensuada. Se debe tener especial cuidado en las relaciones sexuales donde exista intercambio de fluidos, por lo mismo, es recomendable utilizar métodos de barrera.

“Si hay un inicio de actividad sexual, lo ideal es que sea con métodos de barrera, ya sea en las prácticas sexuales orales o en la frotación de vulva con vulva. Estos métodos de barrera se pueden integrar como parte del placer y de la exploración de la sexualidad”, señaló la profesional.

Por último, es igual de importante el realizarse chequeos y exámenes preventivos de infecciones de transmisión sexual y acudir a profesionales que estén capacitados. 

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