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El lado oscuro de la maternidad BRAGA

El lado oscuro de la maternidad

Elisa Durán Micco
Por : Elisa Durán Micco Investigadora del Instituto Milenio MIPP, Ph.D. Agricultural and Resource Economics UC Berkeley
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No conozco a una mamá que no sea culposa. Bienvenida al Club El lado oscuro de la maternidad, tabú de nuestra sociedad. No se habla, no se comparte, sólo se vive. Tenemos que hablar sobre maternidad.


¿Por qué la natalidad sigue bajando? ¿Será la maternidad una mierda? no me hagan caso, fue una idea loca, sin sentido, sino tu mamá ya te lo habría dicho. Pero… ¿y si no lo dice porque siente una culpa más grande que el Titanic? Siendo honestas, ¿nunca te lo ha dicho? Por supuesto que no directamente, antes muerta, sino con algún pequeño gesto de desprecio o haciéndote notar insistentemente todo lo que hizo por ti.

Volvamos a la culpa. No sé si es parte o una compañera inseparable, pero no conozco a mamá que no sea culposa. La culpa, torturadora personal, no pasa un día sin recordarte lo mala madre que eres. Esa criatura siempre pudo comer más avena, mirar menos pantallita, tener más contención… Siempre pudiste ser menos neurótica, estar más presente, poner límites de mejor manera o por lo menos hacerte cargo de tu vida ¿tu vida?¿Qué vida?

¿Y todas ellas (las mamás a tu alrededor) lo sabían?¿Y no dijeron nada? Hasta que te vieron con ojeras y la guagua en brazos… Bienvenida al Club. El lado oscuro de la maternidad, tabú de nuestra sociedad. No se habla, no se comparte, sólo se vive.

Algo escuchamos sobre depresión posparto, ¿pero conoces algún caso cercano?¿Alguna amiga madre te ha contado honestamente lo mal que se siente? Una mamita suele reafirmarse contando las maravillas de su criatura pero jamás comparte la parte oscura con el resto, especialmente, si la que escucha no tiene hijos.

El feminismo se acaba con la maternidad. ¿Qué pasó con la compañera?, pregunta una. Fue mamá, responde la otra. La perdimos, piensan ambas. El feminismo hace pebre el amor romántico, defiende a las que no quieren ser madres,… pero con el amor puro e infinito de la santa madre, no se mete nadie. Quizá porque hasta las feministas son hijas.

Quizá el fantasma que dice “tú mamá no te quiere” “tú mamá es miserable por tu culpa” es simplemente demasiado grande y nadie lo quiere enfrentar. Están esperando que sea la mamita conciliadora que les diga que todo valió la pena y todo
estará bien… Paso. Lo único que sé, es que tenemos que hablar sobre maternidad. Solo siendo sinceras podremos construir una maternidad sana. Una maternidad que no ponga expectativas imposibles sobre los hombros de aquellas que crían. En una sociedad que no sólo exija sino que reconozca y proteja a sus madres.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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