
Maternidad y trabajo: los desafíos que enfrentan las mujeres al volver del postnatal
Volver al trabajo tras el postnatal puede ser un proceso complejo y cargado de emociones. Expertos llaman a reconocer este periodo como un momento clave que requiere apoyo del entorno, flexibilidad laboral y contención para lograr una conciliación real y sostenible.
El día de la madre no solo es un día de celebración, sino que también es un día para pensar y analizar la maternidad. Este día vuelve a tomar fuerza la discusión sobre el equilibrio entre maternidad y trabajo, especialmente en el momento en que muchas mujeres deben reincorporarse a sus funciones laborales tras el postnatal.
En nuestro país, la ley establece un postnatal parental de hasta 24 semanas, donde 18 semanas son obligatorias y 6 adicionales pueden ser tomadas si la madre decide trabajar a tiempo completo. Este tiempo permite que las madres tengan un período de descanso y cuidado de su hijo sin la presión inmediata de reincorporarse al trabajo.
Paula Penjean, gerente regional y Nuevos Negocios de Grupo Teamwork, empresa experta en empleabilidad y gestión de personas, explica que “el retorno al trabajo después del postnatal es uno de los momentos más complejos emocionalmente para un montón de mujeres. Hay una mezcla de culpa, ansiedad, cansancio y una fuerte presión por ‘responder’ tanto en casa como en el trabajo”.
Además, la especialista agrega que las emociones más comunes durante este episodio incluyen la tristeza por dejar al bebé, la preocupación constante por su bienestar y, por supuesto, la sobrecarga física y mental derivada de la reorganización de la vida personal, familiar y laboral. “Este es un período en que muchas mujeres no se permiten flaquear, cuando en realidad necesitan más que nunca contención emocional, comprensión organizacional y espacios de autocuidado”, comenta la experta.
Bajo este contexto de sobrecarga física, emocional y mental, Penjean asegura que la clave es que las organizaciones y los entornos cercanos estén atentos a las señales que podrían indicar que una madre está sobrepasada emocional o psicológicamente al volver al trabajo. Cambios bruscos de ánimo, irritabilidad, falta de concentración, tristeza prolongada o sentimientos de aislamiento son algunas de las alertas que no deben ser ignoradas.
“Hoy, el bienestar laboral debe ser parte de la estrategia de cualquier empresa que aspire a cuidar su capital humano, especialmente cuando hablamos de madres trabajadoras, que enfrentan una doble jornada física y emocional”, destaca la especialista.
La conciliación es una responsabilidad compartida
Desde la perspectiva de los expertos laborales, se recomienda que el retorno al trabajo sea progresivo, siempre que las condiciones lo permitan, incorporando modalidades como la flexibilidad horaria, el teletrabajo parcial o jornadas reducidas. “La conciliación no es solo un tema que debe gestionar la persona, sino que es también una responsabilidad de las empresas. Las organizaciones que entienden esto generan mayor fidelización, productividad y bienestar a largo plazo”, afirma Penjean.
Bajo esta línea, el apoyo y rol del empleador, el acompañamiento de la pareja, la familia y los amigos es fundamental. “Establecer rutinas simples, contar con apoyo en la crianza, fomentar la comunicación en el entorno laboral y, sobre todo, derribar la exigencia de ser ‘madre perfecta’, son claves para atravesar este proceso con mayor bienestar”, argumenta la experta.
Un entorno presente —ya sea en la familia, la comunidad o el lugar de trabajo— puede marcar una gran diferencia: reduce el estrés, mejora el bienestar emocional, facilita la conciliación entre la vida personal y profesional, y contribuye a una reintegración laboral más sostenible y humana. También favorece la retención de talento femenino y promueve una cultura organizacional más equitativa.
Cuando el nivel de angustia es alto o persistente, buscar apoyo profesional en salud mental no solo es válido, sino necesario. “Pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino una inversión en bienestar. Las madres que se cuidan también están cuidando mejor a sus hijos y a sus equipos de trabajo”, concluye la especialista.
Algunas recomendaciones que entregan los expertos para un proceso más saludable y equilibrado:
- Regreso progresivo, si es posible: Negociar un retorno parcial o con flexibilidad horaria durante las primeras semanas puede marcar una gran diferencia. Permite adaptarse gradualmente y reducir el impacto emocional y físico.
- Organizar rutinas simples y realistas: Establecer horarios básicos y listas de tareas ayuda a evitar el caos y genera una sensación de control. No se trata de hacer todo perfecto, sino de priorizar lo esencial.
- Pedir ayuda y distribuir las cargas: Involucrar a la pareja, familia o personas de confianza es clave. La crianza no debe recaer en una sola persona. Delegar no es fallar, es proteger tu salud y tu vínculo con tu pequeño/a.
- Comunica tus necesidades en el trabajo: Mantén una conversación honesta con tu jefatura sobre tus tiempos, desafíos y necesidades. Hablar desde la vulnerabilidad puede abrir espacios de apoyo y evitar malentendidos.
- Reserva momentos de autocuidado: Dormir, comer bien y tener al menos un pequeño espacio diario para ti —aunque sea una caminata o una ducha tranquila— puede marcar una gran diferencia emocional.
- Conéctate con otras madres trabajadoras: Hablar con mujeres que han vivido o están viviendo lo mismo ayuda a normalizar emociones y compartir estrategias. El aislamiento es una trampa común que se puede evitar.