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Eva Meijer: “Los humanos debemos aprender a dar protagonismo a las voces de otros animales” BRAGA Créditos: Cedida.

Eva Meijer: “Los humanos debemos aprender a dar protagonismo a las voces de otros animales”

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Sophia Cabrera
Por : Sophia Cabrera Encargada de Comunicaciones Editorial Universitaria.
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La filósofa neerlandesa, referente en estudios sobre lenguaje y política animal, participará en el Festival Puerto de Ideas (7 al 9 de noviembre, Valparaíso) y ofrecerá la conferencia “Escuchar a los animales: lenguaje, filosofía y derecho” el lunes 10 en la Universidad de Chile.


La destacada filósofa, escritora y artista neerlandesa Eva Meijer visitará por primera vez Chile para participar en una serie de actividades orientadas a reflexionar sobre la comunicación, la justicia y la vida compartida entre humanos y otras especies.

Todo inicia con su participación en dos actividades organizadas por Puerto de Ideas: Diálogo “Animales habladores”, el 8 de noviembre a las 18:30 horas, en el Aula Magna de la Universidad de Valparaíso (Errázuriz 2120) y en el Conversatorio “Ética del cuidado en tiempos de desapego”, el 9 de noviembre, 12:30 horas, en el Parque Cultural de Valparaíso (Cárcel 471). Para ambos encuentros las entradas se encuentran disponibles en el portal del evento.

Luego, la doctora en Filosofía por la Universidad de Ámsterdam estará en Santiago, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, ofreciendo la conferencia “Escuchar a los animales: lenguaje, filosofía y derecho”, que se realizará el próximo 10 de noviembre a las 16:00 horas en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Esta cita es organizada en conjunto con la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, la Dirección de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho, la Fundación Puerto de Ideas y la Fundación Derecho y Defensa Animal.

Eva Meijer es autora de más de una decena de libros traducidos a más de veinte idiomas, entre ellos Animal Languages, When Animals Speak y The Limits of My Language. Su trabajo se ha enfocado en temas como el lenguaje no humano y las formas de comunidad entre especies.

Sobre su visita, Meijer señaló que busca “fomentar el diálogo intercultural y escuchar nuevas perspectivas sobre la relación entre humanos y otros animales”, destacando la importancia de abrir espacios académicos para la reflexión crítica y la colaboración internacional.

—Gran parte de su trabajo desafía las visiones antropocéntricas. ¿Cómo define “escuchar” a los animales desde un sentido filosófico y ético?

Los humanos solemos pensar que el lenguaje es únicamente una capacidad humana, y que consiste solo en hablar con palabras. Sin embargo, muchas de las características que atribuimos al lenguaje humano también están presentes en los lenguajes de otros animales. Claro, ellos no se comunican sólo mediante sonidos: también usan colores y sentidos. Por ejemplo, muchos peces y calamares que viven bajo el agua utilizan los colores de su piel para comunicarse.

La investigación sobre el lenguaje muestra que los humanos respondemos a los animales, y ellos también responden a nosotros. Hay mucha interacción, especialmente con animales domesticados como perros, ovejas o gallinas. Las gallinas, por ejemplo, “hablan” entre ellas sobre los humanos en su propio lenguaje.

Todo esto nos lleva a preguntarnos cómo deberíamos convivir con otros seres. Si creemos que los animales son objetos que pueden sufrir pero no pensar ni experimentar la vida, resulta fácil justificar su uso. Pero en realidad no somos tan distintos: los animales también tienen una perspectiva sobre la vida, sobre los humanos y sobre los mundos que compartimos. Por eso, debemos aprender a escucharlos.

Mucha investigación reciente muestra que los animales no humanos poseen capacidades que antes ni imaginábamos. Eso nos impulsa a reflexionar no solo sobre cuestiones filosóficas —como qué es el lenguaje o la política— sino también sobre preguntas democráticas muy básicas: ¿quién tiene derecho a participar en nuestras comunidades y decidir cómo se organizan las cosas?

—En su investigación, usted plantea que los animales son seres políticos y lingüísticos. ¿Cómo podría esta perspectiva transformar los marcos legales y nuestra comprensión de la justicia?

Estamos acostumbrados a pensar en la política y la justicia como conceptos que solo se aplican a los humanos, pero los demás animales también deberían ser sujetos de justicia. Formamos comunidades con ellos, y ellos forman las suyas propias. Esto nos obliga a repensar preguntas políticas fundamentales: ¿quién pertenece a la comunidad y cómo pueden los animales contribuir democráticamente?

Es evidente que necesitamos reformar profundamente nuestras sociedades, porque hoy seguimos explotándolos y abusando de ellos. Hay mucho trabajo que hacer en esa dirección.

—¿Qué papel cree que cumplen hoy la filosofía y las humanidades para influir en políticas reales sobre los derechos animales y la ética ambiental?

Siempre he visto los movimientos por la justicia —ya sea por los animales o por otras causas sociales— como un gran rompecabezas con muchas piezas que deben encajar y trabajar juntas.

Por experiencia, sé que muchos políticos y responsables de políticas públicas se interesan en las preguntas filosóficas fundamentales: qué es lo justo, cómo vivir juntos de manera democrática, cómo proteger instituciones como los derechos. Creo que puede haber un diálogo muy fructífero entre estos mundos.

Sin embargo, en los Países Bajos hemos visto el ascenso de la extrema derecha y la formación de un gobierno de ese tipo. Han atacado las humanidades, tanto en su discurso —calificándolas de pensamiento “woke” que no debe tomarse en serio— como en términos de financiamiento, con recortes presupuestarios a los campos más críticos. Es una tendencia muy peligrosa, que también se ve en otros lugares del mundo, como Estados Unidos.

Por eso, en este momento histórico es crucial mantener abiertos los espacios para el pensamiento crítico, el diálogo y la reflexión política, porque estamos viendo cómo esos espacios desaparecen.

—La idea de una “democracia interespecie” aparece con frecuencia en su obra. ¿Cómo sería, en la práctica, una democracia verdaderamente inclusiva, que integre a los animales no humanos?

Siempre respondo a esa pregunta diciendo que no lo sé, porque si yo diseñara esa democracia, volvería a ser un humano diciendo qué es lo correcto para los demás animales.

Creo que los humanos debemos aprender a dar protagonismo a las voces de otros animales y también a las de los grupos humanos marginados. Solo así podremos comprender mejor qué está realmente en juego. Aun así, podemos empezar a esbozar modelos alternativos, y ya existen ejemplos reales de estas prácticas.

No sabemos exactamente cómo hacerlo, y no existe una única receta. Hay muchas especies, muchos grupos y muchas historias compartidas. Algunos animales quizá quieran vivir cerca de los humanos, y otros preferirán hacerlo en sus propias comunidades. Lo importante es crear condiciones donde puedan elegir, y a partir de ahí aprender juntos.

—¿Qué la motivó a aceptar la invitación para hablar en la Universidad de Chile y cuáles son sus expectativas para esta visita?

Estoy muy expectante por estar allí y conversar con todos. Trabajo en la Universidad de Ámsterdam, y cuando viajo a otros lugares siempre intento encontrar espacios donde pueda dialogar, porque creo que es muy importante fomentar conversaciones entre culturas. En distintas partes del mundo tenemos nuestras propias historias e ideas, y poder compartirlas es muy valioso.

—Durante su visita, usted dialogará con estudiantes chilenos. ¿Qué tipo de colaboración o intercambio quisiera promover en el contexto latinoamericano?

Algo que he aprendido en mis viajes es que es muy valioso encontrarse y conocerse mutuamente. Los estudiantes siempre pueden escribirme con ideas o propuestas de colaboración. Tengo un grupo en línea de filosofía animal al que todas y todos son bienvenidos a participar.

Estoy muy entusiasmada por escuchar sus perspectivas sobre los animales y las relaciones multiespecie, pero también sobre sus propios sueños, esperanzas e ideas sobre la vida. A partir de ese diálogo, podremos construir cosas nuevas juntos.

—Su trabajo suele tender puentes entre la teoría y el activismo. ¿Cómo pueden las universidades, como la Universidad de Chile, desempeñar un papel transformador en la conexión entre pensamiento académico y acción ética hacia los animales y el medioambiente?

Una de las maneras de hacerlo es precisamente a través de conversaciones como esta, que nos permiten reflexionar colectivamente sobre estas preguntas. Creo que ese tipo de encuentros fomenta el pensamiento crítico, algo que hoy se necesita en todo el mundo.

—Por último, ¿qué mensaje le gustaría dejar a las nuevas generaciones?

Podemos empezar a vivir de otra manera con los demás desde ahora mismo. Todos podemos hacerlo, y debemos hacerlo, porque actualmente muchos grupos humanos actúan con violencia hacia otros grupos, y eso debe cambiar.

En algunas culturas se piensa que la sabiduría llega con la edad, pero creo que las personas jóvenes poseen una gran sabiduría: ven el mundo con una mirada fresca y renovada.

Tengo mucha fe y confianza en la juventud. Sé que las nuevas generaciones enfrentarán grandes desafíos, como la crisis climática y otros problemas globales, pero siempre hay cosas que se pueden transformar. Espero escuchar más sobre cómo están enfrentando todo esto en Chile.

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