Publicidad
La diversidad como factor competitivo en las empresas Yo opino Créditos: El Mostrador.

La diversidad como factor competitivo en las empresas

Publicidad
Jonathan Oyanadel
Por : Jonathan Oyanadel jefe de diversidad e inclusión de OTEC Teamclass.
Ver Más


Junio llega con colores, pero también con desafíos. En el Mes del Orgullo, las empresas chilenas tienen una oportunidad concreta para avanzar hacia culturas organizacionales verdaderamente inclusivas.

La Encuesta Nacional “Chile No Sabe”, publicada por Fundación Iguales y Out & Equal en 2024, reveló cifras preocupantes: un 35% de las personas LGBTIQ+ ha sufrido violencia laboral en Chile, y un 25,4% no está seguro de haberla vivido, lo que habla de la normalización de conductas excluyentes. Además, un 45% de quienes pertenecen a la diversidad sexual no comparte aspectos de su vida con la alta dirección, lo que refleja una falta de confianza y seguridad en sus espacios laborales.

La inclusión no se improvisa. Se aprende, se conversa y se gestiona. Las organizaciones que entienden esto están un paso adelante en la construcción de entornos más humanos, colaborativos y seguros para todas las personas. Visibilizar los sesgos inconscientes —aquellos que guían decisiones aparentemente objetivas, pero que terminan perpetuando exclusiones— es un primer paso clave para liderar con mayor conciencia.

La inclusión no se limita a contratar con enfoque diverso. También implica revisar cómo se lidera, cómo se evalúa el desempeño, qué lenguaje se usa en la comunicación diaria, y cómo se reconocen realidades familiares distintas. Las nuevas generaciones, especialmente la generación Z, valoran profundamente que sus lugares de trabajo reflejen estos principios con coherencia y convicción.

En este escenario, los talleres de liderazgo inclusivo, el uso de lenguaje no sexista, la creación de redes de afinidad y el respaldo a vocerías internas LGBTIQ+ no son adornos: son herramientas reales para transformar culturas laborales. No basta con decir que se valora la diversidad; hay que demostrarlo, desde un correo electrónico hasta las decisiones de promoción.

Chile tiene hoy la oportunidad de diferenciarse frente al retroceso global en materia de derechos. Mientras en otros países emergen discursos anti-diversidad, aquí aún se valida que la inclusión es tanto un imperativo ético como una ventaja competitiva. Empresas de sectores como retail, tecnología y servicios ya lo están entendiendo y aplicando con acciones concretas.

La diversidad no es una moda, es una ventaja competitiva y un imperativo ético para las empresas que aspiran a la sostenibilidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad