
Niñas en las TIC: abriendo el futuro con esperanza y equidad
A fines de abril se celebró el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), una fecha promovida por la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones) que busca visibilizar el papel fundamental que estas pueden desempeñar en el mundo digital y tecnológico. Lejos de ser solo una conmemoración simbólica, esta jornada es una oportunidad urgente para transformar la desigualdad de género en las industrias tecnológicas, en una historia de empoderamiento, talento y futuro compartido.
Actualmente, solo el 28% de los graduados en ingeniería y aproximadamente el 22% de profesionales en inteligencia artificial en el mundo son mujeres, según datos de la Unesco. Esta brecha no refleja una falta de capacidad, sino la existencia de barreras culturales y estereotipos que desalientan a muchas niñas desde edades tempranas. Sin embargo, hay razones para tener esperanza. Iniciativas como Technovation Girls, que enseña a niñas de todo el mundo a crear aplicaciones para resolver problemas sociales, han logrado motivar a más de 600.000 participantes desde 2010. Programas como este no solo enseñan habilidades técnicas, sino que también fortalecen la autoestima, el pensamiento crítico y la capacidad de liderazgo.
Además, nuevas generaciones de niñas están comenzando a visualizarse como programadoras, científicas de datos, ingenieras en robótica o desarrolladoras de videojuegos. El cambio es real: en países como India, el porcentaje de mujeres en tecnología ha crecido más de un 10% en la última década. En América Latina, iniciativas locales han surgido para acortar la brecha digital, como Laboratoria en Perú, Chile y México, que forma a mujeres jóvenes en desarrollo web y habilidades digitales con excelentes tasas de inserción laboral.
Promover la inclusión de niñas en las TIC no es solo un imperativo ético, sino también económico: se estima que para 2030 habrá más de 45 millones de empleos en tecnología que podrían quedar sin cubrir si no ampliamos los grupos que acceden a estas carreras. La transformación digital del mundo necesita el talento, creatividad y visión diversa que solo una verdadera equidad de género puede garantizar.
Esta conmemoración nos recuerda que el futuro de la tecnología no puede escribirse sin las niñas. Invertir en ellas hoy es asegurar un mañana más justo, innovador y humano. La esperanza no es ingenuidad, es acción con propósito: cada niña que aprende a programar o soñar con cambiar el mundo desde una laptop, es una promesa viva de que lo lograremos.
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