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Endometriosis: una urgencia silenciosa en salud pública Yo opino Créditos: El Mostrador.

Endometriosis: una urgencia silenciosa en salud pública

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Maricela Pino
Por : Maricela Pino Directora Escuela de Obstetricia y Puericultura Universidad de Las Américas
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Se estima que cerca de 190 millones de mujeres en el mundo viven con endometriosis, una enfermedad ginecológica crónica que puede causar dolor invalidante, infertilidad y un deterioro profundo de la calidad de vida. Sin embargo, a pesar de su alta prevalencia, continúa siendo subdiagnosticada, minimizada y, en muchos contextos, invisibilizada.

La endometriosis ocurre cuando el tejido endometrial que recubre el interior del útero se desarrolla fuera de él, en órganos como los ovarios o la cavidad abdominal. Esta alteración genera inflamación, dolor pélvico severo —particularmente durante la menstruación o el coito—, síntomas gastrointestinales y dificultades reproductivas. No existe hasta ahora un tratamiento curativo y su manejo suele requerir abordajes multidisciplinarios que incluyan medicamentos, cirugías y apoyo emocional.

En mujeres con infertilidad, su prevalencia puede alcanzar hasta el 50%. En Chile, aunque no existen estadísticas oficiales, se estima que entre 300.000 y 400.000 personas viven con esta enfermedad. Además de sus efectos físicos, la endometriosis implica costos económicos elevados, tanto directos, relacionados con tratamientos, como indirectos, incluyendo ausentismo laboral, aislamiento social y trastornos del ánimo.

En los últimos años se han comenzado a dar pasos en el abordaje de esta patología. Un ejemplo es la incorporación, en marzo de este año, de coberturas por parte de Fonasa en la Modalidad de Libre Elección, que fluctúan entre el 50 y 60% del costo total de intervenciones quirúrgicas asociadas a la endometriosis y el financiamiento de anticonceptivos hormonales. Esta medida representa un avance importante en el acceso a tratamientos especializados dentro del sistema público. Sin embargo, aún queda camino por recorrer para garantizar una atención integral, oportuna y equitativa para todas quienes conviven con esta condición.

La endometriosis demanda avances en los sistemas de salud, pero también a la sociedad. Durante décadas se ha considerado el dolor menstrual como algo “normal”, desestimando síntomas que son señal de alerta. Reconocer que este sufrimiento no debe ser parte de la experiencia durante la menstruación es un paso necesario hacia una medicina más justa y con perspectiva de género.

La evidencia está sobre la mesa. Lo urgente es que deje de ser ignorada.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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