
Los desafíos pendientes en informalidad y pensiones
El Mes de la Mujer nos invita a reflexionar sobre los avances y deudas pendientes en pensiones. Pero para hablar de pensiones, es necesario hablar también de mercado laboral, pues la informalidad sigue limitando el acceso a la seguridad social y, en el largo plazo, a una pensión que logre cubrir las principales necesidades.
Hoy persisten brechas preocupantes. Según el último Informe Previsional Económico de la Asociación de AFP, entre julio y septiembre de 2024, la informalidad femenina aumentó de 28% a 29% respecto al año anterior. Es decir, cerca de un tercio de las mujeres ocupadas es informal, por lo que no cotizan para su salud ni jubilación y no tienen cobertura ante accidentes del trabajo ni cesantía. A esto se suma que en el mismo periodo cayeron en 80 mil las cotizantes, dejando como resultado que más de la mitad de las trabajadoras no cotiza.
El problema no es solo la informalidad, sino también la calidad del empleo. La concentración en sectores con menores sueldos, las interrupciones laborales y la mayor prevalencia del trabajo parcial afectan los ingresos imponibles femeninos. En septiembre de 2024, el monto imponible promedio de una mujer fue $1,1 millones, mientras el de los hombres alcanzó $1,3 millones, es decir hay una brecha de 13% entre quienes cotizan para pensión, pero considerando también a quienes estando trabajando no cotizan, la brecha aumenta a 25%.
Por último, la edad de jubilación también es fundamental. Hoy, las mujeres ganamos menos; en promedio cotizamos 16 años (versus 25 en el caso de los hombres), jubilamos antes y debemos financiar unos 32 años de pensión en promedio, lo que resulta una paradoja. Abordar temas como la flexibilidad del mercado laboral con empleos formales de jornadas parciales y red de cuidados, por ejemplo, son necesarios para que la inclusión de la mujer en el mercado laboral siga aumentando, pero compatibilizando la cobertura de la seguridad social con las labores de cuidado.
Lo anterior plantea un desafío clave: una trayectoria laboral marcada por informalidad, falta de cotizaciones y brecha salarial, que sin duda se traduce en pensiones más bajas en el futuro.
Es clave fomentar la formalización del empleo femenino, incentivar la cotización previsional, solucionar problemas estructurales y promover políticas para reducir la brecha salarial.
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