
Carbohidratos, grasa y colesterol: Cómo cuidar tu corazón a través de la alimentación
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en Chile y el mundo. Expertos advierten que una alimentación alta en grasas saturadas, carbohidratos refinados y colesterol puede acelerar su desarrollo.
La alimentación cumple un rol fundamental en la salud cardiovascular. El consumo excesivo de carbohidratos refinados, grasas saturadas, colesterol y sal se asocia directamente con un mayor riesgo de enfermedades como el infarto, el accidente cerebrovascular (ACV) y la insuficiencia cardíaca.
Según datos de la Sociedad Chilena de Cardiología (Sochicar), un 35% de la población adulta en Chile tiene el colesterol elevado, y al menos un tercio de esos casos está directamente relacionado con los hábitos alimenticios. “El gran problema es la grasa ‘mala’ (LDL), que se acumula en las arterias con el tiempo, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas graves que incluso pueden ser mortales”, explica el Dr. Jorge Jalil, presidente del organismo.
Consejos para mantener un corazón saludable a través de la alimentación
- Modera el consumo de carnes rojas: Optar por cortes magros y eliminar la grasa visible ayuda a reducir la ingesta de grasas saturadas.
- Aumenta el consumo de verduras y ensaladas: Incorporar fibra favorece la salud del corazón y equilibra la dieta.
- Cuida las porciones de carbohidratos: El pan, las papas, pastelería y otros alimentos refinados elevan rápidamente el azúcar en sangre. La clave es la moderación.
- Controla el colesterol: Prefiere preparaciones al horno o a la plancha en lugar de frituras. Limitar la bollería industrial también es clave.
- Hidratación consciente: Mantener un buen consumo de agua y moderar el alcohol ayuda a proteger la presión arterial y el sistema cardiovascular.
“Cuidar de nuestro corazón es un acto de amor propio y hacia quienes nos rodean. Adoptar hábitos saludables hoy nos permitirá tener una mejor calidad de vida en el futuro”, agrega el Dr. Jalil.
El impacto global de las enfermedades cardiovasculares
En el marco del Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre bajo el lema “Cada latido cuenta. No te pierdas nada”, la Federación Mundial del Corazón recuerda que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo: cerca de 19,8 millones de personas fallecen cada año, y un tercio de los casos ocurre en personas menores de 70 años.
En Chile, las enfermedades cardiovasculares también encabezan las estadísticas. Solo en 2024 se registraron más de 30 mil muertes por patologías del sistema circulatorio, según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS). Entre los principales factores de riesgo destacan la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo, la inactividad física y, de manera muy relevante, la hipercolesterolemia.
El colesterol: un enemigo silencioso
El colesterol elevado es uno de los factores más determinantes en la progresión de la ateroesclerosis. El control de este indicador puede lograrse mediante cambios en el estilo de vida —alimentación balanceada, actividad física regular, no fumar— y, en los casos que lo requieren, con el apoyo de tratamientos farmacológicos como estatinas o terapias combinadas con ezetimiba, que han demostrado mayor efectividad en pacientes de alto riesgo.
Rodrigo Alonso, médico internista y presidente de AterosChile, recalca la importancia de iniciar los controles a edades tempranas: “Incluso con niveles bajos de colesterol LDL pueden observarse grados de enfermedad ateroesclerótica. La hoja de ruta debe ser mantener el colesterol lo más bajo posible y no esperar a la aparición de síntomas”.
Un riesgo particular en las mujeres
Aunque tradicionalmente se ha pensado que las enfermedades del corazón afectan más a los hombres, en la actualidad la evidencia muestra que las mujeres enfrentan riesgos igual de altos e incluso, en algunos casos, mayores. Uno de los puntos críticos es la menopausia: la disminución de estrógenos reduce la protección natural frente al colesterol LDL (“malo”) y eleva la probabilidad de hipertensión, obesidad abdominal y diabetes.
En mujeres, el impacto de factores como la obesidad central, la diabetes o el tabaquismo suele ser más fuerte que en hombres, lo que acelera la aparición de la ateroesclerosis y eleva el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular, refuerzan los expertos.
Además, los síntomas de un infarto en mujeres pueden ser diferentes y menos evidentes —como fatiga intensa, náuseas o dolor en la espalda— lo que lleva a diagnósticos más tardíos y, en consecuencia, a un pronóstico más grave.
Por eso, los especialistas recomiendan que las mujeres presten especial atención a la alimentación equilibrada, la actividad física regular, el control del colesterol y la presión arterial, y que acudan a chequeos médicos desde edades tempranas.