
Día del Sexólogo: cuándo acudir a un especialista y cómo mejora tu salud sexual y emocional
El 29 de junio se conmemora el Día Internacional del Sexólogo(a), una fecha que invita a derribar tabúes y buscar apoyo profesional para resolver disfunciones, mejorar la vida íntima, aclarar dudas sobre identidad y fomentar una sexualidad libre, sana y responsable.
Aunque los problemas sexuales afectan la autoestima y la calidad de vida de muchas personas y sus parejas, la vergüenza, el miedo y los tabúes siguen siendo un gran obstáculo para buscar ayuda profesional.
Por eso, el llamado es a derribar prejuicios y reconocer que consultar a un especialista no solo mejora la vida íntima, sino que también contribuye al bienestar emocional y la salud mental de las personas.
Odette Freundlich, kinesióloga especializada en sexualidad, con casi 30 años de experiencia clínica abordando la salud sexual de manera integral explica que “no es necesario que los pacientes que van a un sexólogo(a) tengan un problema o una disfunción sexual, ya que muchos solo desean mejorar su satisfacción sexual y buscan la orientación de un profesional”.
Asimismo, la directora del Centro Miintimidad afirma que “la sexología contribuye de forma positiva al bienestar de las personas, debido a que su objetivo es fomentar una vida sexual sana, respetuosa, placentera, responsable y sin tabúes”.
¿Cuándo acudir a un sexólogo?
Odette Freundlich señala que existen cuatro motivos principales por los cuales una persona o pareja debiese considerar acudir a estos especialistas:
1. Cuando existe alguna disfunción sexual: Las disfunciones sexuales son problemas que dificultan que una persona pueda disfrutar de su sexualidad. La profesional explica que sus causas pueden ser psicológicas, físicas, médicas o mixtas. “Algunas de las más comunes son la falta de deseo sexual, problemas para lograr la excitación, dificultad para experimentar el orgasmo, dolor durante la penetración o dificultades para lograrla, dificultad para lograr o mantener la erección, falta de control eyaculatorio”, sostiene la kinesióloga especialista en sexualidad.
2. Problemas de pareja: En el caso de las parejas, es recomendable acudir a terapia sexual cuando existen dificultades de comunicación o falta de entendimiento en la vida sexual, así como cuando hay discrepancias en la frecuencia del deseo o las relaciones sexuales, infidelidad, celos, aburrimiento o rutina.
Es clave destacar que la sexualidad es uno de los pilares fundamentales en los vínculos afectivos. Sin embargo, muchas relaciones atraviesan períodos de desconexión, lo que no solo genera frustración y malestar, sino que también puede desencadenar confusión, resentimientos y afectaciones emocionales que pueden tener un impacto negativo en la relación.
Por ello, Odette Freundlich plantea que “la sexología ayuda a brindar un espacio seguro para que las parejas puedan mejorar la comunicación, expresar sus inquietudes, expectativas, preferencia y también sus diferencias”, ya que este espacio seguro “ofrece herramientas que facilitan el diálogo y el consenso”.
3. Orientación sexual e identidad de género: Algunas personas atraviesan momentos de cuestionamiento respecto a su orientación sexual o identidad de género. Buscar ayuda profesional puede ser clave en estos procesos, brindando información y herramientas que permitan vivir la sexualidad de manera libre y sin culpa.
4. Educación sexual y asesoramiento: La educación es fundamental para todas las personas, y los sexólogos pueden ofrecer información científica, actualizada y veraz de todo lo relacionado con la sexualidad, además de difundir los derechos sexuales y reproductivos, prevenir embarazos no deseados e ITS.
Finalmente, Odette Freundlich puntualiza que los tratamientos deben ser realizados por un equipo multidisciplinario especializado, para poder abordar los aspectos orgánico, físico, emocional y psicológico de las personas.
Más allá de resolver disfunciones o conflictos de pareja, la sexología ofrece herramientas para vivir una sexualidad informada, placentera y libre de culpas. Consultar a un profesional mejora la salud emocional, refuerza los vínculos afectivos y favorece una vida íntima más plena.