En el Día de la Visibilidad Lésbica, se destaca la necesidad de abordar las necesidades de salud de mujeres lesbianas, históricamente ignoradas. Se requiere una atención inclusiva, capacitación para profesionales y garantía de derechos en reproducción asistida y maternidad.
A pesar de que la Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género de 2023 reveló una mayor aceptación de la homosexualidad en la sociedad chilena, con un 80,8% de aceptación, en comparación con solo un 3,4% en 1998 (según el estudio sobre Comportamiento Sexual en el Cono Sur, Cosecon), persisten desafíos en cuanto al reconocimiento y la atención adecuada de las necesidades de salud de las mujeres lesbianas.
El 26 de abril se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica, hito relevante en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, ya que pone de manifiesto la necesidad de abordar los requerimientos específicos de las mujeres lesbianas y de reconocer la diversidad sexual en el ámbito de la salud.
La separación de la sexualidad en relación con la procreación y su emergencia como dominio autónomo, en la que el deseo y la satisfacción se reconocen como fines en sí mismos, ha posibilitado también el cuestionamiento de la norma que tradicionalmente sancionaba su ejercicio dentro del marco obligatorio de la heterosexualidad. De este modo, la autonomización del dominio de la sexualidad ha traído consigo la visibilidad de las sexualidades no heterosexuales, especialmente de las homosexuales y lésbicas (Bozon, 2013).
Estos antecedentes nos sitúan ante la comprensión de la sexualidad y la reproducción en tanto dos realidades y conceptos que, aunque están muy ligados, representan ámbitos diferentes en la vida de las personas, así como desafíos claves y diferentes para el ámbito de la salud sexual y la salud reproductiva.
Las mujeres lesbianas conforman un grupo que ha sido históricamente invisibilizado y doblemente discriminado, por su género y orientación sexual. Esto ha llevado a que sus necesidades en materia de salud sexual y reproductiva sean a menudo ignoradas o mal atendidas por los servicios de salud, que tienden a estar enfocados en una perspectiva heteronormativa.
Si bien actualmente existe la Política Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva 2018, que busca ampliar la mirada más allá de la atención materno-infantil y de la salud de la mujer heterosexual en edad fértil, se mantienen desafíos importantes. Como señala la propia política, el Programa de Salud de la Mujer, aún en vigencia, sigue estando dirigido principalmente a mujeres heterosexuales en edad fértil, sin considerar de manera integral las necesidades de las mujeres lesbianas, los hombres y las diversidades sexuales y de género.
Esta característica programática refuerza un paradigma que vincula la reproducción exclusivamente con las mujeres heterosexuales, invisibilizando las necesidades de salud de otros grupos, como las mujeres que tienen sexo con mujeres.
La conmemoración del Día de la Visibilidad Lésbica es una oportunidad para visibilizar estas necesidades y promover la inclusión efectiva de las mujeres lesbianas en los servicios y programas de salud.
Esto implica capacitar a los profesionales, ofrecer atención empática y sin prejuicios, brindar información y servicios específicos sobre sexualidad lésbica, prevención de ITS, fertilidad y maternidad, y garantizar el reconocimiento y los derechos de las familias lesboparentales. Sólo mediante un enfoque verdaderamente inclusivo y respetuoso de la diversidad, se podrá lograr una atención integral en salud sexual y reproductiva para todas las personas.
Además, es fundamental promover el reconocimiento de las familias lesboparentales y garantizar sus derechos en el ámbito de la salud reproductiva, incluyendo el acceso a técnicas de reproducción asistida y el acompañamiento durante el embarazo y el parto.